Es cierto que las redes sociales de Twitter y Facebook cuentan con millones de usuarios día tras día. Como también es cierto que muchos de estos cibernautas no dudan en entrar a sus perfiles, ya sea desde su lugar de trabajo, la universidad, en el cibercafé o desde la comodidad de su hogar. Donde sea, los miembros de los sitios webs ingresan con el fin de actualizar o navegar a través de su profile. Estas redes electrónicas han sido testigo de muchos eventos importantes desde su incursión a la Internet. Como por ejemplo, la muerte de Michael Jackson, campañas de políticos para las pasadas elecciones, golpes de Estado, entre otros. Pero, ¿qué tal si durante la boda, el futuro esposo (a), interrumpe a quien los casaría para hacerle un “update” a su status?
Esto fue lo que le pasó a Tracy Page, cuando su todavía novio, Dana Hanna, ambos estadounidenses, sin pena alguna, sacó el celular y le dijo al ministro que esperara en lo que él cambiaba su status en Facebook y Twitter. De inmediato los invitados, incluyendo a los novios, entraron en un mal de risas. El ministro bromió: “¡es oficial en Facebook, es oficial en mi libro!”, justo cuando Dana terminó su hazaña. Más tarde, el esposo explicó que “No sólo sorprendí a mis invitados, también a Tracy cuando saqué mi teléfono móvil para actualizar Twitter y Facebook. Además, tenía su celular listo para cuando ella me lo pidiese. Nadie sabía de ésto, sólo el ministro y yo.” Confesó que, el día que se comprometieron, no le avisaron a nadie. Solamente lo escribieron en sus perfiles en las redes sociales para ver qué tan rápido llegaba la noticia. Inmediatamente recibieron mensajes y llamadas de cientos de familiares y amigos. Una vez más, las redes sociales siguen dando de qué hablar, convirtiéndose en parte de nuestro diario vivir. Es que “sí, queremos” que así sea.