Mientras satisfacía mi curiosidad sobre el escritor Nemesio Canales, me topé con su antigua oficina, la misma que compartía con el poeta y abogado Luis Lloréns Torres, junto con quien publicaba la Revista de las Antillas. Tenía tantas preguntas que me puse a invocarlo y, para mi sorpresa, apareció al lado mío y me dijo:
–Muchacho, ¿qué tú quieres? ¿No ves que estaba tratando de descansar?
Yo le respondí, un poco asustado: –Perdone, licenciado, no quise molestarlo, mejor me voy.
Pero él, con el sentido del humor que lo caracterizaba, me dijo:
–Ay, chico, no hay que ponerse tan serio. Además, no estaba echando una siestecita, llevo más de noventa años durmiendo y ya estaba bastante aburrido. Me alegra que me llamaras. Es más, pensaba que ya nadie se acordaba de mí.
Yo le expliqué que todavía se lee su trabajo y que no ha habido muchos escritores que tengan su gran sentido del humor.
–Ah, y para eso me buscabas, a ver si te hacía reír un rato. -se oyó decir al escritor cuya figura se desvanecía por momentos y volvía a aparecer.
–No, en realidad no. Es que después de haber leído sobre usted, me dio curiosidad por saber qué hubiera usted pensado sobre la oposición de algunas personas, especialmente algunas iglesias, a la enseñanza con perspectiva de género.
–¿Qué es eso?
–Es la propuesta de incluir en la enseñanza escolar, materiales que comuniquen a las niñas y a los niños que las mujeres y los hombres tienen los mismos derechos y libertades, y que pueden aspirar por igual a ser lo que ellos quieran. La idea es que esto ayudará a eliminar la violencia causada por la educación machista.
–¿Y cuál es el problema con eso?
–Pues que alguna gente cree que la escuela no se debe meter en esos temas, que deben ser los padres los encargados de educar a sus hijos según sus ideas; y algunos creen que el rol de la mujer es estar en la casa, criar a sus hijos y obedecer al esposo.-
–¿Todavía están con eso?
–Sí, por eso es que yo quería entrevistarlo y, si usted me lo permite, dar a conocer que hace más de cien años, ya usted estaba combatiendo esas ideas.
–Ah, pues, pregúntame lo que quieras.
–¿Empiezo?
–Claro, ¿qué esperas, que me vuelva a dormir por noventa años más? (Al contestarme esto, me guiñó el ojo y se rió a carcajadas.)
Emilio García Canetti: El 11 de mayo de 1912, usted publicó en el periódico El Día de Ponce, un artículo titulado “El enemigo de las mujeres”, ¿se acuerda de lo que dijo allí?
Nemesio Canales: Claro, comenté sobre una obra de teatro que se supone que era una sátira del feminismo. La obra era de Maurice Henneque y presentaba a una doctora, una abogada y a una pintora de una forma ridícula, como fieras que maltratan y dan órdenes a todo el mundo. Lo que la obra intentaba decir es que el feminismo hace que las mujeres sean unas tiranas, en lugar de reconocer que es una lucha por poder aspirar a ser profesionales, a estudiar, a trabajar y participar en la sociedad, más allá de la casa, y porque todos tengamos los mismos derechos.
Emilio García Canetti: En 1917, usted volvió a escribir sobre ese tema en “Nuestras mujeres y la cuestión feminista”, ¿verdad?
Nemesio Canales: Sí, pero en esa ocasión hablaba específicamente del derecho de la mujer a votar y comparaba los argumentos en contra de que ella votara con los argumentos a favor de la esclavitud. Yo apoyé abiertamente a los grupos de mujeres “sufragistas”, es decir, las que reclamaban su derecho a votar y las animaba a seguir su lucha.
Emilio García Canetti: Según los documentos que he consultado, eso que acaba de describir ocurrió ocho años después de que usted presentara como legislador el proyecto de ley en favor del voto de la mujer. Tanto tiempo después, ¿no lo habían alcanzado ya?
Nemesio Canales: ¡Veo que te has informado! El 21 de enero de 1909, yo presenté el proyecto “Para la emancipación legal de la mujer”. En él planteaba algo que para mí es obvio, pero que para mucha gente fue motivo de escándalo y de tremendas críticas. No se hablaba de otro tema en el país. Yo proponía que “todo derecho, sea cualquiera su índole o naturaleza, concedido por las leyes en vigor en Puerto Rico a los ciudadanos varones y mayores de edad, se entenderá concedido también a las mujeres, y regulado en su ejercicio y aplicación en la misma forma y condiciones que si se tratara de hombres”.
Emilio García Canetti: ¿Y cuál fue el destino de ese proyecto de ley?
