El plan fiscal impuesto por la Junta de Control Fiscal Federal y avalado por la administración de turno constituye un ataque generalizado a la población. Las medidas dirigidas a recortar $1,500 millones del presupuesto y aumentar los impuestos para lograr $1,500 millones en nuevos recaudos vienen a estrangular a los sectores que menos ingresos tienen. Es un duro golpe aplicado a sectores que vienen pagando los platos rotos de la debacle económica y fiscal desde hace mas de 10 años.
Adjunto a esto, medidas dirigidas a privatizar servicios, corporaciones públicas y pasar a miles de empleados públicos a entidades público privadas son parte de la vorágine capitalista que pretende usar la crisis del modelo colonial como justificación para el saqueo generalizado. Así es que opera la lógica del capitalismo del desastre. Se utilizan las crisis estructurales para impulsar que la única salida posible a la situación que atraviesa el país, es la austeridad y entregarle en bandeja de plata el presupuesto y los activos del gobierno a la empresa privada.
El país ha experimentado medidas mucho mas suaves en los últimos años pero con contenido similar. Medidas impulsadas por administraciones del Partido Popular Democrático (PPD) y del Partido Nuevo Progresista (PNP), donde lo único que se ha obtenido es el fracaso y la profundización de la situación económica con sus efectos secundarios. La receta de la Junta es inadmisible en tanto y en cuanto, sabemos de antemano que se sustenta sobre una teoría fracasada que solo obedece a unos intereses de clase, particularmente ligados al capital financiero.
Muchos sectores han reclamado la urgencia de una auditoría de la deuda y el gobierno ha hecho caso omiso a estos reclamos y en todo caso, lo que ha hecho es sabotear los intentos de comenzar un proceso donde el pueblo con transparencia sepa como se emitió la deuda, en que se gastó, quienes se beneficiaron y si hay problemas de legalidad con ella. Las razones para esto son evidentes, funcionarios de ambas administraciones son responsables del posible manejo turbio de emisiones de bonos y peor aún se lucraron de ella.
Es harto conocida las denuncias que se han hecho sobre los esquemas de puerta giratoria, donde funcionarios del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), exejecutivos del Banco Santander, operaron para beneficiar a esta entidad en los procesos de emisiones mediante su función como ‘underwriters’ de deuda pública. Subestimaron el riesgo de los bonos, tomaron prestado a tasas de interés de usura para refinanciar deuda con instrumentos leoninos y le dejaron esa bomba de tiempo al país. Lo curioso es que dos de estos charlatanes, son parte de la Junta de Control Fiscal que hoy, haciendo adagio de la vocación imperial de este instrumento, quieren imponer la miseria como futuro a nuestra gente.
Carlos García y Jose Ramón Gonzalez, ambos miembros de la junta imperial, deberían ser procesados criminalmente por su papel en el proceso de endeudamiento de Puerto Rico. Es una canallada y denota las verdaderas intenciones de este cuerpo dictatorial, el que estos dos sean parte de este Junta, junto a un José Carrión III, que siendo parte de la burguesía intermediaria, son quienes han financiado durante años las administraciones que nos han llevado a la debacle.
En el caso del magisterio, las medidas son cuando menos aterradoras. El cierre de más de 300 planteles, la amenaza de privatización y municipalización de escuelas, la posible reducción de jornada, la reducción en 10% de las pensiones a jubilados y la destrucción del sistema de retiro para entregarle los activos a la banca son el beso de la muerte a la educación pública y a la profesión docente. ¿Qué persona querrá estudiar pedagogía mediante semejantes condiciones de miseria y pobreza? ¿Cuál será el futuro de esas miles de maestras que tienen entre 20 y 29 años de servicio, cuyas pensiones amenazan con reducirlas a menos del 45% de su salario? ¿Cuál será el futuro de nuestros niños que tendrán que estudiar bajo condiciones de hacinamiento y sin servicios para nuestra población diversa?
Sin lugar a dudas esta no es la promesa que le debemos hacer a nuestra gente y menos a las futuras generaciones. El país se encuentra en una crisis porque tenemos un modelo que no produce ni genera riqueza, no produce empleos, solo dependencia y hay que acabar con él. La deuda pública fue el mecanismo de saqueo que durante años utilizó la clase política y un sector importante de los ricos, que siempre han sido parásitos del gobierno, para postergar lo que hoy sucede. Durante muchos años, los sectores de mayores ingresos gozaron de la impunidad que nuestro sistema contributivo les proveía para evadir contribuciones. Desfalcaban al erario público con la evasión y nosotros pagamos los platos rotos. Durante muchos años gozaron de privilegios con la imposición de impuestos regresivos como el IVU que perjudicaban a los que menos tenían. Durante muchos años empresas se beneficiaron con subsidios de luz, de agua, de otros servicios, que terminó pagando el pueblo, bajo la promesa de empleos que nunca llegaron. Son ellos, los que nos trajeron aquí, los que deben pagar los platos rotos, no los que estaban fuera de las esferas del poder colonial.
