Parece irónico que en un país tan grande como Estados Unidos, el motor que mueve la economía son las empresas pequeñas y medianas (PYMEs) de capital local. Por varios años consecutivos, la Administración de Pequeños Negocios (SBA, por sus siglas en inglés), ha emitido informes que señalan que éstas generan la mayoría de los empleos nuevos, aportan ideas dinámicas, servicios innovadores y productos nuevos al mercado. Las PYMEs emplean al 50.9 por ciento de la fuerza laboral privada no agrícola. Estados Unidos es, por razones obvias, un punto de referencia común para los puertorriqueños. Sin embargo, aunque en la Isla sí existen muchos casos de empresas nativas exitosas, las PYMEs representan sólo un bajo porcentaje del producto interno bruto y el énfasis en el empresarismo como una alternativa de modelo económico apenas está cobrando fuerza. Durante la presente administración gubernamental, se han instituido diversos programas para darle “Apoyo al de Aquí” (como reza la consigna en el plan económico del gobernador Aníbal Acevedo Vilá), bajo la sombrilla del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio. Quizás el más conocido, por la intensa publicidad que ha recibido, es La Llave para tu Negocio, un programa que ofrece orientación y financiamiento de hasta $50,000 a empresas incipientes o existentes, a través del Banco de Desarrollo Económico. ¿Cómo se percibe el panorama de negocios para los empresarios locales? Diálogo conversa con varias personas del gobierno estatal y federal, el sector privado y organizaciones cívicas relacionadas con el empresarismo para que ofrezcan su punto de vista. Tal como dice el refrán, todo varía según el color del cristal con que se mira. Aunque todos coinciden en que la economía puertorriqueña atraviesa un momento difícil, a la vez señalan que es un momento lleno de oportunidades para quienes tengan visión y pasión.
José Sifontes dirige la oficina de SBA a cargo de Puerto Rico e Islas Vírgenes desde hace menos de un año, pero los cuatro años anteriores trabajó en la oficina de Nueva York de la agencia. Cuenta que cuando llegó a la Isla se topó con una situación totalmente opuesta a la que vivió en la Gran Manzana. “Allá tenía 14 condados, una economía robusta, 150 bancos diferentes que le daban apoyo a SBA. El clima económico era fantástico, y el desempleo, de los más bajos en todo Estados Unidos”, señala. El ejecutivo reconoce que en Puerto Rico las oportunidades están latentes, aunque el ambiente para los pequeños empresarios no sea el ideal. “Al llegar aquí empecé a conversar con todos los sectores y, cuando empiezo a ver la situación, los préstamos que garantiza SBA habían bajado los últimos dos años. Ahora en enero, se cumplen dos años de la recesión más larga que ha tenido Puerto Rico. También hubo un cierre del Gobierno sin precedente aquí”. Sifontes resalta que esa combinación de factores incide en la confianza del consumidor y la banca. No obstante, vislumbra que el 2008 será mejor porque culminaron los procesos de reorganización en las instituciones bancarias y la agencia acreditadora Moody’s mejoró la calificación de Puerto Rico. “El año pasado terminamos con menos préstamos, pero a enero de este año, estamos más o menos igual que el año pasado, que para una economía en recesión, es un punto positivo. No hemos salido del agua, pero no estamos retrocediendo”, enfatizó Por otro lado, el ejecutivo de SBA expresa que “nunca había visto un mercado con tantos recursos para el pequeño empresario como Puerto Rico”. Entre éstos, menciona los centros de desarrollo para pequeños negocios, asociados con su agencia, que se encuentran entre los mejores de todo Estados Unidos, y están adelantados a muchos otros pues trabajan con proyectos de alta tecnología.
