Sobrecualificado. La gente no sabe qué hacer con él, según dice. No le gusta hablar, prefiere que la música haga ese trabajo. Sin embargo, cuando se trata de la juventud, da rienda suelta a sus palabras e ideas.
William Cepeda, reconocido músico y compositor puertorriqueño nominado al Premio Grammy, ha viajado el mundo entero con su talento. Ha estado en Estados Unidos, Europa, el Caribe, entre otros lugares, ya sea como músico, compositor o educador.
No obstante, Cepeda no ha permitido que los premios y las experiencias a nivel mundial le quiten el amor por su natal Loíza, y las influencias africanas que lo forman. Esa admiración hacia sus raíces culturales lo ha llevado a desarrollar proyectos para preservarlas y, a la vez, crear consciencia en los demás sobre el respeto que Cepeda cree que merecen tener.
Su conjunto Afro-Rican Jazz, por ejemplo, se balancea entre lo que es música de América y música de África. Igualmente ocurre con el Grupo Afro Boricua, dedicado a ejecutar pasos de bomba, plena y el verso negro.
“He tocado en varias partes del mundo, pero conozco mis raíces. Por eso nadie puede venderme chinas por botellas, como dicen por ahí, porque yo conozco de dónde vengo, cómo es, los sufrimientos que he pasado, los prejuicios, las marginaciones y por qué no he evolucionado”, explicó Cepeda a Diálogo.
Cepeda fue estudiante en el Conservatorio de Música de Puerto Rico en Miramar. Es graduado del Colegio de Música de la Universidad de Berklee en Boston, Massachusetts, y posee una maestría de la Escuela de Música Aaron Copland en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
También ha recibido los premios de artista residente, como el New Residencies Program en el 2002, que otorga Meet the Composer por una duración de tres años, así como en la Akiyoshidai International Art Village de Japón en el 2009. En la academia, Cepeda ha sido profesor residente e instructor de jazz y música tradicional. Lo hace, entre todo, para mantener vivo el legado, ya que le preocupa la carencia de conocimiento de los estudiantes en la actualidad.
“La música tradicional de nosotros puedes tomarla como base para hacer otras cosas, pero si no sabes nada de eso, te meten a Beethoven, a Mozart y a Bach. Eso es lo que tú sabes y ni ritmo tienes”, aseguró Cepeda.
El músico añadió que en Puerto Rico es donde más ocurren estas situaciones, principalmente causadas por nuestro estatus político. En otros países, según Cepeda, los habitantes están “bien claros” sobre su pasado y descendencias.
“Estoy trabajando en la Cueva. Tengo 50 niños tocando tambores, bailando, un coro de niños negros”, comentó Cepeda, entusiasmado. Las piezas que tocan los niños son compuestas por Cepeda, quien las adapta de acuerdo a las necesidades y habilidades del grupo.
“Yo escribo música, tengo notas a cada rato en mi mente”, afirmó Cepeda, quien también es responsable de la fusión entre bomba y una orquesta sinfónica, llamada Bomba Sinfónica. Este interés porque la juventud conozca más es uno de los propulsores de su proyecto más reciente. Aunque no se ha concretizado, Cepeda expresó que el propósito principal intenta educar al pueblo sobre las raíces musicales de nuestra Isla.
Desde su punto de vista, Cepeda opinó que este tipo de actividades pueden alejar a los jóvenes del mal camino, pero es deber de cada pueblo fomentar la participación infantil y juvenil en la música.