Cuatro años después del terremoto en Haití que ocasionó sobre 250 mil muertos y desaparecidos, la zona aún permanece desolada. Con apenas los suficientes recursos para comer, algunos sobrevivientes del desastre natural han optado hasta por abandonar a sus hijos.
Por esta razón, Nanishka P. Morales, de 23 años, decidió crear la organización Giving Life, para proveerle amor y cuidado a estos niños, que quizás nunca lo habían experimentado.
La estudiante de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y directora ejecutiva del proyecto, fundó la organización cristiana sin fines de lucro luego de visitar al país en un viaje misionero en el 2010 y percatarse del sufrimiento que muchos de estos niños viven a diario.
Con el lema “Fuimos Creados para Amar”, la organización cuenta con un grupo de voluntarios que aportó a la creación de un orfanato para 15 niños en busca de hogar llamado “Jireh: Kay d’amou” (Jireh: Casa de Amor). El albergue cuenta actualmente con ocho niños y esperan llegar a la cantidad máxima antes de septiembre.
“[La experiencia más significativa fue] simplemente ver cuán impactante podemos ser para la vida de estos niños. Con algo tan sencillo como una paleta que le regalemos, podemos marcar su vida. Los niños en Haití están dispuestos a hacer filas kilométricas para recibir una. La primera vez que le di un dulce a uno de nuestros niños en el orfanato, él comenzó a brincar de la alegría,”, indicó Morales en entrevista con Diálogo.
Según la directora ejecutiva de la organización, Haití es el país más pobre del hemisferio oeste a tan solo 409 millas de San Juan.
Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reportó el pasado mes de febrero que Haití es el país con el mayor número de casos sospechosos de cólera en todo el mundo. Con más de 700 mil casos y alrededor de 8 mil muertes desde octubre de 2010 hasta el 2014, la ONU ha puesto en marcha un esfuerzo para apoyar el gobierno haitiano en la lucha contra esta enfermedad.
La pobreza extrema que enfrenta el país obliga que los haitianos promedio consuman una sola comida al día y no tengan fácil acceso a agua potable, lo que ocasiona que muchos de ellos padezcan de desnutrición. Morales aseguró que los niños son los más afectados, pues sufren de abandono y deambulan por las calles porque no cuentan con un techo seguro para vivir.
Un vivo ejemplo es Daniel, quien al cumplir 3 años, su madre intentó quitarle la vida mordiendo y aruñando su cuerpo porque no tenía los recursos para criarlo.
“Cuando uno llega a Haití o a cualquier país de extrema pobreza y se da cuenta que necesitas sacar agua de un pozo todos los días para bañarte, que no hay luz eléctrica —mucho menos abanico— y que la gente no tiene agua potable accesible, es ahí cuando comienzas a valorar cada cosa que tenemos en nuestra casa y ver cuán bendecidos somos”, expresó Morales, quien estudia en la Facultad de Administración de Empresas.
Voluntarios que depositan esperanza
Desde antes del terremoto en Haití, el país ya había sido plagado con actos de corrupción, lo que ha dificultado el acceso a ayudas humanitarias.
Según el reporte de la organización Human Rights Watch del 2013, la inestabilidad política y la epidemia de cólera siguen obstaculizando los esfuerzos para atender las necesidades básicas de la población haitiana.
“(Haití) es un país falto de educación donde hay mucho que trabajar. Pero lo importante es que la generación que está levantándose ahora (los niños) están creciendo con otra mentalidad. Cuando uno quiere sembrar en una nación para que prospere, la clave es trabajar con la niñez, pues será la generación que podrá sacar la nación hacia adelante", afirmó Morales.
Actualmente, Giving Life no tiene los fondos para cubrir los viajes de los voluntarios, ya que el dinero recolectado a través de diversas actividades fue utilizado para la creación del orfanato, así que cada una de las personas interesadas en participar costea su pasaje. Ya los viajes para este año están llenos, según aseguró Morales, pero la organización ya planifica otros para el 2015.
Entre los programas que Giving Life ofrece, está la oportunidad de apadrinar a uno de los niños del orfanato. La organización pide $20 al mes a las personas interesadas en aportar al techo seguro, nutrición diaria y educación de uno de los niños del hogar.
Por otro lado, Morales no descartó expandir el proyecto a otros países necesitados. Incluso, tiene en mente algunos proyectos en Puerto Rico.
“Nunca es tarde para realizar un viaje cuyo fin es ayudar a la humanidad, pero puedo decir que la mejor etapa para hacerlo es la universitaria. Un viaje misionero hay que vivirlo para poder entenderlo. Uno va con la mentalidad de bendecir y ayudar al prójimo, pero durante ese proceso nos damos cuenta que ellos nos están ayudando a nosotros”, concluyó.
Para más información o para formar parte del proyecto puede visitar la página web Giving Life, su página de Facebook o escribir un correo electrónico a apadrina@givinglifeinternational.org.