El nuevo filme Sol de Medianoche estrena esta semana en los cines de la isla. Con un elenco talentoso y un grupo de cineastas astutos, la adaptación de la novela del mismo título, escrita por Edgardo Rodríguez Juliá–, es un filme intrigante que dejará a los espectadores pensando en sus misterios por mucho tiempo. Sol de Medianoche expone el gran talento puertorriqueño en todos los aspectos de la producción, desde la dirección, grabación, actuaciones y hasta los escenarios utilizados son de primera calidad.
El largometraje sigue el personaje de Manolo (Pedro Capó), un detective especializado en casos de adulterio. En su más reciente caso, está involucrado uno de los amigos de su difunto hermano gemelo. Manolo trata de explotar la situación para su bien económico a la vez que intenta entender los eventos de la noche en que su hermano fue asesinado. Es un filme detectivesco con un pie en las películas noir de los ‘40 y el otro en el Puerto Rico moderno.
Capó tiene pocos créditos en su filmografía, pero hace un buen trabajo interpretando a Manolo y a su hermano gemelo Frank, quien solo conocemos a través de “flashbacks”, ya que su asesinato ocurre antes de los eventos en el filme. Aunque Capó hace un buen trabajo con ambos personajes, su actuación queda opacada por el gran talento de Aris Mejías.
Mejías interpreta la vecina de Manolo, Nadja. Al parecer, fueron pareja en algún momento y sus interacciones están llenas de una gran atracción sexual. Nadja parece ser una mujer sufrida y algo deprimida. La interpretación de Mejías oscila entre sexy, graciosa y triste. Sus escenas con Capó no son tan relevantes a la trama central, pero son las más divertidas. De seguro esta pareja hará un excelente trabajo en una comedia romántica oscura. Pero esto no es una historia romántica, y Sol de Medianoche lo deja perfectamente claro.
La dirección de Douglas Pedro Sánchez le hace justicia a la novela de Rodríguez Juliá. Sánchez tiene gustos exquisitos y la banda sonora compuesta por la Orquesta el Macabeo y Angelina Negrón, la cinematografía de Santiago Benet Mari y la edición de Carlos Aponte son excelentes.
Confieso que algunos de los eventos en la pantalla se hacen un poco difíciles de seguir. La mezcla del pasado con el presente, sumado a la investigación se vuelve un poco confusa en algunos momentos. Pienso que esto no es porque los cineastas no saben lo que hacen, sino que Douglas Sánchez, el escritor y director del filme, conoce tan bien el material que desea confundir al público tanto como a su detective en la pantalla. El público experimenta lo que le sucede al detective y siente la misma incertidumbre. Es una decisión que frustrará a muchos, pero es efectivo para este género.
Otro pequeño fallo del filme es el aferrarse tanto a los personajes originales de la novela. El mundo de Manolo está lleno de coloridos personajes que disfrutan beber, drogarse y hablar de sexo en las playas. Son fantasmas que la modernidad desea ignorar y son personajes sociológicamente interesantes, pero realmente contribuyen poco o nada a la trama o al filme en su totalidad. Ana Isabelle, la cantante, también participa del largometraje como una bailarina interesada en Manolo, pero cada una de sus escenas resulta insignificante.
La corta duración de 91 minutos no es suficiente para poder desarrollar los temas de la novela de Rodríguez Juliá y presentar todos los personajes y eventos necesarios.
Aun con esos tropiezos, el filme ha sido exhibido en festivales internacionales y fue reconocido por su excelencia. Sol de Medianoche es una gran demostración de lo que los puertorriqueños dedicados e inspirados en el material pueden lograr y es un excelente ejemplo del talento escondido que el mundo tiene por ver.