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– Ma, ¿querés conocer París? – Ay, sí, Maurito, me encantaría. ¿Me vas a llevar? – Sí, tengo un pasaje de ida a la compu. Sentate y mirá que lindas fotos… pasan solas. El turismo es un sector que mueve grandes cantidades de dinero, dado que engloba muchas actividades: hospedaje, gastronomía, ofertas de actividades para realizar en un lugar, merchandising oficial y extraoficial del país/provincia/ciudad/pueblo/barrio/local, entre tantas otras. Asimismo, un viaje es difícil pensarlo -sobre todo a nivel internacional- contando con pocos recursos, dado que son muchas las variables a cubrir. Sin ir más lejos -literal y metafóricamente-, en 2008 a la Argentina ingresaron 4633 millones de dólares gracias al turismo. Tengamos en cuenta también que nuestro país hoy cuenta con un tipo cambiario favorable para la recepción de turistas muñidos con dólares, o mejor aún, con euros. Este es un factor a destacar, ya que en la década del ’90 fuimos los argentinos los que -a partir de ficciones cambiarias que nos costaron y nos siguen costando mucho- armamos las valijas y nos fuimos a pasear por el mundo. Pero hoy día no contamos con esas facilidades, y las oportunidades se ven cernidas a aquellos que realmente pueden afrontarlo. Sin embargo, hay una escapatoria ilusoria a este freno material: las nuevas tecnologías. Internet, que día a día abarca más y más rubros hasta hace no mucho impensados, ha entrado hoy en el mercado del turismo, y hasta ha presentado nuevas formas de “viajar”. No sólo las principales ciudades tienen su página de Internet dedicada a promover el turismo promocionando las facilidades del lugar, los lugares para recorrer, la estadía y demás, sino que están plagadas de imágenes y videos para “conocer” el lugar de antemano. Las empresas de turismo también están en versión digital y muchas veces paquetes, pasajes –hasta el check in se puede hacer por Internet, y ahorrar tiempo y dinero- o estadías se pueden comerciar vía web sin tener que salir de la casa más que para emprender el viaje. Hasta acá, no es más que la digitalización de las vías tradicionales. Donde pongo el ojo… Con la sobre exposición de los estímulos visuales que caracterizan esas últimas décadas, con Internet a la cabeza, todo pasa primero por la mirada, sino mucho no convence. Hasta nuestro próximo destino de vacaciones primero querremos conocerlo por fotos, adelantándonos a lo que serán nuestras vivencias. Una mala selección de imágenes puede hacer que cambiemos de idea del lugar para ir. Esto sin contar que hay lugares a priori de difícil acceso –por no decir imposibles- que con estas herramientas, podemos, al menos, visualizar. Sin embargo, hay una nueva herramienta para visitar el mundo sin moverse de la silla: el Google Earth. Este programa, comprado por Google a fines del 2004, consiste en una combinación de imágenes satelitales, diseños 3D y el motor de búsqueda de Google que tiene como resultado la posibilidad de recorrer el mundo haciendo clicks. Con este programa se puede ver imágenes a escala de –dependiendo de la relevancia del lugar- no sólo cualquier rincón del mundo, sino que, en su versión Google Sky – puesta en marcha a partir del 2007-, también el espacio exterior. Aunque como siempre, los adelantos tecnológicos se piensan y luego es el uso el que los va terminando de moldear. En sus inicios, allá por 2001, la empresa Keyhole inició sus actividades en el desarrollo de software especializado en aplicaciones de visualización de datos geoespaciales para diversas investigaciones –de hecho, en un principio todas sus versiones eran aranceladas-. Y tal fue la calidad del producto que la mismísima CIA –que posteriormente entraría como inversora externa y luego metería un miembro en la junta- hizo uso de esta plataforma. Lejos de eso, y después de su paso por las manos de Google, hoy este sistema de visualización digital está en manos de cualquier persona con acceso a Internet. Con su veta cada vez más comercial, que ahora incluye la opción de simulación de vuelo por sobre las ciudades y lugares que elija el “capitán”, está escindido de su objetivo inicial. Y tanto se les fue de las manos, que se ha usado el mapa para cometer asaltos tanto a recursos naturales como a propiedades privadas, “estudiadas” desde el espacio con esta herramienta. Desde Google se defienden arguyendo que los criminales hubieran atacado igual sin el uso del mapa. Así las cosas, desde países orientales se ha pedido incluso que sea censurado, por considerarla un instrumento que en manos de grupos terroristas podría ser muy peligrosa. Pero sin perder el foco, este programa nos permite acceder a lugares, al menos desde imágenes, que podemos conocer aun sin salir de nuestros hogares. Y aquí es donde llego al final de este viaje sin ya boleto de regreso y abro la pregunta a ti, preciado lector: Con las facilidades que nos da la tecnología, ¿nos estamos quedando cada vez más en casa, o la tecnología nos da herramientas para viajar mejor? Para acceder al texto original puede visitar: http://www.alrededoresweb.com.ar/notas/todo-se-transforma.htm