“Cuando era niña todo me cohibía, mis padres, mis hermanos, pero sobre todo ese miedo que me provocaba que aquella historia nunca llegara a su fin”. Son las palabras de una mujer que durante toda su niñez fue víctima de violencia, y cuya vida matrimonial no fue un cuento de hadas. Según los relatos de esta mujer, a los 18 años decidió casarse con un hombre al que escasamente conocía. “Lo único que deseaba en mi vida era salir de mi casa y terminar con el infierno que me agobiaba”, relató la joven sin saber aún todo lo que le esperaba. Durante su matrimonio, la relación que había vivido con sus padres desde pequeña se repitió. Su marido la maltrataba y hasta la violaba, fue entonces que su nueva vida se convirtió en su peor pesadilla. A pesar de la angustia que vivió, pudo ser bendecida con dos hijos varones, aunque esta dicha duró pocos años ya que los perdió cuando eran adolescentes. Su hijo menor, a los 17 años, entró en el mundo de las drogas. Su madre angustiada intentó una y otra vez obtener las ayudas necesarias para salvar a su hijo del abismo en el cual se hundía. Sin embargo, cada uno de los esfuerzos que hizo fueron en vano, debido a que su hijo fue asesinado en una balacera en medio de una transacción de drogas. En ella sólo quedaba la esperanza de ver a su hijo mayor graduarse de la universidad, la cual finalizaba un mes antes de sufrir un accidente automovilístico en el cual perdió la vida. Fue así como se quedó sola, en manos del hombre que la maltrataba y que dormía a su lado cada noche.
“Nunca busqué ayuda, pues él me intimidaba”, declaró la joven. El miedo de esta mujer fue tan grande que la única salida que veía era el suicidio. Según ella, su vida estaba llena de frustraciones porque nunca pudo lograr ser la gran periodista que siempre soñó. No tan sólo por la falta de dinero, sino también por todos los obstáculos que se le interpusieron en su camino, donde lamentó no tener una mano amiga que le aconsejara y ayudara a salir de ese infierno terrenal. Situaciones como esta no son una novedad en la Isla ni en el mundo. En Puerto Rico existen cientos de casos de violencia doméstica y violación sexual, los cuales en su mayoría se tratan de solucionar con la mayor brevedad posible. Sin embargo, uno de los problemas más frecuentes a los cuales estas víctimas se enfrentan es al desconocimiento de centros de ayuda donde puedan recurrir en conflictos de este calibre. Según las cifras emitidas por la página electrónica, www.tendenciaspr.com, el año pasado murieron 26 mujeres y un hombre víctimas de violencia doméstica. En lo que va de año, seis mujeres han sido asesinadas por el mismo caso. Las estadísticas demuestran que la cantidad de incidentes por violencia doméstica asciende a 17,671 casos. Sin embargo, informan que la tasa es menor a la de otros años, entre los cuales 14, 822 han sido mujeres y 2,849 han sido hombres. Sin embargo, existen centros de ayuda donde las víctimas de la violencia pueden acudir para ser atendidas. Uno de estos lugares lo es el Centro de Ayuda de Víctimas de Violación (CAVV), perteneciente al Departamento de la Salud de Puerto Rico, el cual se ha dedicado durante más de 30 años a brindarle ayuda a las víctimas de violación. Esta organización cuenta con un equipo de trabajo adiestrado para la consejería de casos de violación y prevención. Según este centro de ayuda, la clave consiste en no callar el delito y buscar ayuda lo más pronto posible antes de que sea tarde.