Algunos pensaran que el arte y la ciencia no tienen la capacidad de converger. Sin embargo, en el pasado no había tal cosa como una separación entre un científico y un artista. Bien lo demostraron Leonardo Da Vinci, Albert Einstein y el puertorriqueño Agustín Stahl. Tomando esto como referencia, para demostrar que existe un paralelismo entre ambas disciplinas, la Universidad de Puerto Rico en Carolina (UPRCa) celebró el simposio Las Estéticas de las Ciencias.
En la actividad se ofrecieron conferencias, talleres y un concierto que estuvo acompañado de la exposición Convergencias: tecnología, ciencia y arte. Entre los conferenciantes estuvieron el artista plástico y profesor Rafael Trelles, el director asociado de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, Rafael Irizarry y el artista residente de la UPRCa, Heriberto Nieves.
“Precisamente, queríamos una actividad que demostrara lo que tienen en común las artes y las ciencias. Hoy se realiza este simposio para conmemorar esa convergencia. […] Yo veo la convergencia en todos sitios, principalmente de la ciencia hacia el arte. Creo que las ciencias se nutren todo el tiempo de la creación artística y me parece que la actividad humana es creación, así que en ambas disciplinas el ser humano crea”, mencionó el doctor Moisés Orengo, rector de la UPRCa y quien ideó la actividad junto a la doctora Mónica Lladó, profesora del Departamento de Español de la institución.
La conferencia que abrió el evento se tituló La música es tan arte como ciencia y fue impartida por Irizarry, quien además de llevar más de treinta años en la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, se destaca como catedrático en el Conservatorio de Música. El músico enfatizó que el arte y la ciencia siempre han estado vinculadas.
“En tiempos de Platón se hablaba de la organización de las disciplinas en el gimnasio (Escuela) y la música era parte de lo que ellos llamaban el quadrívium, o sea, los cuatro pilares de una educación completa”, destacó el profesor.
Irizarry mencionó que todas las tradiciones del mundo reconocen la presencia de frecuencias matemáticas en la forma en que los sonidos se asocian y pueden ser recibidos por el oído. Añadió que estas frecuencias, así como la distancia entre las notas musicales distribuidas en el pentagrama, “determinan lo que muchos llaman la apreciación de la música”. Esto quiere decir que ambos factores son parte esencial para determinar si una melodía nos gusta o no.
Sin embargo, aclaró que esto es solo en nuestra cultura, pues la distancia de intervalos entre notas musicales de otras culturas son distintas a las nuestras. “Por eso es que cuando escuchamos la música de India de la antigüedad nos resulta extraña al oído”, destacó.
El profesor comentó que es importante para el desarrollo de un músico entender estos conceptos y a la misma vez criticó que desde el siglo diecinueve hasta nuestros días la música sea enseñada como un disciplina aislada. Agregó que la labor de entidades como la Escuela Libre de Música de San Juan – en donde los estudiantes tienen la posibilidad de tomar cursos de educación general y clases especializadas de música – tiene el propósito de romper con este esquema y promulgar un enfoque multidisciplinario.
El título de la segunda conferencia fue Flora: un encuentro con las acuarelas de Agustín Stahl y estuvo a cargo de Trelles. En la misma el artista plástico explicó que se inspiró en los dibujos del médico y botánico puertorriqueño Agustín Stahl para crear una exposición de obras en medios mixtos, que llevó el mismo título de su intervención en el simposio.
Como parte de sus estudios en botánica, Agustín Stahl documentó varias plantas puertorriqueñas a través del dibujo y la pintura en base de acuarela. Admirado por la delicadeza y el talento de este científico, Trelles decidió imponer un discurso “mágico-mítico” a su obra científico – artística. De esta forma, digitalizó y manipuló varios artes de Stahl y los imprimió, para luego dibujar sobre ellos.
Trelles destacó que “el arte de Stahl era racionalista, pero de gran sentido estético”, por lo que “quise llevar estas acuarelas científicas al terreno simbólico”.
Entre las obras del profesor es posible ver cómo le adhiere un ojo místico a un bambú creado por Stahl. Su capacidad de convertir las hojas de una planta en el cabello de una mujer de descendencia afrocaribeña o transformar tallos en trompas de Falopio en honor a la feminidad y la sensualidad.
En un aparte con Diálogo el artista resaltó que la universidad debe esforzarse más en alcanzar una enseñanza holística. Señaló que el arte puede sensibilizar a los científicos, como también puede ofrecer ventajas a los artistas en el proceso creativo y a la vez aumentar sus ofertas de empleo, dado a que existe un nicho para los ilustradores y fotógrafos en el área de la investigación científica.
Por su parte la exposición Convergencias: tecnología, ciencia y arte está compuesta de esculturas realizadas con partes extraídas de computadoras. Los creadores son José Toledo y Rafael Miranda, quienes laboran en la Oficina de Sistemas de Información de la UPRCa.
La idea, según Miranda, fue generar de piezas inertes, la representación de seres vivos. No obstante, fue incluida entre las obras una bicicleta que representa las cosas que mueven nuestro diario vivir, como lo son nuestras motivaciones.
Entre otras actividades incluidas en el evento estuvo la presentación de un mural pintado por la artista Grace Montalvo, un taller impartido por el escultor Heriberto Nieves, titulado La Oxigrafía: Creación de arte a través de la química y la naturaleza; un concierto denominado Música con ciencia, por la agrupación Monoblog; la charla Arquitectura: ciencia del diseño con el arquitecto Christopher Castillo; y la conferencia El cuerpo desde las letras y las ciencias con los autores Mayda Colón, de Puerto Rico e Ignacio Uranga, de Argentina.