La Red de Monitoreo de Precipitaciones y Sequías del Caribe alertó a los países de esta región que las condiciones climáticas anormales que han experimentado en estos últimos años, y que causaron una de las peores sequías de las dos últimas décadas, continuarán este año.
Varios países del Caribe, en particular del este, registraron un febrero más seco de lo normal, y en algunos casos febrero y enero fueron relativamente secos, indicó la Red de Monitoreo, con sede en esta capital de Barbados.
El organismo también precisó que las precipitaciones para el período de marzo a mayo son inciertas en algunas partes del Caribe, pero que preocupa la sequía a corto y largo plazo en la parte occidental y en las Grandes Antillas, así como la sequía a largo plazo en la parte del sur del Caribe oriental.
“Algunos modelos también sugieren la posibilidad de regreso de El Niño y condiciones más secas de lo normal para fines de 2017”, explicó el jefe de Climatología y Meteorología Aplicada, del Instituto de Meteorología e Hidrología del Caribe, Adrian Trotman.
“La Red de Monitoreo seguirá vigilando esta situación”, aseguró.
El Niño es un fenómeno que ocurre de forma irregular en el área tropical del océano Pacífico oriental cada dos a siete años. Cuando el viento que sopla de este a oeste pierde fuerza, las temperaturas de la superficie del agua se elevan con distintos impactos en clima y el ambiente.
En 2015 y 2016, El Niño fue fuerte y elevó las temperaturas globales, lo que ocasionó sequías en muchas partes del mundo.
El fenómeno llamado Súper El Niño fue el gran responsable de que las temperaturas globales alcanzarán máximos históricos, coincidieron numerosos especialistas.
La Red de Monitoreo observó que, aparte de Barbados y Dominica, que se mantuvieron ligeramente húmedos, las islas del Caribe oriental registraron lluvias entre normales e inferiores a lo normal este mes.
Y detalló: Trinidad y Tobago registraron condiciones normales a ligeramente secas; Granada, Guadalupe, Anguila, San Martín y Saint Thomas, normales; Barbados de normal a ligeramente húmedas; San Vicente, extremadamente secas y Santa Lucía, moderadas a extremadamente secas.
También, la isla francesa de Martinica tuvo un clima moderado a severamente seco, mientras en Dominica fue ligeramente húmedo en el sudoeste a severamente seco en el noreste.
Además, Antigua fue excepcionalmente seco y San Cristóbal y Nieves, moderadamente seco. Las Guyanas tuvieron condiciones de normales a muy húmedas, con una mayor humedad relativa en el interior de su territorio.
Por otra parte, a partir de 1997 y 1998, la sequía obligó a instaurar restricciones en el servicio de agua en todo el Caribe, lo que generó grandes pérdidas en la agricultura.
Hace tiempo que los países del Caribe racionalizan el agua para hacer frente a la escasez del recurso y el último en adoptar la medida fue San Cristóbal y Nieves.
El Departamento de Servicios de Agua de Barbados anunció el 25 de enero la reimplementación de la racionalización del agua en Basseterre, Bird Rock, Half Moon, así como en la península Sudoriental. La racionalización diaria ocurre entre las 10 de la noche y las cinco de la mañana.
El organismo dijo que las precipitaciones en 2016 fueron superiores a las del año anterior, pero que se mantuvieron significativamente por debajo del promedio y que este país todavía sufre sequía.
“Nos acercamos a la temporada seca y ya experimentamos un flujo menor de agua desde nuestras fuentes superficiales y menos reservas en nuestros pozos. Las últimas lluvias apenas mejoraron ligeramente la situación”, observó el gerente general Dennison Paul.
“También experimentamos dificultades técnicas con uno de nuestros pozos en el acuífero del valle de Basseterre, lo que agravó el problema. Nuestro programa de perforación está en marcha y debería aliviar la situación de los consumidores”, precisó.
Por su parte, la isla de San Cristóbal experimentó en 2015 una racionalización de agua en todo su territorio debido a la sequía; en vez de los habituales 524 milímetros de lluvias al año, ese territorio recibió 250.7 milímetros.
Las autoridades del sector tomaron varias medidas para ayudar a mitigar el próximo período seco, como pedir a la población, al gobierno y a los privados que prioricen la reparación de todas las pérdidas; a los particulares sin cisternas, que analicen la posibilidad de comprar grandes tanques de 500 galones (unos 1,892 litros) o más; a las empresas, que implementen un plan de contingencia para la gestión del agua, que incluya el control diario de las reservas.
También le pidieron al gobierno que se asegure que instituciones básicas, como hospitales y escuelas, tengan tanques de reserva para almacenar agua según su vulnerabilidad, que no deberían lavarse los vehículos con manguera y que sea obligatorio no regar el pasto, no entregar agua a los cruceros y que se impongan multas o se desconecte el servicio por infracciones, cuando corresponda.
Además de las medidas para mejorar el suministro de agua a los consumidores, el ministro de Obras Públicas de Barbados, Ian Liburd, indicó en julio de 2016, que se contrató a la compañía Ocean Earth Technologies para ubicar y empezar a explotar nuevos pozos en el área capitalina de Basseterre.
Incluso, precisó que ya se identificaron siete sitios al norte del aeropuerto donde se realizaron perforaciones.
Barbados también padece una escasez hídrica crónica, y el gobierno de Santa Lucía declaró en 2015 una “emergencia de agua” porque algunas comunidades, en particular del norte, seguían registrando condiciones de sequía, lo que afectó el suministro de agua en el Caribe.
En la quinta Plataforma Regional sobre Reducción del Riesgo de Desastre, realizada en Montreal a principios de este mes, el secretario permanente del Ministerio de Industria, Comercio, Agricultura y Pesca de Barbados, Donovan Stanberry, reclamó que se prestara más atención a las consecuencias de la sequía en la agricultura del Caribe.
“Hace tiempo que nos concentramos en los huracanes en el Caribe y quitamos los ojos de la mitigación de la sequía. Y en la agricultura, la sequía es una amenaza mucho más grave para nosotros de lo que son, de hecho, los huracanes”, opinó.
“Después de un huracán, puedes levantarte a la mañana siguiente y volver a producir; la sequía tiende a ser prolongada”, apuntó.
“La gran mayoría de nuestros agricultores, en particular los pequeños, dependen realmente de las lluvias y con el cambio climático vemos una amplia variación de los patrones de lluvias. Vemos extremos, algunos meses tenemos demasiadas y, en los últimos tres o cuatro años, casi puedes apostar tu último dólar a que habrá una sequía, y esta tiende a ser prolongada”, subrayó.