Un taller de recetas o cómo redefinir la rareza
Es noviembre, el aire se siente liviano y la marquesina de una casa en Toa Alta, cada vez más, tiene voluntad de repostería. Para llegar al hogar de Lydia Vélez y Luis Nieves, padres de un paciente con fenilcetonuria, hay que pasar curvas, cuestas, ocho reductores de velocidad y múltiples minutos de viaje, pero cuando…