En la pasada ceremonia de los Oscars 2018, Chile ganó su primero –en la categoría de Mejor película extranjera– por Una mujer fantástica. El filme es un elegante trabajo fílmico sobre una mujer transgénero, en el que se aborda el tema de la identidad sexual con gracia y delicadeza. La película estrena próximamente en Puerto Rico en los cines de Fine Arts.
Una mujer fantástica narra la historia de Marina, una joven cantante de cabaret que trabaja como mesera por el día. Poco después de celebrar su cumpleaños con su novio –un hombre que dobla su edad– Marina lo lleva al hospital, donde fallece. Tras su muerte, Marina sufre el discrimen de parte de la familia de su novio y es investigada por la posible comisión de un delito sexual y hasta asesinato, todo por ser transgénero.
La mejor parte de la película es cómo trata la identidad del personaje principal. En el pasado, filmes como The Crying Game (1992) presentaban el tema con el propósito de escandalizar a la audiencia. Otros, como Transamerica (2005), se enfocan en el proceso de transición de los individuos. En Una mujer fantástica, empero, no hay música dramática o una tira innecesaria del cuerpo desnudo de Marina cuando revelan su identidad de género. La cinta tampoco se preocupa excesivamente sobre el proceso de transición de la mujer, lo cual permite que este sea un drama sobre personas transgénero completamente diferente a los anteriores.
Los guionistas –Gonzalo Maza y Sebastian Lelio, quien también participa como director– tratan a su sujeto con mucho respeto, el mismo que permite que la película se enfoque en una historia sobre un ser humano luchando por el derecho básico de despedirse de su pareja. Sus personajes se sienten humanos, y aunque quieren que nos compadezcamos de Marina, no desarrollaron el personaje como una santa o mujer perfecta. El guión de Maza y Lelio es excelente, y el diálogo del film realmente mueve la acción. Su trabajo es tan bueno y tan relevante, que solo con el diálogo se podría hacer una obra teatral.
Algunos podrán considerar a Una mujer fantástica un poco lenta, pero veo esto como algo positivo en este caso. La falta de acción solo resalta el excelente diálogo y le permite al público enfocar su atención a las excelentes actuaciones. Todos los personajes –incluyendo esos que salen dos minutos– se ganan su tiempo en la pantalla y contribuyen grandemente a la excelencia fílmica.
La actriz transgénero Daniela Vega interpreta a Marina. Vega está en prácticamente todas las escenas del filme, y en todas actúa maravillosamente. Una mujer fantástica es su segundo largometraje, pero la gama de emociones que Vega presenta en un corto periodo es realmente impresionante. Sí, los guionistas hicieron un gran trabajo, pero sin Vega Una mujer fantástica pudo quedarse corta de merecer el título. Su personaje intenta ser una mujer fuerte, pero en su interior podemos ver una mujer a punto de estallar en llanto por todo el discrimen que ha sufrido tras la muerte de su amante.
En vez de nominar a Meryl Streep por vigésimo primera vez, la Academia debió haber hecho algo realmente innovador y nominar a Vega. En su lugar, solo fue invitada para presentar a uno de los cantantes de la noche. Aun así, su actuación es mucho más memorable.
Muchos han criticado que la Academia diera el Oscar por Mejor película a The Shape of Water (2017), ya que no era la más importante o culturalmente relevante. Una mujer fantástica, en cambio, sí es la más importante y la más que representa cómo ha cambiado el mundo, lo que la hacía merecedora del Oscar por Mejor película extranjera del 2017 y tal vez algo más. Nada más cierto de la cinta, sin embargo, que ese gran adjetivo en su título –fantástica–.