Nemesio Canales: Enfrentó grandes objeciones y resistencia. Uno de los que más se opuso fue el legislador y poeta José de Diego, que decía que el lugar de la mujer era en la casa y con los hijos. Fuimos derrotados. Solo espero que sí hayan conseguido su derecho a votar. ¿Me puedes decir que pasó con eso?
Emilio García Canetti: Sí, las mujeres siguieron luchando, en particular una de sus líderes, la educadora, escritora y periodista Ana Roqué. Finalmente, el voto de la mujer se aprobó en 1932.
Nemesio Canales: Ah, bueno, pues al menos… Pero por lo que me dices, todavía, casi cien años después, siguen los mismos debates.
Emilio García Canetti: Sí, también hay mucha discusión sobre qué hacer en los casos de violencia contra la mujer. Muchas son maltratadas y asesinadas por sus propios esposos.
Nemesio Canales: O sea, que vamos para atrás o no hemos adelantado tanto.
Emilio García Canetti: Bueno, la verdad es que las mujeres han luchado mucho y han tenido logros bien importantes. Hoy en día, las mujeres no solo votan, sino que han logrado participar con éxito en todas las profesiones, en las artes, el deporte, las ciencias, la medicina, los negocios, la política, la enseñanza, es decir, en todos los campos. En la actualidad, la mayoría del estudiantado en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, del que forma parte la escuela a la que asisto, lo componen mujeres. Para colmo, la mayor parte de los hogares en la isla están encabezados por una mujer. Eso quiere decir que, trabajan, se preparan y se hacen cargo de sus familias. Por eso es que no entiendo que haya gente que quiera limitar sus libertades, su derecho a prepararse y a participar del trabajo. Lo que más me preocupa es que haya hombres que crean que tienen derecho a impedir que las mujeres estudien, trabajen y sean independientes de ellos, y que crean que pueden maltratarlas. Precisamente por eso quería preguntarle sobre lo que usted había comentado en el periódico La Semana en el artículo “Nuestro machismo”, que publicó en 1922.
Nemesio Canales: Bueno, yo ahí comentaba sobre la frecuencia con que se publican noticias sobre los llamados “crímenes pasionales”, en los que un hombre —por no aceptar que una mujer lo deje por otro, o simplemente lo deje porque no quiere estar con él, o defienda su derecho a hacer su propia voluntad— decide que él tiene el derecho a quitarle a ella la vida. Y, sobre todo, comentaba el alto nivel de indiferencia ante ese problema.
Emilio García Canetti: Sí. Bueno, en eso también se ha adelantado algo. Se ha logrado, aunque todavía alguna gente lo usa, sustituir el término de “crímenes pasionales” por el de “violencia doméstica” y por el de “violencia machista” cuando se trata de violencia en el hogar.
Nemesio Canales: ¿De verdad? Pues, sí, que se han logrado cosas…. Lo malo es que, por lo que me cuentas, a pesar del cambio de nombres, la violencia contra las mujeres sigue ocurriendo.
Emilio García Canetti: Sí, y también algo más grave es el que alguna gente crea que eso es aceptable. Recuerdo que usted llega a decir en “Nuestro machismo” que la sociedad “mira con la misma mezcla de curiosidad satisfecha y de indiferencia, la muerte de una gallina y la de una mujer”. Es algo que me impresionó mucho al leerlo. Por cierto, ¿no le parece un poco exagerado o que es un poco irrespetuoso usar el humor para tratar este tema?
Nemesio Canales: No, no creo haber exagerado demasiado, pero lo que sí hice fue usar los recursos que nos da la literatura para comunicar las ideas. El humor hace que la gente tenga más disposición a escuchar, es una forma de educar entreteniendo. Además, la exageración, como tú dices, o la hipérbole, es un recurso muy antiguo, usado por los escritores, para acentuar y llamar la atención sobre un problema. Ya ves, eso hice yo y, aunque te sorprendió y te pareció fuerte, veo que llegó el mensaje y que todavía mis palabras sirven de algo tanto tiempo después.
El licenciado Canales y yo nos despedimos luego de este encuentro fantasmagórico. No cabe duda de que este hombre fue un gran defensor de la mujer y trabajó este tema en su literatura de forma magistral
El autor es estudiante de Octavo Grado en la Escuela Superior de la Universidad de Puerto Rico (UHS). Este trabajo se realizó como parte de un taller sobre entrevistas ficcionalizadas que ofreció el Dr. Mario Roche para el curso de español que dictó el pasado semestre la maestra Gabriela Calzada Rodríguez, bajo la supervisión de la doctora Cynthia Morales Boscio.
Bibliografía inicial sobre Nemesio Canales by Diálogo on Scribd