Simbólicamente, estudiantes universitarios han encendido la Torre de la Universidad de Puerto Rico en el horizonte, esperando que otros sectores atiendan su llamado. Se han atrincherado alrededor de todo Puerto Rico en varios de los recintos. Esto, como movida inicial de última resistencia.
Sus acciones han causado la incorporación de otros componentes a la lucha como lo son estudiantes de escuela superior pública, estudiantes provenientes de algunas universidades privadas, sindicatos y hermandad de empleados, líderes comunitarios, entre otros. Se trata de estudiantes universitarios, convocando la unión de un país, así como hizo el pueblo en el pasado mundial de béisbol. En este caso, por razones de carácter urgente, justas y necesarias, para salvaguardar la presencia física y económica accesible de la educación superior.
Amigos, camaradas, compatriotas…dentro de las pasadas semanas se han suscitado eventos que han capturado la atención de puertorriqueños dentro y fuera de Puerto Rico, así como de otros países. En esencia, estamos hablando de medidas de austeridad por parte del estado y la Junta de Control Fiscal en Puerto Rico. Se acerca la bestia de siete cabezas con sus recortes, buscando el desmantelamiento del sistema educativo público, y con él, la última esperanza de un pueblo sumiso.
“¿La deuda? ¿La Junta? ¿La Universidad? Ay, yo no veo nada de eso, eso me da depresión…”.
Así dicen algunos ciudadanos puertorriqueños en negación. Otros parecen estar enajenados totalmente, sumergidos en el consumo de un sistema capitalista. Por otro lado, están los indiferentes, los que siguen en la cotidianidad esperando que nuestros problemas políticos, sociales y económicos de país se resuelvan solos, con el tiempo. Son a estos grupos los cuales cientos de estudiantes intentan acudir entre manifestación y manifestación, llevando un reclamo de justicia para todos.
En teoría, es el estado quien vela por el bienestar general de un pueblo. En nuestro caso, se ha puesto una deuda por encima de sus ciudadanos. El crecimiento y desarrollo tanto social como económico de un país depende de su educación. En estos momentos, ese es uno de los pilares amenazados por intereses económicos, ejercicios de contabilidad según le han llamado.
A ti egresado que me lees, ese que pudo tener un ahorro, evitando la deuda de préstamos estudiantiles pagando un promedio de menos de una tercera parte del costo de créditos mientras cursaba estudios subgraduados y alrededor de dos terceras partes cursando estudios graduados, los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico necesitan de tu apoyo. No es prudente ni justo mantenerse al margen de todo esto que está sucediendo. Ahora más que nunca, los necesitamos conscientes, solidarios y combativos.
¿Le debemos a alguien? No creo que a los fondos buitres. Le debemos a la UPR, y aunque el pueblo de Puerto Rico no se sienta lo suficientemente indignado con las proyecciones del plan propuesto para la Universidad como para tomar acción, se les debe este apoyo, luego de haber aportado al país miles de profesionales desde su fundación. Con servicios sociales extendidos a comunidades mediante programas en trabajo social, consejería, planificación e investigación-acción social, son muchas las aportaciones que no se cuantifican, aun cuando contienen un valor enorme para nuestra sociedad. Algunos de estos son curiosamente hasta únicos en Puerto Rico y el Caribe. Sin embargo, se encuentran en primera fila para recortes.
Primero tocan la educación, ¿luego qué? ¿Salud? ¿Retiro? Se han previsto algunas medidas que se tomarán entre los distintos sectores en Puerto Rico para atender esta crisis. La incertidumbre se encuentra en cuán afectado se verá el pueblo. ¿Hasta cuándo estamos dispuestos a mantenernos silentes mientras nos arrebatan lo poco que nos queda de país? Estos estudiantes universitarios han declarado firmemente que combatirán hasta su último suspiro, ahora le toca al resto del pueblo responder. Al final del día, no importa si somos, fuimos o seremos estudiantes dentro del sistema de la Universidad de Puerto Rico ya que de alguna forma u otra esta nos devuelve de diferentes maneras mucho más de lo que se les aporta. Esta universidad es de todos, por ende, esta lucha por una educación pública accesible, es de todos.