Mientras la Universidad de Puerto Rico (UPR) se recupera de los estragos que dejó el huracán María, a tres meses del embate del ciclón al menos seis de sus unidades se encuentran más avanzadas en etapas de restablecimiento.
Mientras que la Junta de Gobierno de la UPR certificó que los daños a nivel sistémico alcanzaron los $132 millones aproximados, la comunidad universitaria aún continúa adaptándose a sus rutinas académicas, a 93 días después de María.
Sin embargo, a raíz de la tormenta, varias unidades de la UPR unieron sus esfuerzos, y mediante organizaciones universitarias, ayudaron a las comunidades más impactadas afuera de los portones.
Por ejemplo, el Recinto de Ciencias Médicas (RCM) –cuyo campus fue el primero en reiniciar sus clases el 9 de octubre– se dedicó a visitar a más de 40 municipios, ofreciendo servicios médicos a cerca de 2,000 personas afectadas por el temporal, según el rector interino de la institución, Segundo Rodríguez.
Gracias a la rápida energización del Centro Médico de Río Piedras, el RCM también tenía energía eléctrica desde el 3 de octubre, día en el que iniciaron labores los empleados no docentes. No obstante, el rector interino aseguró que el servicio de electricidad es “inestable”, debido a los recurrentes apagones en el área metropolitana.
De acuerdo con Rodríguez, el RCM sobrepasó los $10 millones en daños. El edificio más impactado fue el de la Escuela de Medicina, donde están las oficinas de Registraduría y Asuntos Estudiantiles que fueron evacuadas por ser “casi pérdida total”.
“Hemos aprendido qué cosas debemos hacer para estar mejor preparados ante otro evento atmosférico”, expresó el rector interino, quien recalcó su agradecimiento por las donaciones que recibió el recinto de parte de hospitales en Estados Unidos y hasta de República Dominicana.
Mientras que el RCM solo ha perdido 10 estudiantes mediante bajas oficiales –lo cual para el rector interino es la tendencia regular de cada semestre–, un 100% de sus alumnos de Enfermería aprobaron sus reválidas el mes pasado, siendo un gran logro para el recinto en tiempos post-María.
“Son los héroes y heroínas anónimos”, manifestó orgulloso Rodríguez.
Prioridad a las ayudas comunitarias en UPR Bayamón
Los centros de acopios y comedores sociales en la UPR de Bayamón (UPRB) –cuya unidad cuenta con servicios de electricidad y agua desde el primer día de clases, el 30 de octubre– no han cesado su labor comunitaria dentro y fuera de la universidad.
La unidad no solo identificó a “muchos estudiantes [del campus] que necesitaban ayuda”, también continúan repartiendo desayunos y almuerzos a los alumnos. Además visitaron al menos ocho escuelas del Departamento de Educación (DE) aledañas al campus para hacer recogidos de escombros y limpieza, contó el rector interino de la institución, Miguel Vélez Rubio.
Mientras tanto, el campus mantiene sus procesos de restauración, tras sufrir daños que ascienden los $8 millones. Uno de los edificios que tuvo más daños fue el 400 del Departamento de Administración de Empresas e Ingeniería, que según Vélez Rubio, fue catalogado como pérdida total.
Como en otras unidades, surgieron un sinnúmero de quejas estudiantiles el mes pasado, debido a los químicos utilizados en la remoción de asbestos del edificio 200 de Ciencias Naturales. Efectos secundarios como problemas respiratorios, salpullidos en la piel, incluso, vómitos, fueron algunos de los casos que presentaron los estudiantes del campus vaquero al estar expuestos a los químicos que tenían sus salones de clases.
No obstante, la respuesta del rector interino fue “rápida”, y este ordenó la paralización del químico mientras los estudiantes estén en la universidad, declaró la presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE) en UPRB, Nathalie Regalado.
Tanto el edificio 200, como el edificio 300, que alberga las clases de Humanidades y Educación Física Adaptado, esperan estar reabiertos para el próximo semestre, indicó el rector interino.
Aunque tras el embate del ciclón la UPRB perdió aproximadamente 60 salones, de acuerdo con Vélez Rubio, los procesos de recuperación de estos espacios académicos comenzaron hace un mes atrás.
UPR en Utuado con pocos daños
Tras considerarse una de las unidades con mejor estabilidad en su infraestructura, la UPR en Utuado (UPRU) el seguro institucional le otorgará una primera asignación de $200 mil –la menor de todo el sistema UPR–, para la restauración del campus.
Sin embargo, nada más con los recogidos de escombros en la unidad rural, se han superado los $100 mil en gastos, sentenció el rector interino de la UPRU, José Heredia.
Mientras que el campus utuadeño cuenta con servicios de luz y agua, por otro lado, carece de otros recursos para los estudiantes.
Las telecomunicaciones han sido uno de los mayores obstáculos en el municipio y, por consiguiente, en la institución universitaria. Apenas llega la señal de teléfono y la falta de Internet ha sido la queja principal de la comunidad universitaria, esto debido a averías y antenas caídas.
No obstante, el rector interino aseguró que desde la semana pasada se ha trabajado con las debidas reparaciones.
Asimismo, la falta de aires acondicionados en los salones de clases y en la biblioteca general es otro asunto por resolverse en UPRU. “Ningún salón de la universidad tiene aire acondicionado”, señaló Heredia.
