Según el doctor Luis Jiménez, especialista en teología y ciencia, estudios muestran que las civilizaciones como babilonia y los griegos veían un conflicto en la relación entre la ciencia y la espiritualidad.
Sin embargo, señaló que en el mundo moderno, entre los textos que reflejan una búsqueda religiosa además de una búsqueda científica, se encuentran los de Isaac Newton (1642-1727).
“Yo diría que el evento que tal vez trajo más dificultad en la relación, más que el caso de Galileo Galilei (1564-1642) que es muy complicado, aparece con más fuerza en la teoría de Charles Darwin (1809-1882) y la reacción que tuvieron según la teoría de la evolución. Las iglesias históricas en teoría no reaccionan a la teoría de Darwin. Pero, hay otros grupos que viniendo de la ciencia que estaba desarrollando Darwin elaboraron una filosofía estricta y hay un momento de tensión y conf licto entre la perspectiva como la ven los fundamentalistas de la vida espiritual y la perspectiva de la evolución como la ven los filósofos materialistas”, explicó.
Además de Newton, Galilei y Darwin, otro de los que sobresalió por su trabajo acerca del paradigma entre la relación espiritual religiosa y la dimensión física lo fue el paleontólogo, filósofo francés y padre jesuita, Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) en el siglo XX.
“Es considerado como uno de los padres del siglo XX de ese diálogo entre el mundo científico y el mundo de la dimensión espiritual”, añadió Jiménez.
Entre sus frases célebres se encuentra: “no eres un ser humano en busca de una experiencia espiritual, eres un ser humano espiritual inmerso en una experiencia humana”.
Para De Chardin el mundo que estudia esa ciencia es el mundo que está creado por Dios y Dios está presente en él. Asimismo, otro de los científicos del siglo XX que veía una conciliación entre la ciencia y la espiritualidad lo fue George Lemaitre (1894- 1966).
Éste fue un sacerdote y matemático belga “que propuso la hipótesis del átomo primitivo”. También dejaron huella los postulados del reverendo de la iglesia anglicana Arthur Peacocke (1924-2006), doctor en bioquímica y teólogo.
Peacocke siempre sostuvo que el principio divino estaba detrás de todos los aspectos de la existencia. En términos de las figuras que son “beligerantes”, que se muestran desde una perspectiva más filosófica del conflicto está el científico inglés Richard Dawkins (1941-) y el paleontólogo estadounidense Stephen Jay Gould (1941-2002). “Dawkins parte de una visión materialista y plantea que la religión y toda la dimensión religiosa es una pura mentira elaborada para que nuestra especie pueda sobrevivir”, indicó Jiménez.
La ciencia: ¿un trampolín hacia la espiritualidad?
Para Jiménez, quien posee un doctorado en teología, la búsqueda del sentido último es inherente a todo ser humano. Para este experto, desde que aparecen los primeros indicios de un lenguaje, o los indicios de las primeras pinturas del hombre y la mujer primitiva, ya hay una búsqueda de sentido que está en el lenguaje.
“Hasta ahora cuando yo busco una teoría para explicar el sentido último eso lo encontramos ya en las primeras civilizaciones, incluso, no había tal separación no había una ruptura entre el mundo religioso racional, la búsqueda de sentido y la dimensión religiosa”, comentó.
El profesor Jiménez opina que hay tres modelos que explican la relación de la ciencia y la espiritualidad. Uno de ellos es el conflicto, desde el cual estima que muchos fundamentalistas religiosos han realizado una lectura literal de la Biblia, sobre todo del libro de Génesis.
“Ellos han planteado que la creación es como está ahí, sobre todo en los primeros dos capítulos de Génesis. Obviamente, esto ha chocado con los modelos y la explicación que dan las ciencias naturales”, indicó.
Por otro lado, señaló que hay un grupo de ateos o filósofos que plantearon que la única manera de ver la realidad era a través del método científico y lo único que existía se había demostrado mediante la ciencia.
“La dificultad está cuando yo digo que la única manera de yo explicar las cosas es con el método de las ciencias naturales. Decir que cualquier otra explicación no es válida ya eso es un problema y sobre todo cuando digo que lo único que existe es lo demostrado por la ciencia”, sostuvo.
La opinión de Jiménez es compartida por el doctor Jorge Ferrer Negrón, quien expresa que ha habido una actitud un poco dogmática en la ciencia que la hace anticientífica al pensar que aquello que no puede ser demostrable con los métodos científicos no es verdadero.
