En un mundo donde los hábitos de lectura están cambiando gracias a la tecnología, cada vez –creen algunos– parece haber menos espacio para el libro impreso. Esto lleva a pensar cuál será el devenir del mundo editorial. En el panel El futuro del mundo del libro: Editar en aguas revueltas, que formó parte de los paneles y conferencias del Festival de la Palabra, se discutió precisamente eso y se dejó ver un futuro esperanzador para esta industria.
El panel, moderado por Alfredo Torres Ortiz, dueño de La Tertulia, estuvo compuesto por Laura Niembro, editora mexicana y directora de la Feria del Libro de Guadalajara; Javier Hernández Acosta, conocedor en inversión cultural; Mishad Orlandini, editora guatemalteca; Samuel Medina, editor puertorriqueño y dueño de Libros AC, y Neeltje Van Marissing, directora de la Editorial dela Universidad de Puerto Rico.
Según explicó Javier Hernández, gracias a la apertura de la antigua librería Borders, las pequeñas librerías fueron cerrando poco a poco, hasta reducirse en un 60%. Como resultado del posterior cierre de esta megatienda, en el país quedó un hueco muy grande en la oferta de libros. Este afirma que las editoriales deben buscar rutas alternas para lograr que la gente lea. Para Hernández, la clave está en ver lo que viene para el futuro, y trabajar en base a ello.
Sobre esto, Mishad Orlandini comentó: “Debemos deconstruir el libro como un artefacto de conocimiento y dejar el fetiche de lo que es el libro en sí. Pensar en audio libros, blogs, libros electrónicos y trabajar con eso”.
Aunque muchos de los panelistas apuestan por digitalizar sus textos o trabajar con otras fuentes que fomentan la literatura, Samuel Medina se mostró en contra de los libros electrónicos, o ebooks, comentando que es “solo un texto en una página web. No es nada palpable y rompe el proceso de creación de un libro. Por consiguiente, quita empleos”. Este no se niega totalmente al uso de la tecnología, ya que utiliza muchas plataformas sociales para vender libros impresos.
Por su parte, la editora mexicana Niembro considera que uno de los mayores errores de las editoriales es el no fomentar nuevos lectores. Según los panelistas, muchas veces se trabaja exclusivamente para el público culto que compra libros impresos, público que claramente va en picada. Esto lleva a que las editoriales ignoren que se pueden leer muchas cosas más, como los cómics, que van cada vez en aumento. “Nos olvidamos que la literatura existía antes que el libro”, expresó Niembro.
Orlandini dejó claro que hay que ver la literatura como algo apetecible. Como ejemplo, explicó que, en vez de promover la lectura como un castigo para los niños, sería mejor promoverla y que se vea como un deleite y no solo como un arma de conocimiento.