Juan M. Román, designado director ejecutivo de la Compañía de Comercio y Exportación (CCE) –agencia enfocada en trabajar, principalmente, con las PYMEs-, expone que para los empresarios locales hay un ambiente de mucha competencia con recursos escasos y altos costos operacionales. “En consecuencia, nuestros empresarios tienen que ser más efectivos en la selección que hagan en sus inversiones, buscar alianzas con otros comerciantes y hacer uso de cualquier mecanismo que les haga ser más competitivos”, subrayó Román. Ante dicho panorama, recomienda tener una visión más emprendedora del área de servicios profesionales –como de contabilidad, legal, ingeniería, seguros y otros-, que pueden exportarse a otras naciones latinoamericanas donde son necesarios y cotizan bien. Del mismo modo se expresa Carmen Martí, directora del Centro de Desarrollo Empresarial y Tecnológico (SBTDC, por sus siglas en inglés), un programa de SBA en asociación con la Universidad Interamericana y entidades locales, respecto a la importancia de la exportación para impulsar los negocios. “Si nosotros pensamos pequeño, nos agobiamos con la situación del País. Pero si el empresario mira hacia el panorama internacional, puede ver oportunidades”. Para Martí, en toda economía, ya sea que esté en recesión o expansión, hay empresas que nacen y otras que mueren, la diferencia estriba en ver las oportunidades. Como ejemplo, señala que ante el cierre de algunas farmacéuticas y manufactureras en el mercado local, hay empresarios que están apuntando sus esfuerzos hacia otras localidades en el Caribe, América Latina y Estados Unidos. Con ella coincide José Julián Álvarez, presidente de la Cámara de Comercio, quien destaca que Puerto Rico debe echar mano de los tratados comerciales que Estados Unidos ha negociado con otros países de la región. “Si estás en el negocio de validaciones (de equipos) y la fábrica para la que trabajabas cerró porque se fue a establecer en New Jersey”, ofrece como ejemplo, “pues envía una propuesta allá para que te consideren en el proceso de contrataciones”. Álvarez apunta que los comerciantes de la Isla no hubieran considerado exportar si no hubiese sido por los problemas que ha enfrentado el mercado local. “La necesidad es la madre de la invención”, enfatiza. Martí comparte su visión positiva, ya que entiende que siempre hay oportunidades para los emprendedores. Una de las claves para sobrevivir en una situación difícil, según Martí, es que cada año el comerciante debe hacer una evaluación de su operación para ver sus fortalezas y debilidades; las primeras debe tratar de explotarlas para sacar mayor provecho, y las segundas, minimizarlas. Pero lo más importante para la ejecutiva es que el empresario tenga una visión hacia el futuro, poderosa y positiva. Hay muchas oportunidades de negocios, basta con hacer un análisis de la vida cotidiana, reflexiona Martí. Las economías más rápidas en el mundo son las que están enfatizando en las pequeñas empresas. “Puerto Rico tiene que reenfocar sus estrategias, alineadas con estrategias como las multinacionales, pero buscando cómo desarrollar el empresarismo”, agrega.
La ejecutiva menciona un punto importante y es el desarrollo de una política pública para apoyar a los empresarios locales. Este no es un tema nuevo, sin embargo, parece que a raíz de la sacudida del segmento de manufactureras en la Isla y del cierre de un número considerable de plantas que llevaban varias décadas establecidas aquí, se presenta el empresarismo como una alternativa real para fortalecer la economía local. Opina que en Puerto Rico no existe una política pública para respaldar a las PYMEs, ni hay una visión con estrategia para desarrollar una clase empresarial competitiva. Menciona que hay programas aislados, como La Llave para tu Negocio y otros implementados por la CCE. Además, indica que el dinero no es el problema porque el Banco de Desarrollo Económico y la banca privada están dispuestos a ofrecer financiamientos competitivos. “El Secretario de Desarrollo Económico está tratando. Hay intentos para que los pequeños empresarios se alineen con la estrategia económica del País… No se puede seguir dependiendo de las farmacéuticas”, puntualiza Martí. Vale la pena destacar que, a finales de 2007, Ricardo Rivera Cardona renunció al puesto de secretario de Desarrollo Económico, y que el Gobernador designó para ocupar la vacante al entonces presidente de la Cámara de Comercio, Bartolomé Gamundi. Dicha nominación, al igual que la de Román a la CCE y la de Jorge Irizarry para la presidencia del Banco Gubernamental de Fomento –puestos clave en el gabinete económico-, esperan por la aprobación de la Legislatura. No obstante, Román asegura que la presente administración sí está enfocada en motivar el empresarismo. “Precisamente”, dice, “el desarrollo del empresarismo local ha sido una de las prioridades de la plataforma de desarrollo económico del Gobernador, y, por consiguiente, uno de los puntos fundamentales de su política pública plasmado bajo la iniciativa Apoyo al de Aquí, que está incluido en el Plan de Desarrollo Económico y Transformación del Gobierno’”. El funcionario destaca que la estrategia de apoyar al comerciante local tiene cuatro programas principales, todos adscritos a la CCE que él dirige: La Llave para tu Negocio; los Centros Expreso de Trámites para PYMEs, que conocemos como CET-PYMES, Puerto Rico Exporta y la Certificación Ideal. El director ejecutivo de la CCE añade que, junto a las otras estrategias del plan económico (mejorar la infraestructura para facilitar la inversión privada, insertar al País en la economía del conocimiento, impulsar el turismo, diversificar las fuentes de energía para reducir la dependencia del petróleo y transformar la calidad de los servicios gubernamentales), se tiene como objetivo “diversificar y fortalecer” las bases de la competitividad del País en la economía global. Además, en conjunto, “el desarrollo de nuevas empresas y el fortalecimiento de las ya existentes promoverán que lleguen nuevas inversiones a la Isla a crear un mejor clima para hacer negocios en Puerto Rico”.
