Si pensaban que las elecciones de noviembre en Puerto Rico serán de castigo -votarle a un candidato para que no gane el otro-, es que quizá, no se han fijado en las de Estados Unidos.
Según la columnista de The New York Times, Maureen Dowd, y el jefe del buró del mismo periódico en Washington, Carl Hulse, ambos candidatos a la presidencia no poseen popularidad entre los votantes.
“Tenemos dos candidatos muy poco populares. Los electores van a votar en contra de uno de ellos y no sabemos quién ganará”, aseguró Dowd, ganadora del premio Pulitzer en 1999 por sus comentarios en el juicio político en contra de Bill Clinton.
De igual modo, Hulse concordó en que nunca se había visto a dos candidatos tan poco populares, “pero alguien tendrá que ganar”. Asimismo, aseguró que no espera que el Congreso cambie de bando. “No espero que muchas cosas cambien. No espero mejoras en el Congreso”.
Hulse es uno de los principales periodistas políticos en Estados Unidos. Ha informado, por más de 30 años, de los acontecimientos capitalinos, anteriormente en The Times y ahora en The New York Times.
Para Dowd, “a Trump le falta sustancia y a Hillary le sobra, pero no puede amarrar a la masas. Trump es la Kim Kardashian de la política, su narcisismo sobrepasa su sustancia”.
Estas expresiones se dieron como parte del evento, Conversatorio en el Conservatorio: Elecciones presidenciales 2016 Clinton vs. Trump, el pasado miércoles en el Teatro Bertita y Guillermo L. Martínez del Conservatorio de Música de Puerto Rico en Miramar.
La columnista comenzó el conversatorio asegurando que “Trump da ansiedad y que Hillary deprime”. A lo que Hulse le contestó que cierta parte de la población estadounidense se siente excluida con los candidatos a la presidencia. “Ellos quieren alguien que represente su historia”, aseguró el jefe del buró.
Para ambos periodistas, el enojo de los votantes hace difícil predecir los resultados de noviembre.
En tono humorístico, Hulse le preguntó a Dowd por el cabello de Trump, a lo que contestó con gracia: “Por eso me encanta Trump, va más allá de la sustancia. Hillary está enojada, siempre habían hablado de su cabello y ya no”, y el público se desbordó en carcajadas.
Sin embargo, Hulse aseguró que ha compartido y cenado con el empresario republicano. “Él es gentil y quiere escuchar lo que tienes que decir, él es atento. Estamos hablando de un tipo de bienes raíces que te va a decir lo que sea para cerrar el negocio. Él te vende todo”.
Dowd, por el contrario, piensa que Trump es como un niño que no tiene idea de lo que sucede en Washington y cuestionó varias veces si él realmente sabe lo que son unas elecciones presidenciales.
Acto seguido, el veterano periodista político le cuestionó a Dowd de su relación de antaño con Trump y si realmente el empresario sabía lo que estaba haciendo, si quería ser presidente, si era una estrategia de los Clinton para ganar las elecciones o era un emisario de Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Dowd evadió la pregunta, diciendo que “él pasó de tener una reputación divertida a ser la de un Hitler. Sin embargo, está recibiendo toda esta atención y eso le gusta”.
“Yo no sé si él quiere ser presidente, pero él quiere ganar”, inquirió Hulse.
“Sí, él quiere ganar. Y si regresa como perdedor, eso le afectará en sus negocios”, apuntó Dowd, quien ha publicado dos libros, Bushworld: Enter at Your Own Risk (2004) y Are Men Necessary?: When Sexes Collide (2005).
Ambos contrastaron la campaña de los candidatos y afirmaron que Trump no tiene una estrategia como tal, lo que afectará su desempeño. Mientras que Clinton tiene personas que saben cómo hacer cambiar de parecer a los votantes.
Aun así, Dowd apuntó que “a las personas lo que les preocupa de Hillary es su [falta de] honestidad”.
“Ella no quiere exponerse. Ella no quiere que la vean y eso es un problema”, enfatizó Hulse, haciendo hincapié en el escándalo de los correos electrónicos en el cual evidencia un posible boicot a Bernie Sanders.
Asimismo, el autor de la columna On Washington confesó que “ella [Clinton] tiene humor, maligno, pero humor”, pues según él, en persona y entre sus allegados se comporta de manera distinta a lo que proyecta en su candidatura.
Entonces, “¿cuán loco sería tener a Trump de presidente?”, cuestionó Hulse. “Sería una locura. Una ventaja es que ya está loco. Sería como una guardería. Despierto a las 3:00 a.m. tuiteando. Y la relación con Putin duraría tres segundos”, contestó inmediatamente Dowd.
En otros temas, los periodistas comentaron sobre la fractura racial tras la elección del primer presidente afroamericano de Estados Unidos. Lo que se proyectaba como una unión más cercana entre blancos y negros, ha resultado en un enfrentamiento entre ambos y un candidato presidencial tildado de racista.
“¿Cuál será la reputación de Obama en los libros de historia?”, preguntó Dowd.
“Él no recibe el crédito por habernos sacado del abismo económico”, contestó Hulse, quien explicó que Estados Unidos en el 2008 colapsó económicamente y las decisiones de Obama lograron sacar a flote a la nación norteamericana.
“Mi crítica hacia él [Obama], es que se ha mantenido al margen y a las personas le hubiera gustado que se enrollara más las mangas”, disintió Hulse, quien lo ve como a un hombre que no le gusta la política.
A preguntas del público sobre la percepción de los periodistas sobre PROMESA, Hulse apuntó: “Sé que ustedes están orgullosos de su soberanía y de Puerto Rico. Creo que los nombramientos parecen justos y eso debe darle aliento a ustedes […] La junta fue capaz de tomar las decisiones difíciles y Washington D.C. salió de la crisis. Tengo bastante confianza de que va a terminar bien”.