“Los métodos científicos son muy buenos para aquellos objetos para el que han sido hechos. Pero, hay dimensiones de la realidad que se escapan al conocimiento estrictamente científico, lo cual no quiere decir que no podamos entrar a hacer un análisis de tipo racional sobre eso, yo creo que hay que meter la razón al hablar de la espiritualidad. Pero, quizás los métodos tradicionales, ciertamente de las ciencias naturales no nos van a ser tan útiles para tratar de comprender esos fenómenos, aunque no podemos prescindir de ellas”, dijo.
De otra parte, Jiménez mencionó que el segundo modelo que explica la relación de la ciencia y la espiritualidad es la independencia.
“Son dos lenguajes totalmente diversos, el del mundo espiritual y el del mundo que estudia la ciencia. Hay que respetar la autonomía metodológica de cada uno. Pero aquí hay un problema y el problema está en que al fin y al cabo el ser humano es uno solo y es el ser humano el que está buscando sentido a su vida. Ese es el problema de la independencia y del conflicto, que no atiende esa búsqueda de sentido”, argumentó.
Ya que la independencia y el conflicto no atienden la búsqueda de sentido entra a escena el tercer modelo de relación que es el diálogo entre la razón teológica, que ve desde una experiencia espiritual, y la razón científica que ve desde una experiencia empírica.
En términos del diálogo desde una experiencia espiritual Ferrer Negrón indicó que la función de la teología en el fondo debería ser la búsqueda de un diálogo entre la experiencia de fe, dentro de una tradición religiosa, y lo que nos exige la razón.
“Lo que no podemos esperar es que el ser humano viva una especie de esquizofrenia espiritual y que por un lado vayan mis creencias espirituales o religiosas y por otro vayan mis conocimientos científicos. Yo creo que uno de los problemas que tenemos es precisamente ese, esa especie de divorcio y para mí es el gran problema del fundamentalismo religioso. Es decir el fundamentalismo religioso es prescindir de ese diálogo y de que las tradiciones religiosas se dejen cuestionar. Cualquier tradición religiosa tiene que reformularse en cada generación y yo creo que esa es la tarea de la teología porque las preguntas son distintas”, propuso.
Para el sacerdote Juan José Santiago, el conflicto entre ciencia y espiritualidad comenzó con Jenófanes de Colofón (570 a. C. – 475 a. C.), quien fue un filósofo griego que abordó el tema.
“Él decía: ‘si los burros tuviesen un dios lo pensarían como un burro enorme’”. El también ex director del Colegio San Ignacio de Loyola, señaló que el hombre no puede evitar pensar en términos antropomórficos.
“Para mí el problema más serio que tiene el cristianismo hoy es que no podemos trascender el concepto antropomórfico de Dios”, sentenció.
“No es que Dios cambie, la manera del ser humano de entender a Dios eso es lo que tiene que cambiar y está cambiando porque tiene que ser parte de la evolución”, subrayó.
El fundador del Museo Puertorriqueño de Antropología Religiosa, dijo estar convencido que el problema de la discusión de la relación entre ciencia y espiritualidad es un problema de lenguaje.
Padre Juan José Santiago.
"Yo no puedo en el relato del Génesis de la creación de Adán y Eva encontrar a homo erectus. Ahí no va a aparecer, como yo no puedo encontrar en una descripción de las galaxias la palabra de Yahveh. Son distintos lenguajes, el problema está cuando yo quiero leer en un lenguaje científico algo que es religioso o quiero leer en un lenguaje religioso algo que es científico”, manifestó.
A pesar que la inquietud de relacionar la ciencia con la espiritualidad se presenta a través del mundo, el doctor Santiago cree que es un problema más occidental que está ilustrado desde el siglo XVIII “cuando llega el encumbramiento de la razón por encima de la Fe”.
“Yo creo que este planteamiento, hasta ahora, no se lo habían hecho las religiones orientales. Creo que en algunas culturas, concretamente en la mayoría de las culturas africanas que la palabra religión no existe porque todo es religión”, indicó.
Asimismo, Santiago planteó que considera que el budismo, más que el hinduismo, tiene una gran apertura hacia las ciencias. Éste entiende que el budismo es una religión sumamente humanística y experimental.
“En el budismo el objeto de estudio es uno mismo y en ese sentido como es una religión que no tiene dogmas yo creo que está muy abierta a la ciencia y la experimentación”, afirmó.
Nota del editor: Este escrito es la segunda parte de la serie especial titulada "Ciencia y Espiritualidad: un debate ancestral". Para leer nuestra más reciente edición accede aquí.