
El FBI radicó cargos contra Elliot Madison, del grupo anarquista The Tin Can Project, por haber utilizado la red social Twitter y mensajes de textos vía móvil para difundir información importante a los cientos de manifestantes que protestaban durante el primer día de la última reunión entre líderes de países ricos y en desarrollo, conocida como G20, para discutir sobre el tema de la economía global. Y es que mientras la Policía usaba como estrategia gas pimienta para tratar de mantener alejados a los manifestantes capitalistas que se dieron cita a la convención, llevada a cabo el pasado 24 de septiembre, el hombre- de 41 años- tweetiaba y textiaba a los desobedientes civiles participantes del Tin Can para informarles sobre todos los movimientos y acciones de los guardias y evitar de esa forma que fuesen arrestados. Así leían algunos de los mensajes enviados entre los manifestantes: “SWAT teams rolling down 5th Ave”; “Report received that police are ‘nabbing’ anyone that looks like a protester / Black Bloc. Stay alert watch your friends!”
Más tarde, el hombre, de Queens, New York, fue liberado bajo fianza, mientras aún, se le imputan cargos por entorpecer la aprehensión y el procesamiento, el uso criminal de elementos de comunicación y de poseer instrumentos para cometer crímenes, definidos como equipo de telecomunicaciones. El FBI entró a la casa del hombre y estuvo revisando por varias horas pero no encontró nada relevante, aparte de micrófonos, computadores, celulares,etc. Se alega que Madison hizo el papel de “dirigente” de los protestantes al darle “indicaciones” para que estos pudieran seguir con su objetivo de mostrar su repudio ante la actual crisis mundial. La Policía entiende el acto como uno entorpecedor del cumplimiento de la ley. Mientras tanto, el abogado de Madison alegó en entrevista con Democracy Now, que es totalmente absurdo que se catalogue como un “crimen” el tweetiar en una red social pública. Entiende que, al ser una página abierta para todo mundo, incluso, la policía podia estar leyendo las entradas entre los manifestantes. Además, aseguró que Madison no hizo nada ilegal ya que Twitter fue creado para eso: informar lo que está sucediendo al momento de hacer la entrada. O sea que, no es nada nuevo o diferente. Por otro lado, la directora ejecutiva del “Information Society Project” de la Facultad de Derecho de Yale, Laura DeNardis, dijo que el arresto de Madison podría ser usado “por países represivos que podrían estar buscando coartar el uso de tecnologías”. FBI todavía no le ha pedido a los creadores de la red social que remuevan los mensajes enviados por Anderson. Esta no ha sido la primera vez que protestantes son arrestados por utilizar una red social para difundir información que apoye su ideologia. En países como China, Irán y Moldova ha ocurrido lo mismo. Recientemente, manifestantes iraníes usaron Twitter para sus protestas y represión hacia el Gobierno tras las elecciones de junio. Luego de esto, el Gobierno de Irán pidio a la red social que retrasara una actualización planeada que obligó a cortar el servicio temporalmente en el Pais. Por otro lado, China intervino en varias ocasiones al acceso a la misma red, de cara al vigésimo aniversario de la matanza de la Plaza de Tiananmen, y nuevamente en julio, tras los disturbios en la región noroccidental de Xinjiang. ¿Qué es The Tin Can Project? Es un grupo de anarquistas que tienen como fin proveer herramientas beneficiosas para los activistas que buscan luchar contra el Estado y el Capitalismo. Su objetivo principal era cooperar con las protestas “anti-G20” en el pasado mes de septiembre en Pittsburgh porque según estos “People and Information want to be Free!”. Para participar sólo se necesitaba un celular. Al enviar un mensaje de texto o a traves de su perfil en Twitter, la persona quedaba inscrita automáticamente y podia elegir el tipo de información que deseaba recibir. Tin Can recolecta información de la Internet, de la prensa y de la calle para luego difundirla gratuitamente entre las personas inscritas a su lista.