Ahora el enemigo es Chilli's. Este movimiento estudiantil está últimamente encontrando adversarios en todo aquel que no les aplauda y les consienta cada acto que realiza.
Cuando la prensa retrataba la forma en la que la policía los agredía, clamaban porque se les permitiera el paso y la denominaban su amiga. Sin embargo, cuando lo medios comenzaron a captar sus actos violentos, ahora estos "demonizan" y “manipula” la información en su contra, convirtiéndolos en sus enemigos.
Asimismo, cuando la Asamblea de Estudiantes aprobó el paro de actividades durante la huelga, se invocaba a ella cual ente religioso que amparaba todas sus acciones, pero cuando la mayoría votó en contra de la paralización, la Asamblea fue “manipulada” y “viciada”, por el ahora satanizado presidente del Consejo de Estudiantes.
Ahora, Chilli's suspendió indefinidamente a una empleada porque ésta increpó al Gobernador en medio del Centro Comercial San Patricio Plaza en Guyanabo. De ahí, la vendeta estudiantil cayó sobre la cadena de comida rápida.
No obstante, no se debe perder de perspectiva que los establecimientos comerciales que poseen uniformes, tienen en sus reglamentos y contratos, una norma muy simple: Si un empleado participa o realiza un acto público o político con el uniforme, eso es causa de amonestación e incluso de despido.
Es una cláusula muy lógica pues, los dueños de una compañía, no desean que sus empleados hagan actos públicos y políticos con su uniforme, para que no se asocie a la compañía con dichas expresiones y/o acciones. No tiene que ver con ideologías y causas. Simplemente, como empresario, pido eso y lo estipulo en mi contrato. Incluso se les prohíbe andar de fiesta uniformados.
Además, esta norma se hace también por defensa del empleado mismo, pues, si llegara a ganar enemigos, estos ya sabrían en donde trabaja y donde ubicarlo.
El protocolo a seguir en casos como estos es suspender indefinidamente al empleado en cuestión, se investiga el hecho y luego se procede a tomar decisiones.
Entonces, tratar de increpar al Gobernador del País, en medio de un centro comercial, en medio de una coyuntura como la que vivimos, ES un evento político. No es una simple conversación entre panas o un encuentro coordinado para eso. Aún más, si el Gobernador iba rodeado de sus guardaespaldas habituales, dudo mucho que la forma en que la estudiante trataba de comunicarle sus inquietudes, haya sido de forma casual y conversacional. Tiene que, por lo menos, haber levantado la voz.
Ahora bien, el problema de la solicitud para generar un Boicot al restaurante, al que convocan ahora los estudiantes, es que los primeros que van a sufrir con ese tipo boicot son los empleados, que no tienen la culpa de las clausulas que estipulan sus patronos y que estos firmaron cuando decidieron trabajar es estas empresas.
En el momento en que haya menos clientes, muchos de estos empleados obtendrán menos propina, les reducirán las horas de trabajo, disminuirá su ingreso y al final, incluso algunos podrán perder sus empleos. Todo esto, por defender a una empleada (porque es miembro del movimiento estudiantil), terminarán perjudicando a otros (incluyendo a ella misma).
De todas formas, ya se le devolvió el empleo a la muchacha (y al no encontrarse falta alguna, se le devolvió su puesto y se le remuneró el día perdido), pero la cruzada en contra de International Restaurant Services, Inc (empresa que dirige los Chilli's en Puerto Rico, al igual que On the Border, Macarroni's y Church's) continúa. Incluso, ahora los estudiantes se llenan de orgullo asumiendo que el puesto fue recuperado por la presión que ejercieron. En realidad, no creo que se pueda medir cuanta influencia ha tenido esta "presión" en la decisión de devolver a la muchacha a su puesto.
Realmente, no voy a caer en discusiones de si Chilli's tenía o no las razones suficientes para amonestar o incluso despedir a su empleada (pues como dije arriba, si lo hizo con el uniforme de trabajo, el reglamento de la empresa estipula una investigación y una suspensión indefinida mientras esta dure).
Tampoco discutiré si fue la presión que los estudiantes generaron vía telefónica (porque no hay modo de medir esto) o miedo a una demanda lo que hizo que volvieran a darle su puesto. El hecho es que ella ya recobro su empleo. Por lo que creo que deberíamos dejar de seguir gastando balas en Chilli's y volver a centrarnos en la situación de la Universidad.