Así como suele hacer en todos los lugares donde despliega su talento, el polifacético e ícono puertorriqueño Lin-Manuel Miranda conmocionó hoy a los gallitos y jerezanas del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Con música de fondo de los musicales In the Heights y Hamilton, los y las estudiantes esperaban impacientes la llegada del dramaturgo y compositor.
En realidad, solo algunos ansiaban la llegada de Miranda porque no todos tenían conocimiento de quién sería esa persona misteriosa que se presentaría en el Teatro Julia de Burgos del Departamento de Drama de la Facultad de Humanidades. Tan pronto la exrectora del recinto riopedrense Carmen Rivera Vega anunció el invitado especial, los gritos de delirio fueron ensordecedores.
Lin-Manuel Miranda entró al escenario brincando y con notable emoción vociferó “¡IUPI!”.
La actividad corrió como un conversatorio entre la exrectora y el también actor en el que abordaron temas sobre sus inicios en el teatro con Freestyle Love Supreme, su formación académica y su labor filantrópica.
Intercalando el español y el inglés, Lin-Manuel relató que “mis primeras experiencias teatrales fueron en Puerto Rico. Mi tío era Ernesto Concepción y fui a sus producciones cuando yo era chiquito”. Asimismo, admitió que siempre le fascinó los musicales de Broadway tales como Man of La Mancha, Jesus Christ Superstar y Camelot.
Miranda, asimismo, comentó que mientras cursaba el sexto grado interpretó a Conrad Birdie en el musical sesentoso Bye Bye Birdie. A partir de ese momento, dijo, descubrió que deseaba hacer teatro por el resto de su vida. Una de las primeras obras que dirigió en su escuela fue West Side Story, en la que la mayoría de sus actores eran “gringuitos” y tuvo que traer a su padre para ayudarles con los acentos latinos. Para Miranda ese momento representó una oportunidad de traer “mi cultura a una escuela donde yo era uno de los únicos latinos”.
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El dramaturgo también conversó sobre sus próximos proyectos que incluyen nuevas versiones de los clásicos Mary Poppins y Little Mermaid. (Suministrada)
Sobre su afamada obra In the Heights, Miranda confesó que una de sus mayores influencias durante el proceso creativo fue la ola de pop latino en Estados Unidos, especialmente con figuras como Ricky Martin, Marc Anthony y Enrique Iglesias. Agregó que mientras estaba en la universidad vivió con otros jóvenes latinos que, como él, tenían un pie en ambas culturas, “hablando español en casa y hablando inglés en la escuela”. “Ese fue el principio de In the Heights“, recordó.
Miranda también habló de sus iniciativas filantrópicas como “Ham4All”, mediante la cual celebridades cantaban sus partes favoritas del musical Hamilton para recaudar y donarlos a un cúmulo de organizaciones que se dedican a proteger los derechos de los inmigrantes. Dijo que a pesar de las políticas del presidente Donald Trump y del electorado que lo apoyó, mucha gente quería demostrar al mundo: “This is not who we are”.
Miranda también habló de su colaboración con Jennifer López en el tema Love Makes the World Go Round, que rinde homenaje a las víctimas de la masacre en la discoteca Pulse ocurrido el 12 de junio de 2016 en Orlando, Florida.
Sobre el arte en tiempos de crisis, una pregunta que vino de la audiencia, Lin-Manuel expresó que la mayoría del tiempo el arte florece en tiempos convulsos. Utilizó de ejemplo el género nacido en Nueva York: “Hip-Hop exists because the Bronx was in shambles, because something beautiful had to come out of there”.
Pero para Lin-Manuel lo más importante que debe recordar un artista es mantenerse atento a esas situaciones negativas que pueden demoler nuestro espíritu y de esa manera inspirarse y crear. Aconsejó a los estudiantes –en su mayoría de los departamentos de Drama y Música– a que como artistas documenten la historia que está desenvolviéndose frente a ellos. Para Lin-Manuel, los artistas cuentan estas narrativas en canciones y en piezas teatrales mejor que los reporteros.
El artista habló de sus proyectos futuros como la película Mary Poppins. Sin embargo, no se podía ir del recinto riopedrense sin confirmar si presentaría la notoria obra Hamilton en Puerto Rico, específicamente en el Teatro de la UPR. Y en inglés, Lin-Manuel confirmó que están haciendo los arreglos para ofrecer la magna obra –que cuenta la historia del primer secretario del Tesoro estadounidense en hip-hop y desde una perspectiva de inmigrantes– a los y las puertorriqueñas tal y como hicieron con su pasada pieza In the Heights. Más importante aún, el dramaturgo de origen boricua confesó que estaría dispuesto a regresar al papel de Alexander Hamilton solo para su tierra borincana.
Casi al cierre del conversatorio, el público aprovechó la afabilidad de Lin-Manuel y le pidió que zumbara una que otra rima improvisada. Sin mucho apuro, Miranda solicitó a alguien del público que supiera hacer un beatbox –el sonido de una pista con la boca– a lo que el estudiante Ian Robles rápidamente respondió su llamado.
Y así, Lin-Manuel Miranda se despidió de la Iupi con un freestyle y una promesa de que nuevamente presentaría en su Puerto Rico otro exitazo de Broadway.