En apenas meses, la Junta de Control Fiscal ha demostrado que mientras pide austeridad a la población para ellos hay opulencia. Los gastos de dos millones mensuales, que se cargan al erario público, la contratación de Natalie Jaresko, funcionaria de dudosa reputación, reconocida por ayudar a aplicar medidas que hundieron la economía en Ucrania, a $625,000 anuales son algunos de los ejemplos de la inconsistencia de este ente, que ponen al descubierto sus verdaderas intenciones. Mucho se podría seguir argumentando y cuestionando sobre las medidas draconianas de la Junta y su impacto en el futuro de Puerto Rico. Pero la pregunta central es la siguiente: ¿Qué vamos a hacer los sectores organizados y no organizados ante la jauja, la falta de respeto y la avalancha capitalista que nos viene para encima?
Podríamos indicar que la respuesta surge de una pregunta retórica pero no lo es. Si bien es cierto que la única alternativa que tiene este pueblo es luchar contra la austeridad, no es menos cierto que nos falta bastante por andar para poder articular una respuesta contundente y teniendo como referente principal, como las medidas propuestas por la Junta nos afectan a todos por igual, independientemente de la preferencia de estatus. El asunto de clase debe primar sobre la preferencia de estatus. La colonia caerá cuando sea insostenible para los que hacemos vida en este lugar y somos los que con nuestro trabajo levantamos el país. Ese momento está llegando. Dejando eso atrás, la falta de articulación del movimiento obrero, en particular las organizaciones obreras más combativas, es el principal obstáculo que enfrentamos en este momento.
Algunos líderes sindicales, sin entrar en nombres, argumentan en distintos espacios reconociendo la necesidad de construir la unidad de los trabajadores en la calle, pero ese planteamiento aún no se traduce en acciones afirmativas. Es mas retórica que otra cosa, y si queremos superar esto, debemos con nuestras acciones demostrar que existe la voluntad real para desarrollar trabajo conjunto en el marco de una estrategia de lucha verdadera, que logre acciones concertadas. Podemos vencer, como vencimos a la marina, si hay determinación y se transmite perspectiva de triunfo a nuestras matrículas. La respuesta de las y los trabajadores debe estar a la altura del momento histórico que vivimos y no puede estar circunscrita a los límites que nos impone la legalidad burguesa, menos cuando tenemos una Junta que le escupe en la cara al gobierno colonial y a su constitución de mentira.
La ofensiva que viene con el plan fiscal no se puede derrotar con cada sector por su lado y pendientes a sus parcelas particulares. Menos, poniendo cualquier excusa para justificar el inmovilismo. El ataque es generalizado, por lo tanto, debemos buscar que la respuesta sea generalizada, para enviar un mensaje claro a la JCF y al gobernador. Este 1ro. de mayo es una fecha especial donde, además de celebrarse el día internacional de los trabajadores, coincide con la entrega del presupuesto, implementando las medidas que impuso la Junta en el recién aprobado plan fiscal.
Ese día debemos impulsar un paro de múltiples sectores, incluso con matices de paro nacional, para llevar el mensaje a favor de la auditoría integral de la deuda, la moratoria de la misma y el rechazo a las políticas neoliberales. Tenemos que pasar a la ofensiva si queremos prevalecer en esta fase. De vez, también tenemos las condiciones materiales para iniciar un proceso de envergadura que nos lleve a una huelga de pueblo, si la situación sigue como va. Solo falta la voluntad y la babilla, para comenzar a desarrollar ese proceso. La gente está esperando la dirección de las múltiples organizaciones que luchan y el liderato no puede esconder la cabeza en la arena como el avestruz.
Hay sectores en el sindicalismo que tienen historial de lucha, esos deben ponerse de acuerdo y pasar de la retorica a la acción. Hay otros sectores del movimiento obrero que tienen un excelente historial de entrega, a esos el gobierno los tiene leído y de parte nuestra, no esperamos que den mas de lo que han dado. Esas empresas sindicales tienen el deber de reivindicarse con sus trabajadores y demostrar que realmente están en disposición de luchar. La bola está en su cancha y aspiramos a que respondan de acuerdo a lo que el momento amerita.
El 1ro. de mayo, con toda probabilidad, habrán dos actividades del movimiento obrero, que en esencia no se contravienen en el mensaje anti austeridad pero sí se distancian significativamente en los métodos de lucha y en el contenido del mensaje. Esto no debe ser un obstáculo, en todo caso debe verse como un proceso ya conocido, donde existen sectores con distintos métodos, que no están dispuestos a que les impongan estrategias de una parte y de otra.
Lo fundamental es que llegó el momento de combatir contra la pobreza que nos promete la Junta de Control y seguir el camino que nuestros Estudiantes en la Universidad de Puerto Rico nos han trazado. El país no puede darse el lujo de dejarlos solos y en el caso del magisterio, tenemos razones más que justificadas para movernos. El Frente Amplio en Defensa de la Escuela Pública dará el paso adelante y se prepara para levantarse el 1 de mayo en defensa de la escuela pública y el magisterio.
Ese día habrá paro, no habrá clases y marcharemos junto a las comunidades escolares defendiendo nuestros derechos adquiridos. Sabemos de otros sectores que están en sus procesos y esperamos que más sectores se sigan sumando. Llegó la hora de unirnos contra la Junta de Control y las políticas de austeridad. Llegó la hora de comenzar a construir un nuevo Puerto Rico. Pasemos a la ofensiva.