Pompeii, junto a su vecina ciudad Herculano, recibió no tan cristiana sepultura en el año 79 por el ahora considerado peligrosísimo Monte-Volcán Vesubio. El monte estuvo 19 horas escupiendo, destruyendo todo en su camino con cuatro kilómetros cuadrados de ceniza y roca. Los habitantes de la tierra que ahora visito como turista, murieron de la peor forma: sin esperanzas de sobrevivir.
Desde la lejanía puede confundirse con un monte cualquiera: utiliza las nubes como estolas, para cubrirse del mismo frío producido por su altura y la flora que lo rodea envejece como todas las demás, de acuerdo a las estaciones. Estudiosos afirman la presencia de más de 900 especies de plantas residentes, 100 tipos de aves en sus alrededores y otros animales.
Solo lo delatan los rastros de lava y piedra seca, dejados atrás precisamente para servir de señal de alerta en un futuro. Allá en lo alto del cielo, el monte vigila la ciudad de Nápoles. Duerme desde hace muchos años y nadie lo estorba. Siglos después, convertido en atracción turística, parece haberse desprendido de las “malas mañas”, su última erupción siendo en el 1944.
En el vídeo se puede ver el cráter del volcán y la neblina que cubre el paisaje.
Divisaba el Vesubio desde lo que fuera el Templo de Venus en las ruinas de Pompeya. Venus, en mitología romana; Afrodita en la egipcia, era la diosa del amor. Su reino yacía en lo más alto de la ciudad, con vista panorámica.
Para llegar al templo de Venus es necesario caminar un largo trecho, vistoso y agotador. Antes, usualmente se recorría el tramo en carroza. Ahora, en grupos de 20 personas o más, liderados por un(a) erudito(a) en historia italiana, quien además recibe un sueldo por ello.
Lo que queda de Pompeii, mantiene su distinción y honor. Los visitantes pueden disfrutar de sus columnas, esculturas y pinturas originales, además de los anfiteatros clásicos y sus frondosos jardines. Algunas misceláneas, como escribir los nombres de los dueños adinerados de las casas han sido restauradas o completamente reconstruidas. Para el guía turístico, es importante mencionar a qué familia le pertenecía cada casa, porque le confiere aún más vida y nivel de interés a las ruinas.
Las ruinas de Pompeya.
La Casa del Poeta Trágico o la casa de Homero, es destacada por sus interiores más que por sus exteriores. No se sabe nada de sus dueños, pero sabemos que dentro del hogar se camina por pisos de mosaico y frescos de distintas escenas alusivas a la mitología griega.
El templo de Isis, por su lado, fue descubierto en las excavaciones hechas en el 1764. Según cuentan, Isis era una diosa egipcia con influencia en la cultura greco-romana. Se le alababa como la mujer y madre ideal y la amiga de los esclavos, pecadores y artistas, entre otras cualidades. El templo en sí, contiene características egipcias, como los símbolos en las paredes y un purgatorio dentro de la estructura.
En el área donde conservan las esculturas, una en particular llamaba más la atención. Consistía de un arrodillado, quien aparentemente rezaba en las calles por la eternidad. Igualmente, pueden verse las figuras petrificadas de quienes murieron en el suceso del 79.
De Pompeii y otras experiencias puedo deducir que las ruinas, al igual que las estructuras y las personas, son eternas en la medida en que cuentan una o múltiples historias.