JERUSALEN (Reuters) – Israel enfrenta este miércoles lo que podrían ser semanas de incertidumbre política, luego de una elección que concluyó con anuncios contradictorios de victoria por parte de la ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni y su rival, el mítico líder derechista Benjamin Netanyahu. “Yo gané”, tituló en primera plana Yedioth Ahronoth, el mayor diario israelí, junto a sendas fotografías de la centrista Livni y Netanyahu. El recuento casi final de los votos daba al partido Kadima de Livni 28 escaños contra 27 del derechista partido Likud de Netanyahu en el parlamento de 120 miembros. La ministra dijo que se convertiría en primer ministra e invitó a su rival a integrarse a un “gobierno de unidad”. Netanyahu, apuntando a lo que calificó un gran “bando nacionalista” en el parlamento, dijo que se convertiría en primer ministro y establecería una coalición de Gobierno con partidos de derecha. “Con la ayuda de Dios, lideraré al próximo Gobierno”, afirmó Netanyahu, de 59 años, a partidarios del Likud luego de que encuestas a boca de urna dieron a Kadima una leve ventaja y a los partidos de derecha unos 64 escaños parlamentarios, suficientes para alzarse con la mayoría. Al hablar ante activistas del Kadima que la vitoreaban, Livni, de 50 años, dijo: “El pueblo israelí podrá sonreír de nuevo cuando formemos el Gobierno”. Livni se convertiría en la primera mujer en líder de Israel desde Golda Meir en la década de 1970. Será el presidente Shimon Peres quien decida, luego de oír las recomendaciones de los partidos políticos, si pide a Livni, una relativamente recién llegada a la política, o a Netanyahu, ex primer ministro, la formación de un gobierno. El giro del parlamento hacia la derecha probablemente mine las esperanzas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de ver formada una nueva coalición israelí que realice grandes progresos hacia un proceso de paz con los palestinos y otros vecinos árabes, luego de la ofensiva del mes pasado contra Franja de Gaza. Las discusiones de Peres con las facciones del Knesset (parlamento israelí) podrían tardar cerca de una semana y las posteriores negociaciones para una coalición podrían extenderse por más de un mes. Avigdor Lieberman, cuyo partido de extrema derecha Yisrael Beiteinu quedó tercero a caballo de una fuerte retórica anti árabe, emerge tras la votación como el gran elector. Lieberman dijo que dejaba las opciones abiertas, indicando que podría integrarse tanto a un gobierno liderado por el Likud como por Kadima. Ehud Olmert de Kadima, que renunció en septiembre por un escándalo de corrupción pero permaneció como primer ministro interino, seguirá en el cargo hasta que se establezca un Gobierno. Olmert supervisará procesos como la consolidación de la tregua que puso fin a la reciente ofensiva sobre Gaza contra los milicianos de Hamas y los preparativos para cualquier enfrentamiento por el programa nuclear de Irán. Quienquiera que elija Peres tendrá hasta 42 días para formar gobierno. El presidente de Israel tradicionalmente se inclina por el líder del partido que obtenga la mayor cantidad de votos, pero no está legalmente obligado a hacerlo. El por largo tiempo dominante Partido Laborista del ministro de Defensa Ehud Barak, de centroizquierda, quedó en cuarto lugar, por delante de Yisrael Beiteinu, un partido ultranacionalista que atrae principalmente a inmigrantes de la ex Unión Soviética. (Reporte adicional de Adam Entous, Joseph Nasr, Ori Lewis, Alastair Macdonald, Jeffrey Heller, Steven Scheer y Douglas Hamilton en Jerusalén, Wafa Amr en Ramallah y Tova Cohen en Tel Aviv; editado por Hernán García)