Deben existir muchas razones por las cuales Master Class –última producción de Teatro Repertorio– tiene como escenario al Teatro de la Universidad de Puerto Rico. Por supuesto, todas son aceptables: en Evita se tornó en Argentina y en The Sound of Music las tablas fueron alpes suizos. No obstante, la segunda palabra en el título de esta obra, escrita por Terrence McNally, propende el que la pieza se adecúe más al escenario universitario, lo que le añade otro encanto para beneficio del público.
Estrenada en el 1995, Master Class lleva a escena la clase magistral que llevó a cabo la legendaria soprano griega-americana, María Callas, interpretada por Jacqueline Duprey, en uno de los teatros de la Escuela de Julliard en Nueva York. Tres estudiantes de ópera, interpretados por Yeidimar Ramos, Kimberly García y Christian García, se enfrentan al criterio intimidante y exigente de Callas, lo que a la vez lleva a la soprano, ya retirada del canto, a recordar sus años de gloria.
Decir María Callas es decir muchísimas cosas. Fue soprano, perdió la voz y fue amante de Aristóteles Onasis. Resaltan de la pieza los momentos en que McNally, quien utilizó las grabaciones de las clases para ser fiel a las incidencias, cuela pedazos de lo que pudo haber sido la vida personal de Callas una vez le cae el peso de sus infortunios.
En esas escenas íntimas de Callas, Julio Ramos quien dirige la pieza, se deleita como comandante del espectáculo y aprovecha los momentos surreales para llevar a cabo juegos de luces junto al uso magnífico del “video mapping” (proyección de imágenes en la escenografía) que cada día acoge más auge. Con esto, el escenario se convierte en las memorias de Callas y hasta en uno de los escenarios en donde ella cantó.
Sin embargo, el único percance que tiene la pieza se debe quizás a la dirección de Ramos en ciertos momentos. Al fin y al cabo, se debe reconocer que su trabajo en general es excelente y logra montar una obra interesante cuando puede serlo aburrida en otras manos.
Master Class es, antes que cualquier otra cosa, una clase. En términos teatrales, la cuarta pared no se rompe porque en esta pieza no existe salvo por los momentos de retrospección. El público que acude a Master Class es el público de esa misma clase que llevó a cabo Callas y ella juega con la fachada técnica del teatro a su beneficio como maestra en esa aula. Son aspectos que pueden hacer que la pieza se sienta en un nivel espectacular de realismo.
Es esto mismo lo que hace a Master Class un texto pesado y, en partes, lento. Quizás, esta característica es lo que lleva a Ramos a querer escenificarlo con un ritmo más acelerado lo que resulta en esos ciertos momentos en donde tropieza. Esta armonía más rápida es lo que arranca al montaje de ese mundo casi hiperrealista y lo lleva a sentirse como una simple obra bloqueada por un director.
Por otro lado, Duprey brilla más como Callas mientras la obra avanza. Es cierto que los que hayan sido estudiantes de ella en el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, verán su disciplina y austeridad dentro de su interpretación de Callas. No obstante, su trabajo se refleja como uno de excelencia por el mismo hecho de tener ese lado de la vida de Callas dentro de su sangre como pedagoga.
Los estudiantes, especialmente los que son acreditados como alumnos del Conservatorio de Música de Puerto Rico, no son excepciones actorales dentro de Master Class. Son las habilidades vocales de cada uno de ellos lo que borra cualesquiera de sus fallas actorales. Kimberly García en el papel de Sharon Graham, precedida por Audra McDonald, quien se ganó el premio Tony por su interpretación en el estreno neoyorquino de la pieza, se distingue vocalmente al entonar piezas clásicas de Verdi y hacer que el público truene en aplausos.
El artista, especialmente el actor, no solo puede disfrutar de la obra sino que puede tomarlo como una oportunidad de aprendizaje. Callas nunca abandona la pasión y dedicación que le tiene a la interpretación de la opera tanto cantada como actuada. En sus ojos, el actuante debe sentir e incorporar esos personajes que lleva a cabo lo que, en el mundo real, ayuda a lograr una obra de teatro magistralmente.
Por el lado humano, nos damos cuenta de toda la temática universal que abarca el texto una vez Duprey termina su monólogo final. En el fondo, la obra es la búsqueda cautivante y melancólica de la significación vital de solo una persona en un universo donde parecemos emprender nuestras carreras sin finalidad.
Ciertamente, termina en una nota triste, pero caven profundamente para encontrar la chispa de esperanza y belleza que le pertenece al ser humano dentro de la búsqueda deprimente que lleva a cabo María Callas, sea maestro o sea estudiante.
Master Class seguirá en escena hoy, viernes, y mañana, sábado, a las 8:00 p.m. mientras que el domingo se presentará a las 4:00 p.m. Los boletos se pueden conseguir en la boletería del Teatro o en Ticketcenter.