Una amiga me preguntó anoche si ya sabía la noticia -del momento- sobre Ricky Martin. Al responderle que no tenía idea de lo que hablaba me preguntó que en qué país vivía. Pensé que el ex menudo se habría muerto o algo así, pero entonces mi amiga me informó de la revelación que brillaba en todas las versiones digitales de los noticieros de Puerto Rico y en los status de Facebook de la mayoría de los compatriotas: Ricky Martin salió del clóset, admitió que es gay. ¿Por qué tiene que ser un evento mediático el que se revele la inclinación sexual de una persona? Porque por más que Ricky sea una figura pública, no deja de ser Enrique Martín Morales, una persona de carne y hueso que tiene tanto derecho a que le gusten los hombres, las mujeres o ambos sexos. Definitivamente es una figura pública. Su música ha sido exitosa en los cuatro rincones del mundo y es uno de los astros boricuas más famosos de todos los tiempos. Pero lo que es público es su música, su talento y su imagen, no sus gustos sexuales. Si Ricky Martin decidió hacer pública su sexualidad bien por él. No debería haber razones para mantener oculta la orientación sexual y ciertamente hay razones para celebrar el que una figura tan prominente como él haya aceptado que es homosexual, abriendo un poco más la brecha para la aceptación y la apertura en un país donde la homofobia, la represión y la ignorancia rampante generan un ambiente hostil que ocasiona que muchos homosexuales oculten su naturaleza. Pero generar un evento mediático al respecto ya es demasiado. Claro que es una noticia por lo que se ha dicho en el párrafo anterior, pero no es una que realmente sorprenda (pues ya se suponía) y de hecho, no debiera sorprender. Es culpa de la sociedad en la que vivimos, en la que la heterosexualidad es la norma y toda inclinación distinta es meritoria de atención especial, ya sea a favor o en contra, como lamentablemente suele suceder. Por otra parte, el activista de la comunidad Lésbica-Gay-Bisexual-Transgénero (LGBT) Pedro Julio Serrano, portavoz del movimiento Puerto Rico Para Tod@s declaró estar muy contento con la noticia: “Me siento sumamente orgulloso de que Ricky Martin anuncie hoy (ayer) que es uno de los nuestros. Es un día glorioso para las comunidades lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT) boricuas. Que una persona tan querida y reconocida como lo es Ricky anuncie sea parte de nuestras comunidades, le da esperanzas a miles de niños y jóvenes que están luchando para aceptar su orientación sexual o su identidad de género”. Pero luego añade: “Con su salida del clóset, viene una nueva responsabilidad. Por ser una figura tan querida y reconocida – que muchas personas a través del mundo al pensar en Puerto Rico, la primera persona que les viene a la mente es Ricky – él debe convertirse en un soldado de fila en la lucha por la igualdad y la justicia para las comunidades LGBT”. Esta aseveración abre espacio para un debate sobre si realmente cae ahora una responsabilidad sobre el ex menudo, o por el contrario, el activista Serrano podría estar dándole un rol a Ricky Martin que no le pertenece realmente. El que ahora haya aceptado ser homosexual no implica que deba convertirse en un militante activo de la lucha por los derechos homosexuales. Ricky Martin ya lucha y participa en varias causas importantes, incluyendo la obra de su fundación contra el abuso infantil. Además ya el que una persona talentosa, querida y reconocida por sus buenas acciones haya aceptado ser homosexual, es un aporte para la comunidad LGBT. Ahora bien, el reconocerse como miembro de la comunidad, no lo obliga a ser vocero de la misma. En todo caso, sería coherente que, si le preguntan, declare que apoya la igualdad de derechos y la justicia para las personas no heterosexuales. El pensar que un artista que afirma ser gay debe convertirse en un activista es equivalente a pensar que todo artista que acepte apoyar algún status político deba por consiguiente convertirse en un abanderado militante político. La declaración de Serrano incluso podría cohibir a otros artistas de seguir el ejemplo de Martin, pues se verían bajo la responsabilidad que impone el activista sobre aquel que decide “salir del clóset”. Por el contrario, se debe perseguir que el hablar abiertamente sobre la vida sexual sea algo trivial y no ocasione ni eventos mediáticos ni carga alguna para el que decide hacerlo. Ricky Martin salió del clóset, públicamente, al menos pues suponemos que ya él sabía que era homosexual. Si lo hizo ahora en vez de haberlo hecho antes, es decisión de él. Como declaró Serrano también: “Cada persona sale del clóset cuando está listo y es una decisión personal. Entiendo que Ricky lo quiso hacer bajo sus propios términos, cuando estuviera listo”. Quizás no lo hizo antes porque podría haberle costado su carrera artística o simplemente porque no se sentía cómodo hablando con la prensa al respecto. La verdad es que así como no existen razones para ocultarlo, tampoco debería haber razones para hacerlo público. Ricky Martin es gay y ha decidido decirlo abiertamente en su página de Internet con las siguientes palabras: “Mucha gente me dijo que no era importante hacerlo, que no valía la pena, que todo lo que trabajé y todo lo que había logrado se colapsaría. Que muchos en este mundo no estarían preparados para aceptar mi verdad, mi naturaleza. Y como estos consejos venían de personas que amo con locura, decidí seguir adelante con mi “casi verdad”. MUY MAL. Dejarme seducir por el miedo fue un verdadero sabotaje a mi vida. Hoy me responsabilizo por completo de todas mis decisiones, y de todas mis acciones”. “Ha sido un proceso muy intenso, angustiante y doloroso pero también liberador. Les juro que cada palabra que están leyendo aquí nace de amor, purificación, fortaleza, aceptación y desprendimiento. Que escribir estas líneas es el acercamiento a mi paz interna, parte vital de mi evolución. Hoy ACEPTO MI HOMOSEXUALIDAD como un regalo que me da la vida. ¡Me siento bendecido de ser quien soy!”