Según el rector interino, esto se debe al poco voltaje que aún tiene la energía eléctrica en el campus, y que los constantes bajones podrían dañar el sistema de aires. Empero, esto no ha afectado la accesibilidad de los estudiantes a los centros de estudios.
Tránsito complicado para llegar a UPR de Aguadilla
Entre las complejidades mayores que enfrenta la UPR de Aguadilla, similar a los desafíos que vive el País para llegar a sus centros de trabajo, es poder dirigirse hacia la universidad en la misma duración de tiempo anterior al paso de María.
De acuerdo con la rectora interina de la unidad, Ivelisse Cardona, hasta un 78% de los estudiantes de la institución viajan al campus desde pueblos aledaños.
Este es el caso de Darieliz Nieves, quien tarda más de dos horas en llegar de San Sebastián hasta la UPR en Aguadilla, camino que, antes del huracán, le tomaba 45 minutos.
Carreteras como la 111 en San Sebastián, por la cual viaja la estudiante, continúan cerradas y no se espera apertura por lo menos hasta marzo del próximo año.
A consecuencia de las dificultades para acceder al campus, 138 estudiantes se han dado de baja oficial. Según la rectora interina, muchos de estos hicieron traslados a otras unidades, y otros salieron del País.
De igual manera, el campus reportó daños preliminares a $650 mil, que responden principalmente a los daños que recibió la biblioteca Enrique A. Laguerre y el edificio del departamento de Administración de Empresas. En la biblioteca, el problema principal fue la presencia de hongos y la pérdida de colecciones de libros, por el agua que entró a estos edificios. No fue hasta el pasado 28 de noviembre que la biblioteca reabrió de manera parcial.
“Poder estudiar ha sido el mayor reto. Aunque me llegó la luz hace unos días, estuve estos meses estudiando con la luz de mi celular y con la ayuda de linternas”, declaró la estudiante Odalys Mercado.
Actualmente, por motivos de seguridad, la UPR en Agudilla cierra sus portones a las 6:00 p.m.
A la delantera unidades de Ponce, Arecibo y Carolina
Al igual que el RCM y la UPRB, la UPR en Ponce (UPRP) fue una de las primeras en energizarse.
Para el reinicio de clases –el 30 de octubre–, la unidad ponceña contó con el 93% de sus estudiantes y el 95% del profesorado, informó la rectora interina de UPRP, Carmen Bracero, en entrevista telefónica con Diálogo.
Según Bracero, en la UPRP se han completado los trabajos de remoción de hongos en la biblioteca, así como los sellados de techos. Por tal razón, la biblioteca tuvo accesibilidad desde que se reiniciaron labores en el campus, con servicios de computadora, impresoras e Internet.
Aunque la rectora interina alega que los estudiantes estaban “ansiosos por abrir el campus”, permaneció “consciente de las limitaciones de los estudiantes”. El comedor social, presente en la mayoría de las unidades de la UPR, también tuvo su espacio en UPRP.
Por su parte, la UPR de Arecibo también cuenta con servicios de electricidad, agua e Internet para los lobos y lobas. Inclusive, según el rector interino, Carlos Andújar, alrededor de un 90% de los salones ya se han habilitado y funcionan sus aires acondicionados.
A pesar de este escenario, la unidad estimó sus pérdidas en unos $518 mil aproximados. Las áreas más afectadas del campus, el Decanato de Estudiantes y el Teatro, se encuentran cerrados por causa de las filtraciones de agua en el techo, ambos ubicados en el mismo edificio. También, cada vez que llueve, se afectan los laboratorios del Departamento de Comunicación Tele-Radial, la sala del Senado Académico y el Anfiteatro A, ya que todos comparten la misma edificación del Decanato.
Por otro lado, la UPR de Arecibo se convierte hoy en la primera unidad en culminar el semestre académico.
Le acompaña la UPR en Carolina (UPRCA), cuya pérdida mayor fue en el 85% de su vegetación.
Las filtraciones en los techos de Tecnología de Ingeniería, Recursos Físicos y Ciencias Naturales estaban por comenzar en esta pasada semana, detalló el ingeniero de Planta Física en la unidad, Herman Muñiz, mediante entrevista telefónica.
Actualmente, la biblioteca es la única parte del campus que no tiene servicios de electricidad. No obstante, según los cálculos de Muñiz, para finales de diciembre ya contará con la luz de un transformador.
Por el momento, UPRCA tiene cuatro laboratorios de computadoras e impresoras para que la comunidad universitaria tenga acceso a la tecnología. Sin embargo, partes de estos laboratorios están siendo utilizados por distintas oficinas de la universidad.
Esto ocasiona que las áreas de uso para estudiantes se llenen hasta formar filas tediosas para poder acceder a las computadoras o impresoras.
Asimismo, el ingeniero Muñiz aseguró que próximamente comenzará la eliminación de hongos en los edificios de Administración de Empresas, Asistencia Económica, Consejería y Servicios Psicológicos, y la biblioteca.
Diálogo intentó conseguir una respuesta del rector interino de UPRCA, Jorge Valentín, pero este no estuvo disponible.
Gil Rivera colaboró en esta historia.
Esta es la segunda parte. Vea la primera parte aquí.