La historia de éxito del Laboratorio de Aprendizaje sobre el Miedo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico fue documentada en el artículo Neuroscience Research and Mentoring in Puerto Rico: What Succeeds in This Environment?, publicado recientemente en la prestigiosa revista The Journal of Neuroscience.
La revista es auspiciada por The Society for Neuroscience, una organización professional-con sede en Washington, DC,- que agrupa científicos y médicos de todo el mundo, cuyas investigaciones se enfocan en el estudio del cerebro y el sistema nervioso.
“El éxito de este proyecto en Puerto Rico superó con creces mis expectativas originales. Por lo tanto, pensé que podría ser útil identificar los factores responsables de este éxito, con la esperanza de facilitar el desarrollo de laboratorios en diversos entornos”, expresó en el texto Quirk, quien también se desempeña como Catedrático del Departamento de Neurobiología de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) .
“La creación de un entorno de investigación y capacitación eficaz depende menos de la personalidad del director y más de la práctica adecuada de las actividades que fomentan el crecimiento intelectual”, indicó el científico.
“A nivel personal, este proyecto ha sido enormemente gratificante. El ambiente único en Puerto Rico fomentó mi mejor trabajo y estoy muy feliz de haber establecido mi laboratorio aquí”, comentó.
El investigador tiene una trayectoria profesional de más de 20 años en la Isla. Inicialmente trabajó en la Escuela de Medicina de Ponce donde estableció un laboratorio de neurociencia. Luego se trasladó al Recinto de Ciencias Médicas, donde forjó el Laboratorio de Aprendizaje sobre el Miedo del RCM en el que indaga, junto a su equipo de trabajo compuesto de académicos y estudiantes graduados y subgraduados, cómo aprender a enfrentar y manejar el miedo.
En la publicación, Quirk discute las prácticas que han contribuido al éxito de su laboratorio ubicado en la Escuela de Medicina de la UPR, de manera que puedan servir como guía para los investigadores que inician sus laboratorios en Puerto Rico y otros países.
“Los desafíos que existen para establecer un laboratorio de investigación productivo requieren enfoques creativos y soluciones alternativas. Una descripción de nuestras prácticas en el laboratorio está intercalada con declaraciones personales de los alumnos provenientes de Puerto Rico y otras partes de América Latina”, expuso el investigador.
“El éxito de un laboratorio de investigación se debe a muchos factores. Si bien, la experiencia previa del Investigador Principal es importante, creo que el éxito de un laboratorio depende más de la práctica de actividades específicas que crean el ambiente óptimo”, expuso el doctor Gregory J. Quirk.
De acuerdo con el investigador, fueron cuatro factores los que contribuyeron grandemente al éxito de su laboratorio, estos son: la realización de clubes semanales, reuniones de laboratorio cada semana, reuniones individuales semanales y los Retiros Anuales de la Filosofía de la Ciencia.
“Después de pasar una entrevista grupal con todo el laboratorio, los estudiantes universitarios son asignados a un estudiante graduado o postdoctorado que los guía y dirige. Cada graduado o mentor postdoctoral dirige a entre dos y cuatro mentoreados de pregrado, formando así un equipo de trabajo”, explicó.
“De esta manera, el estilo de tutoría que benefició a la estudiante graduada se transmite a sus mentoreados, desarrollando así habilidades de liderazgo y tutoría en la estudiante graduada”, indicó.
“Nos tomamos el tiempo para explicar conceptos difíciles y de integrar a los estudiantes universitarios durante nuestras reuniones. Cada mentor pasa tiempo con sus mentoreados fuera de las reuniones de laboratorio, ayudándoles a captar ideas claves y a desarrollar su pensamiento crítico”, concluyó Quirk.
Uno de los logros más significativo del laboratorio de Quirk ha sido la capacitación de 130 jóvenes, 90% de los cuales son de Puerto Rico y América Latina, y el 50% son mujeres. Este número incluye profesores, residentes, estudiantes de doctorado y becarios postdoctorales.
Muchos de estos aprendices han tenido éxito en becas posdoctorales, práctica clínica y cargos docentes en América Latina y los Estados Unidos, fortaleciendo la imagen de Puerto Rico en neurociencia
Aunque Quirk comenzó a laborar en la Escuela de Medician de Ponce, eventualmente fue reclutado por la Escuela de Medicina de la UPR. Este movimiento le permitió expandir el laboratorio y extender su investigación de roedores a monos y humanos.
Inicialmente, estuvo apoyado por el programa de los Institutos Nacionales de la Salud: Apoyo de Investigación Biomédica de Minorías, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales, y más tarde por el Premio FIRST (R29) del Instituto Nacional de Salud Mental.
Esta subvención, que ha sido renovada en cuatro ocasiones, fue la primera en Puerto Rico en recibir un Premio Presidencial de Carrera Temprana y luego un Premio MERIT de los Institutos Nacionales de la Salud, según informó el Recinto de Ciencias Médicas en un comunicado de prensa.
También le fue otorgada otra subvención por el Centro P50 de CONTE, un Premio Camino a la Independencia (K99-R00) para su postdoc y Premios de Finalización de Disertación (R36) para sus estudiantes graduados, todos financiados por el Instituto Nacional de Salud Mental.
El primer trabajo de investigación del laboratorio apareció en el Journal of Neuroscience en el año 2000 y se ha citado aproximadamente 900 veces. Su trabajo en Puerto Rico ha producido más de 80 artículos, que se citan más de 2,000 veces al año de acuerdo al Google Scholar.
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