Cuando se piensa en la historia del siglo XX, los acontecimientos que más sobresalen están los numerosos conflictos bélicos que ocasionaron consecuencias en muchas sociedades civiles contemporáneas, asunto que el historiador Enzo Traverso aseguró que continúa omnipresente en las guerras de la actualidad.
Este fue uno de los puntos que el doctor Traverso, profesor en la Universidad de Cornell, abundó durante la conferencia magistral Guerra y Modernidad ofrecida como parte del simposio Violencia, Memoria y Justicia: Miradas antropolíticas, organizado por la Red de Estudios de la Violencia, Memoria y Justicia de la Facultad de Humanidades.
Traverso, cuya especialización es en la historia intelectual e ideas políticas europeas durante la primera mitad del siglo XX, discutió que las guerras y conflictos que se desarrollan en la modernidad tienen una mirada hacia el siglo pasado, que se distingue como “el siglo de las violencias, de las guerras, de los totalitarismos, de los genocidios”.
Eventos como la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil Español y genocidios masivos como el Holocausto, donde judíos y otras minorías fueron blanco de la ideología del nacionalsocialismo (nazismo) por parte de Alemania son parte de la categoría de violencias que, según Traverso, favorecieron “una interpretación del siglo XX como una época de confrontación binaria entre verdugos y víctimas, casi marginalizando otros actores de la historia”.
De acuerdo con el historiador, las ideologías tuvieron un rol protagónico en gran parte de los sucesos violentos del siglo pasado. El nazismo en Alemania y el fascismo impulsado por el dictador Francisco Franco, que desembocó en la Guerra Civil Española de 1936, propulsaban un discurso de la violencia “como medio para remoldear la sociedad, para purificar y sanar la sociedad”, indicó Traverso.
Por otro lado, las guerras del siglo XX pudieran ser interpretadas hoy como “momentos cruciales de construcción de la globalización”, ya que elementos como la interdependencia económica, la transferencia de tecnología y el desplazamiento masivo de poblaciones “se aceleran a través del prisma de la guerra”.
Asimismo, la Segunda Guerra Mundial trajo consigo, según Traverso, “un ejército fordista”, concepto arraigado en el modelo de producción de automóviles de Henry Ford que luego pasó a ser una categoría de análisis de los procesos de industrialización del siglo XX. El historiador precisó que las características del ejército fordista es que estaba organizado según criterios de mecanización, racionalización, jerarquías y división de trabajo.
“Es un momento en el cual la guerra, la batalla, se vuelve una masacre industrializada y planificada”, anotó Traverso, añadiendo que esto llevó a un modelo de guerras con muertes anónimas en masa.
Previo a la modernidad, algunos historiadores, explicó Traverso, definieron la guerra como una especie de duelo entre adversarios legítimos “y como un conflicto regulado por normas compartidas”. “Es una idea de civilizar las guerra, de humanizar las guerras, de expulsar toda forma de crueldad”, destacó.
Lo que implicaba el concepto de duelo era no matar a un enemigo, sino imponer un respeto. Sin embargo, este concepto desapareció a partir de 1914. Por esto, los conflictos del siglo XX, al ser entre dos bandos defendiendo valores e ideologías diferentes, constituyen una guerra que no tiene reglas ni normas compartidas. “Es una guerra en la cual la violencia se despliega sin límites”, afirmó Traverso.