De convertirse en ley el proyecto legislativo para establecer el marco regulatorio y la política pública energética de Puerto Rico, la Universidad de Puerto Rico “será de las primeras entidades” en establecer microredes en cada uno de sus recintos, aseguró el profesor Luis Aníbal Avilés, catedrático en Derecho de la UPR y quien formó parte del grupo de trabajo que redactó la nueva política energética.
“La Universidad de Puerto Rico tiene un laboratorio de microredes que es de los únicos en todo los Estados Unidos. Todos los recintos generarán su propia electricidad”, comentó Avilés a Diálogo.
El vicepresidente del Senado Larry Seilhamer Rodríguez, junto al portavoz de la minoría legislativa, Eduardo Bhatia, y el grupo de trabajo anunciaron la radicación de la medida ayer y detallaron cómo esta sentará las bases para la privatización del sistema eléctrico de la Isla.
La medida exige que la nueva cartera energética provenga de fuentes renovables en el 100 por ciento para el 2050.
Avilés Pagán, quien fue presidente de la Junta de Gobierno de la AEE entre el 2005 y 2009, destacó la importancia de los cambios en la política energética que ayudarán a la entidad pública conseguir el capital privado necesario para mejorar los sistemas de generación y distribución de energía.
La AEE, entidad que al presente se encuentra inmersa en un proceso de quiebra bajo la Ley Promesa para restructurar su deuda de $9 mil millones no tiene acceso a los mercados para financiar mejoras capitales. El gobierno propone vender las plantas generatrices y poner bajo un concesionario el sistema de transmisión y distribución.
“Si no usamos capital privado, no es solo el peligro de que se nos caiga el sistema en un huracán, es que las plantas comenzarán a fallar porque no se les da el mantenimiento adecuado. Yo estuve en la AEE cuando el fuego de Palo Seco y esa planta estuvo cerrada dos años”, aseguró.
El propósito de la medida, según sus autores, es lograr un sistema eléctrico robusto, asequible y confiable mediante la eliminación del monopolio que desde el 1941 ha tenido la AEE a la vez que atiende los efectos del cambio climático.
“No podrá haber un solo productor de generación, ni un solo tipo de combustible. Se establece una nueva cartera de energía renovable que para el año 2025 será de 20%, para el 2040 de 50% y para el 2050 de 100%”, dijo Seilhamer en conferencia de prensa ayer.
“Esta meta de energía renovable se trabajó con el ejecutivo y el gobernador nos peticionó incluir el 100% para el 2050. Con esto promovemos la transición agresiva del uso de combustibles fósiles para la generación de energía a la integración de energía renovable”, indicó.
La medida establece los deberes y responsabilidades de las nuevas compañías eléctricas. Además, elimina la generación de energía con carbón para diciembre de 2027, fecha en que termina el actual contrato con la firma AES Puerto Rico, entidad que se moverá a producir energía renovable.
Además de Avilés, el proyecto se trabajó junto al presidente del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico, Pablo Vázquez; el director del Instituto de Competitividad y Sostenibilidad Económica (ICSE), Tomás Torres; al grupo Rocky Mountain Institute y la directora ejecutiva de la Comisión Asesora para un Puerto Rico Resiliente, Malu Blázquez Arsuaga.
De otra parte, Bhatia hizo énfasis en el concepto de “Prosumidor”, definido en el proyecto como “los usuarios o consumidores de la red eléctrica que generan energía y que además tienen la posibilidad de compartir el excedente de energía con otros usuarios a través de la red eléctrica”.
“Desde 2014, los avances en la tecnología han sido tremendos, y permitirán que cada vez más puertorriqueños nos convirtamos en ‘prosumidores’ de energía. Es decir, que podamos tener la capacidad de producir energía además de consumirla. Estoy comprometido en asumir la lucha para lograr que cada vez más personas y comunidades de Puerto Rico puedan lograr acceso a energía renovable, y asumir el control sobre la manera de producir energía”, sostuvo el portavoz del Partido Popular en el Senado.
El proyecto promueve el uso de centrales eléctricas de menor escala, que tengan la capacidad de operar con múltiples combustibles que minimicen las emisiones de gases de efectos de invernadero.
“Los contratantes que adquieran u operen activos de generación de la AEE deberán modernizar las plantas o sustituirlas por plantas altamente eficientes en un periodo no mayor de 5 años a partir de la firma del contrato de alianza o de venta. Esto tendrá el efecto de erradicar combustibles fósiles altamente contaminantes como el Bunker C.”, señaló.
“De igual forma, las plantas deberán tener tecnología más moderna, de alta eficiencia y con capacidad para integrar generación distribuida y energía renovable a la red de transmisión y distribución. Una mayor eficiencia de las plantas, un combustible más limpio y económico redundará en ahorros al bolsillo del consumidor”, añadió.
El proyecto requiere que toda compañía de servicio eléctrico en Puerto Rico, incluyendo a la Autoridad de Energía Eléctrica, cumpla con el Plan Integrado de Recursos que realizará y aprobará el Negociado de Energía. La medida facilita también la interconexión a la red de transmisión y distribución por cualquier mecanismo disponible incluyendo la generación distribuida, fuentes de energía renovables, medición neta y el uso de microredes.
“Se aumenta de 10 a 25 kilovatios la capacidad de generación distribuida que se podrá interconectar a la red eléctrica. Habrá un término para la interconexión que no excederá de 90 días, de no cumplirse con el tiempo dispuesto, la solicitud de interconexión se aprobará automáticamente”, explicó Seilhamer.
Bajo el proyecto, el Negociado de Energía, ente regulador del sector energético, podrá imponer multas a aquellos proveedores de energía que violenten la ley, cuyos oficiales también podrían enfrentar cargos por delitos menos graves.
En la medida también se destina el 10% de los pagos recibidos con respecto a una transacción de la AEE para nutrir el Fondo de Energía Verde, el cual ayudará a financiar proyectos de energía renovable.