WASHINGTON DC – Cuando Vanessa Morales salió de su residencia en Nueva York la noche del lunes estaba convencida de que conseguiría presenciar la juramentación de Barack Obama como el cuadragésimo cuarto presidente de Estados Unidos, a pesar de que no tenía boletos para entrar al área del evento. Llegó a las 11:30 de la noche del lunes al área del Capitolio en Washington DC y esperó pacientemente bajo unas temperaturas heladas. Fue de las primeras personas en la fila frente a los portones que daban acceso al área de la ceremonia y cuando amaneció consiguió que algunas de las personas en la fila les cedieran boletos a ella y a dos amigos que la acompañaban. “Algunas personas nos decían que estábamos locos si queríamos que nos regalaran boletos, pero una señora que tenía varios en la mano cuando le preguntamos nos dijo: ‘sí, sí, que bueno’”, relató la joven. Fue así como Vanessa se convirtió en testigo presencial de un evento que describe como histórico y cuyas memorias espera compartir con sus nietos.
“Todo el mundo estaba súper emocionados, no puedo ni hablar”, aseguró la joven de ascendencia colombiana. “Mucho frío y harto que estuvimos parados, pero valió la pena”, decía Vanessa mientras comparaba una edición especial del Washington Post con un retrato de Obama que ocupaba toda la portada. La joven es una de las personas que confían en que la presidencia de Obama representará cambios importantes para Estados Unidos. “Africano americano que sea presidente de este país donde los esclavos mismos fueron los que hicieron con sus propias manos el White House…los latinos, los chinos, los coreanos, los blancos, los judíos, los musulmanes, a todos, él nombró a todo el mundo, estuvo súper. Todavía estamos caminando y diciendo ‘wow we were there, this is history’. Se me eriza la piel”, relataba Vanessa. Pero no todos los que llegaron a la capital federal tuvieron la misma suerte que Vanessa. De hecho, fueron miles las personas que se quedaron afuera del área de la ceremonia aún con sus boletos en mano. Uno de ellos fue John Jordan, quien viajó desde Kansas junto a su esposa para presenciar el evento que describió como inspirador. A pesar de quedarse fuera, John expresa su emoción por el momento. “Sabíamos que iba a estar bien lleno de gente y que corríamos el riesgo de no poder entrar…Este evento fue bien histórico para nuestro país, es la realización del sueño americano que alguien -sin que importe el color de su piel o los recursos de su familia- si es inteligente y trabaja duro puede llegar a ocupar la oficina más alta de este país y eso es el sueño”, dijo Jordan. Al mismo tiempo, el hombre reconoció los grandes retos que enfrenta el presidente Obama. Cuando se dispararon los cañones anunciando el traspaso de poder, las escenas de la noche de la elección en Chicago se repitieron entre el público general en las afueras del ala Oeste del Capitolio. Personas llorando de la emoción y otras celebrando entre vítores y aplausos marcaron el histórico momento que se vivía en una ciudad que se quedaba pequeña ante el aluvión de visitantes convocados por la figura del presidente Obama.