Ya muchos conocen la comparación entre Grecia y Puerto Rico, hasta el economista de renombre, Joseph Stiglitz, lo dijo. Al principio de la crisis griega, las principales entidades económicas del mundo, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), se expresaron a favor de recortes y ajustes fiscales en Grecia para resolver su crisis económica. Actualmente, el FMI y el BM reconocen que las medidas impuestas a Grecia no ayudarán de alguna manera a desarrollar la economía griega y que estas empeorarán más su situación.
En el 2015, cuando Estados Unidos y el FMI se expresaron a favor de ayudas económicas para Grecia, surgió el chiste del ministro de finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, al secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, sobre intercambiar Puerto Rico a la Unión Europea a cambio de Grecia a Estados Unidos. Esto surgió a raíz de que Lew estaba advirtiendo al ministro de finanzas en Alemania que las medidas impuestas a Grecia irían en detrimento de ese país, y que necesitaban ayudarles económicamente. Esto, a Schäuble le pareció una gran ironía cuando el mismo Lew había escrito que no habría ayudas económicas de Estados Unidos para Puerto Rico ese mismo año.
¿Qué tal les fue a las universidades?
La crisis económica griega resonó fuerte en las universidades. En primer lugar, se perdieron las suscripciones a las revistas académicas. En julio del 2015 el portal HEAL-Link sorprendió a la comunidad universitaria al anunciar la terminación de sus servicios electrónicos a las universidades griegas, por falta de capital. Esto le privó acceso a la comunidad universitaria a servicios a portales de Oxford, American Chemical Society y American Physical Society, entre otros. El tiempo en interrupciones de servicio ha fluctuado desde entonces.
También hubo una reducción de casi el 50% de la plantilla laboral en las instituciones de educación superior de ese país europeo. En el 2013, el senado académico de la Universidad de Atenas junto con sectores laborales y estudiantiles cerraron 11 recintos por 13 semanas, en protesta a los cortes en el sistema educativo para compensar los gastos del gobierno griego para pagar a los bonistas en acuerdo a los memorándum impuestos por la Unión Europea. Se invocó el cuco de los fondos de Erasmus, el programa de becas de la Unión Europea equivalente a las becas Pell en Puerto Rico. Al final del año, los docentes y empleados optaron por brindar servicios exclusivamente a los beneficiados del programa Erasmus para cumplir con los requisitos de clases ininterrumpidas. A mediados del semestre siguiente reanudaron las protestas en apoyo a los 1,349 cesanteados en la academia.
Otra de las consecuencias fue la fuga de capital humano joven y la precariedad en los programas que no se traducen en oportunidades laborales. Debido a los altos costos por los impuestos y la caída de bienes raíces, los estudiantes griegos han optado por migrar a otros países para completar sus estudios universitarios.
Así como Puerto Rico puede volar a Estados Unidos para evadir la crisis, el griego puede mudarse a países como Alemania, Austria y Francia sin ningún inconveniente de pasaporte o visado, de hecho el pasaporte griego es uno de los mejores del mundo. A la larga, a las familias griegas les sale casi igual o un poco más costoso, pero al final consiguen una mejor preparación para sus hijos. Sin embargo, aquellos que estudian en universidades de prestigio en el exterior no regresan ante la precariedad que sufre Grecia. Las políticas de austeridad provocaron la emigración de 427 mil griegos entre 2008 y 2015, en su mayoría jóvenes.
Por otro lado, a algunos sectores académicos les preocupa el futuro de varios programas universitarios que se perfilan muy vulnerables ante la política de recortes, ya que, según un estudio publicado en Alemania (“The Financial Crisis and the Choice of College Major”), los intereses estudiantiles han cambiado considerablemente durante la crisis. En el estudio, realizado por dos investigadores de la Universidad de Warwick y reseñado en la página de Word Economic Forum, se muestran caídas de las solicitudes de admisión de hasta 26% en disciplinas como Historia, Educación y Administración porque los jóvenes optaron por programas académicos cortos y de mayor demanda laboral.
También se destaca que aumentó el número de alumnos interesados en estudiar Psicología, lo que se ha relacionado con el aumento drástico en las tasas de suicidio. Además, en el artículo How the economic crisis is affecting higher education in Greece, publicado en el portal mencionado, se informa que, como resultado de la crisis, algunas universidades cerraron.
Cuando se diseñó el programa de austeridad fiscal griego, en el 2010, se creyó que esta medida sería suficiente. Sin embargo, gradualmente se fueron implementando más de 10 medidas. En el 2012 vino el segundo programa, diseñado para desarrollar de una vez por todas el programa económico que llevaría a Grecia a, supuestamente, reducir la deuda en un 40%. Pero fue necesario un tercer programa económico, en el 2013. De hecho, este último lo pidió la misma Grecia, ante la incapacidad fiscal del gobierno de generar ingresos. Dicha incapacidad provino, entre otras razones, del empobrecimiento de su población, lo que se tradujo en menos consumo y menos aportación.
Luego de trece “paquetes” de ajustes fiscales, Grecia ha aumentado su crédito a poco menos de chatarra. Mientras tanto, en Puerto Rico hay quienes creen todavía que esto durará cuatro años solamente. Sin embargo, esto no significa que ya todo está perdido y que nos espera el mismo resultado que a Grecia. Solamente es una muestra de lo que nos podría ocurrir si dejáramos las cosas que sigan su rumbo sin que se tome ninguna acción.
El autor es estudiante del Programa Graduado de Historia.