Bañada por los rayos del sol en la plaza de Río Piedras, continúa erguida la Iglesia Nuestra Señora del Pilar. Desde lejos es posible observar en ella los golpes del tiempo. Su pintura desmerecida, las puertas de madera maltratadas y las tejas rotas de los campanarios piden a gritos ser remplazados.
Así, un grupo de ciudadanos decidió tomar cartas en el asunto y a través de la Fundación para el Rescate de Río Piedras y el Comité para la Restauración de la Iglesia del Pilar, se han propuesto salvar del deterioro a este baluarte histórico.
Desde el año 2012 hasta hoy, estas entidades sin fines de lucro se han embarcado en la búsqueda de fondos, en generar estudios que viabilicen las reparaciones y finalmente, en arreglar toda la planta física.
La construcción de la Iglesia del Pilar data del año 1933, cuando Río Piedras todavía era considerando un municipio y no un barrio de San Juan, como lo es hoy día. Sin embargo, la parroquia fue establecida en el 1714. El pasado 2014 cumplió 300 años de fundación.
La actual edificación fue diseñada por el arquitecto Francisco Porrata Doria y tiene una arquitectura predominantemente románica, estilo que marcó a Europa en los siglos XI, XII y principios del XIII. Es por tal razón, que la planta física de la Iglesia del Pilar tiene forma de cruz latina (la usada por la Iglesia Católica) y en el centro una cúpula decorada con tejas en su exterior.
“Yo me bauticé en esa Iglesia y mis padres se casaron en ella. Es importante para mí”, comentó Javier Porrata Monserrate, tasador de profesión y presidente de la Fundación para el Rescate de Río Piedras.
“Luego de dejar a mi hijo todos los días en el colegio, comencé a visitar la misa de por la mañana. Me di cuenta que la Iglesia necesitaba reparaciones. Al principio pensaba que solo era pintar y que se podía organizar con varias personas, pero no. Era algo más serio”, relató el también nieto del arquitecto original de la obra.
Según Porrata, el esfuerzo para restaurar la Iglesia ha sido uno en donde toda la comunidad católica riopedrense ha participado. Los feligreses han realizado ventas de rifas y comida, torneos de golf, conciertos y también han donado dinero en efectivo.
Para realizar los primeros arreglos, la Iglesia fue cerrada en mayo de 2014 y reabrió en abril 2015. Entre las reparaciones de esta primera fase estuvo fortalecer la edificación. “Originalmente la Iglesia solo tenía dos confesionarios. Cuando los feligreses aumentaron, rompieron dos paredes de carga para hacer cuatro más y esto debilitó la estructura”, mencionó el tasador profesional.
De esta forma, el suelo de la estructura se rompió para eliminar todo el terreno inestable y colocar concreto especializado. Luego, se colocaron lozas que simulan las originales.
“Es importante que las personas conozcan lo que hemos hecho. Estas obras aún no son tan visibles para la gente. Lo que hicimos está debajo de la tierra y además, los primeros dos años fueron para estudiar la edificación. Por tal razón, no se perciben cambios estéticos aún”, agregó Porrata.
Actualmente el techo del edificio está siendo reparado. Fue sellado para evitar las filtraciones y las tejas se están reemplazando.
En su interior, los vitrales serán extendidos, los bancos suplantados por unos nuevos y un altar de alabastro original de 1933, restaurado. También, la Fundación para el Rescate de Río Piedras tiene el interés de arreglar el sistema de aire acondicionado y el sistema eléctrico, entre otras cosas.
Según el párroco Jorge Alberto Ramírez Sánchez, el haber cerrado la Iglesia no afectó la asistencia de los feligreses, pues se han propuesto establecer actividades que fomenten su participación y así, llamar su atención.
Asimismo, el sacerdote indicó que durante la Semana Santa, fecha en la que reabrió la Iglesia, por las calles del pueblo se realizaron procesiones que fueron muy concurridas. Actualmente, los domingos la Iglesia celebra cinco misas, que de acuerdo con ambos entrevistados reciben una gran cantidad de personas.
Entre quienes han brindado apoyo a la causa de reparar la Iglesia del Pilar están la arquitecta Astrid Díaz, el arqueólogo Antonio Daubon y el ingeniero José González. También participan El Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico (Caappr), en conjunto con la Fundación por la Arquitectura.
Próximamente, la Fundación para el Rescate de Río Piedras estará llevando a cabo su tercer torneo de Golf para recaudar fondos con el fin de concretar los arreglos del templo. Los interesados en mayor información pueden comunicarse al (787) 772 – 9056.