Era de esperarse; la sala del teatro estaba repleta. Tampoco fue raro ver personas de todas las edades ocupar las sillas. La función comienza, se enciende la luz.
Desde el 2005 la compañía de teatro Y no había luz ha asumido una labor cultural que los precede. El 7 de septiembre subieron por primera vez al escenario del teatro de la Universidad de Puerto Rico (UPR) como parte del Festival Interamericano de las artes, dirigido por Maximiano Valdés.
Esta función, muy esperada, marca precedentes en su trayectoria puesto que fue en la UPR donde el colectivo comenzó. El grupo está compuesto por los actores Yussef Soto, Julio Morales, Carlos Torres, Francisco Iglesias, Nami y Yari Helfeld. También cuentan con la colaboración de otros artistas creando así un colectivo abierto e interdisciplinario. Esta comunidad de artistas visionarios, ha demostrado ser capaz de ser inclusivo.
El público variado pero igual de efusivo reaccionaba a los estímulos de cada pieza. Y no había luz, al igual que sus mentores Debora Hunt, Pedro Adorno, Rosa Luisa Márques han elaborado puentes de comunicación con la audiencia pero desde la conciencia social.
El arte que practica esta compañía de teatro invita a reflexionar mientras te diviertes, exime al espectador de la violencia, lo acerca a un espacio de estiramiento, ejercita la observación y deleita con el encanto de la ilusión en la puesta en escena. Es, sin duda, un teatro hecho con mucha sinceridad. En tiempos en que Puerto Rico está profundamente hambriento de espacios para la paz, entonces se topa con este colectivo cuya trayectoria ha demostrado ser una gran aportación cultural pero también educativa. Y es que, esta agrupación comparte sus herramientas de saber en comunidades y municipios de la Isla. Incluso, han logrado exposición internacional.
La presentación fue emotiva. El público reaccionaba emocionado a las estimulantes obras. Como muestra, la interacción directa con el público por parte del actor Yussef Soto durante la pieza Cutendencias. Esta pieza desató risas y abrió paso al juego.
De otra parte, el repertorio renovado para esta función especial presentó ‘‘Menos’’ donde el manejo de dos manos hechas en papel maché denotaba gran destreza por parte de los actores en la manipulación de objetos, ‘‘Para Volar’’ cortometraje dirigido por Nami Helfeld es una interesante historia de levitación y Cutendencias, presentada por primera vez cuando eran estudiantes universitarios, regresa a la Universidad convertida en una pieza con colaboradores en el dilema de la vida cuadriculada.
Y no había luz ostenta la hermosa compenetración entre los actores producto de la ardua dedicación y el cultivo de la amistad. Es igual de fantástico el contenido de cada pieza, la integración de máscaras, títeres, la destreza del movimiento corporal en obras donde las palabras ausentes dan lugar a otros modos de diálogo.
La autora es escritora y performera.