WASHINGTON – El presidente Barack Obama intentará reparar los vínculos de Estados Unidos con el mundo islámico en un discurso esta semana desde Oriente Medio en el que abordará asuntos complicados como el proceso de paz y la violencia extremista. Obama utilizará su discurso para intentar subsanar algunos de los daños a la imagen de Estados Unidos causados por la guerra de Irak, el tratamiento a detenidos militares y la falta de progreso en las conversaciones de paz en Oriente Medio. El presidente estadounidense ha reiterado su confianza en el diálogo diplomático como única vía para pacificar Oriente Medio. En una entrevista concedida al medio británico BBC, el mandatario expresó que “Estados Unidos puede poner en marcha unas negociaciones serias” entre Israel y Palestina. Asimismo, Obama ha insistido en la necesidad de que Irán desista de su programa nuclear, un objetivo que ha calificado “de interés del mundo”. La resistencia de Tel Aviv y de Teherán a las propuestas de Estados Unidos en la región han sido atajadas por el presidente con una visión optimista sobre el diálogo internacional: “La diplomacia es siempre un asunto duro y largo. Nunca es una cuestión de resultados rápidos”. Al ser consultado sobre si la continuación de Estados Unidos en Afganistán socavaría sus esfuerzos de compromiso con el mundo islámico, Obama dijo que Estados Unidos no tenía ambiciones territoriales en aquel país y que sólo quería impedir que Al Qaeda llevara a cabo otro ataque al estilo del 11 de septiembre. “No queremos que haya gente en Afganistán que esté planeando atacar a Estados Unidos”, dijo Obama a la Radio Pública Nacional. “Eso es un objetivo bastante modesto que otros países musulmanes deberían poder entender”. El éxito de las iniciativas del líder estadounidense en la región -como avanzar en el proceso de paz palestino-israelí y detener el programa nuclear de Irán- podría depender de cómo Obama, cuyo padre era musulmán y vivió en Indonesia de niño, pueda mejorar los vínculos entre Estados Unidos y los musulmanes. Obama tiene previsto aterrizar hoy en Arabia Saudí, la primera parada en la visita de cuatro días a Oriente Medio y Europa, donde se reunirá con el rey Abdullah para tratar asuntos como el proceso de paz, el programa nuclear iraní y los precios de la energía. Washington y Riad difieren sobre los precios del petróleo. Obama ha tratado de levantar la economía estadounidense inmersa en la recesión y ha expresado preocupación por el ajuste de los precios del petróleo, que podrían afectar a cualquier recuperación. Arabia Saudí ha pedido precios estables, pero de entre $75 y $80 el barril, frente al precio actual de $68 por barril. La gira proseguirá por Egipto y Alemania, y concluirá en Francia, donde celebrará el 65 aniversario del desembarco de las tropas aliadas en las costas de Normandía (conocido como Día D), operación considerada clave para el desenlace de la Segunda Guerra Mundial.