Terrence Malick, director y guionista estadounidense, es para muchos uno de los mejores cineastas vivos, mientras que para otros es difícil de digerir. La razón de dicha división es que su estilo peculiar y poco convencional lo hace un cineasta poco accesible a la audiencia general. Si de algo no cabe duda, es que Terrence Malick es uno de los grandes innovadores del cine.
Su película anterior, The Tree of Life , sirve como ejemplo perfecto de una cinta con opiniones que van desde los que la consideran una obra maestra, hasta los que opinan que es lo peor que ha visto en años. Si de algo no cabe duda, es que sus películas estimulan la discusión entre cinéfilos, ya sea para elogiar o criticar sus cualidades.
Para algunos, el problema con Malick es que sus películas no cautivan a todos, limitándose a un pequeño grupo de seguidores que lo consideran un maestro de la narrativa, ya que complementa su peculiar narrativa con una cinematografía extraordinaria que pocos cineastas alcanzan en sus filmes. Este estilo es tan propio del director que, cuando es empleado por otro director, es irresistible referir o hacer comparaciones.
To the Wonder, su más reciente filme, cuenta la historia de Neil y Marina, una pareja que tras conocerse en la isla francesa de Saint-Michel, deciden mudarse a los Estados Unidos, donde empiezan a enfrentar problemas. Cuando Marina decide regresar a Francia, Neil se re encuentra con Jane (McAdams), un viejo interés amoroso con quien intenta formar una relación nuevamente. Por otra parte, un sacerdote interpretado por Javier Bardem se enfrenta a la debilitación de su fé.
En To the Wonder, Malick vuelve a deleitar al público con los visuales a los que nos tiene acostumbrados. Sin embargo, se sexto largometraje falla en los aspectos que manejó con gran efectividad en sus otros proyectos. El más grande problema de To the Wonder es que fuera de la espléndida cinematografía, sus personajes no cuentan con la profundidad necesaria para crear algún tipo de relación con la audiencia. En una película que narra algo tan íntimo como los problemas en una relación de pareja, es poco lo que se revela de los personajes principales. Es imposible identificarse con alguien que no conocemos, y de estos personajes no conocemos ni sus nombres.
Ben affleck y Olga Kurylenko protagonizan la película, mientras que Rachel McAdams y Javier Bardem emergen por aproximadamente quince minutos cada uno. El poco tiempo en escena de estos últimos pudo haber sido producto de la edición, aspecto en el que Malick no vacila a la hora de eliminar personajes enteros de sus películas. Este fue el caso del actor Adrien Brody, quien durante la premiere de la cinta The Thin Red Line se dio cuenta de que ya no era el personaje principal. Gary Oldman, Jessica Chastain, Mickey Rourke, Rachel Weisz, Viggo Mortensen y Michael Sheen son otros nombres que cuyos personajes han sido víctimas de las decisiones de Malick durante el proceso de edición.
Fueron estas decisiones las responsables del resultado final en To the Wonder, y el mismo es decepcionante. Una de las descripciones más utilizadas y en mi opinión una de las más acertadas, es que la película es una parodia del estilo visual de Malick. En otras palabras, la película mantiene algunas de sus características, pero no son suficientes para hacer que funcione. La típica escena del personaje caminando y meditando en un pastizal funciona unas pocas veces hasta que se siente completamente fuera de lugar.
No quiere decir, por supuesto, que un director debe ser fiel a un solo estilo. El problema con To the Wonder no es que quiera ser diferente, es que se esfuerza demasiado en ser una película de Malick y se olvida de sus personajes, cuyos momentos en escena son tan poco claros que parecen recuerdos proyectados en la pantalla grande.