En tanto, las asociaciones que agrupan a los empresarios del País reconocen los esfuerzos del Gobierno aunque con reservas. El área con más quejas es el de los permisos, la burocracia. Las tardanzas en este aspecto son destacadas por el Foro Económico Mundial en la posición que le otorgó a Puerto Rico en el Índice de Competividad Global (el 36 entre 131 países). Álvarez aplaude la iniciativa para acelerar la otorgación de 1,100 permisos que estaban estancados, los cuales representan unos $9,000 millones en inversión, aunque resalta que el efecto se verá a finales del 2008 o ya en el 2009 porque los proyectos o negocios tienen que realizar otra serie de gestiones antes de comenzar a operar. “La realidad”, según el líder de la Cámara de Comercio, “es que lo que necesita el País es una buena legislación de permisos. Que lo que se hace por orden ejecutiva o por iniciativa de agencias, se plasme en una ley para que, cuando la agencia emita el permiso, el tribunal no lo invalide. Los permisos deben darle certidumbre a todas las partes involucradas porque el miedo paraliza la economía”. Mientras, el presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), Elliot Rivera, asegura que la motivación para los empresarios es cero, a pesar de la orden ejecutiva de Apoyo al de Aquí. “Nos encontramos que vamos a pedir permisos para proyectos nuevos y se tardan meses o años, eso desalienta al que quiere establecer un negocio nuevo”, enfatiza. Otro aspecto que durante mucho tiempo han denunciado las PYMEs es que se les excluye de los incentivos económicos y contributivos que se ofrecen a las grandes empresas multinacionales que se establecen en la Isla. En medio de la discusión para crear una nueva ley de incentivos industriales, se le encomendó al CUD elaborar una medida que beneficie específicamente a las PYMEs. “Nos va a tomar unos meses trabajar en el proyecto de ley porque queremos presentar unos estudios realistas y concienzudos, que le den una base sólida que no deje lugar a demasiadas dudas”, comenta Rivera al subrayar que quieren minimizar las posibilidades de que la medida enfrente problemas para su aprobación en la Legislatura. El grupo de trabajo está compuesto por profesionales con experiencia en el sector de las PYMEs, como la contadora Carmen Ana Culpeper, ex directora de SBA en Puerto Rico; el economista Gustavo Vélez; el presidente de la Cámara de Mercadeo de la Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), Benjamín Negrón; el presidente electo del CUD, Pedro Malavé, y un delegado del Colegio de Contadores Públicos Autorizados. El proyecto debe estar listo para presentarse en mayo. Álvarez recalca, sin embargo, que no se debe enfocar sólo en los elementos negativos de la economía y en el clima empresarial de Puerto Rico, ya que existen las herramientas para echar hacia delante. En el mismo tono se expresa Martí. “Hay oportunidades. Aunque el empresario que se lance tiene que estar comprometido, tener la visión y estar apasionado… El éxito está pautado en la oportunidad que pueda identificar ese empresario en el mercado con unas gotitas de mucha pasión”, asegura.