Muchas personas consideran que todo ser humano necesita creer en algo o que necesita alimentar su espiritualidad. Sin embargo, no todos concurren con ello.
Los ateos, por ejemplo, entienden que la espiritualidad surge de una divinidad, por lo que no sienten esa necesidad espiritual. Hiram Crespo, uno de los editores de ateistaspr.org, indicó a Diálogo que, para él, el que algunas personas crean en algo superior surge “por la falta de salud mental o el mecanismo para bregar con dificultades”.
“[Hay quienes creen en algo superior] por falta de conocimiento sobre la naturaleza de las cosas, a veces por falta de salud mental o de mecanismos para bregar con dificultades y por presión social. También por causa de sus vulnerabilidades y miedos -a la muerte, a la pérdida de seres amados, a la pobreza, a la impotencia y al hambre-, cuando estos no son evaluados y tratados sicológica o filosóficamente”, argumentó.
Crespo reiteró que todas las personas sí necesitan cuidar su “salud existencial”, pero, según él, de eso se encarga la filosofía.
“Todo el mundo tiene necesidad de cuidar su salud existencial, y esa definición yo se la atribuyo a la filosofía, particularmente a las filosofías terapéuticas como el estoicismo y el epicureísmo”, sostuvo.
El también fundador de societyofepicurus.com manifestó que “la religión no es lo único que puede llenar esas necesidades, y no debería monopolizarlas”. Indicó que por el contrario, la religión genera enorme confusión espiritual porque, introduce hipótesis sobrenaturales que al ser probadas como fraudulentas, según él, quitan legitimidad a todo el proceso y podrían causar muchos problemas.
Con su percepción también coincidió el estudiante de geografía de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras (UPRRP), Daniel Pérez. Al igual que Crespo opinó que la espiritualidad no puede vincularse con el ateísmo porque esta surge de la creencia en un ser divino, cosa que el ateísmo rechaza. Observó que el problema con la espiritualidad es que pone a la fe por encima de todo y eso lleva a que las decisiones y la manera de actuar de las personas se rija por esa fe que, según él, parte de un espíritu que no existe.
“El problema de los religiosos, además de que son muchos, es que la fe va por encima de todo y eso es un dilema bien interesante porque si la fe va por encima de ti mismo quiere decir que tus decisiones, tus derechos y tus consecuencias las vas a visualizar por debajo de esa fe. O sea, que tu vida se va a regir en los caminos de esa fe”, comentó.
“Cuando un creyente rige su vida por su fe, que está mucho más arriba que su pensar, hay problemas serios. Ese es el gran problema de las religiones en el mundo, que las decisiones que toman se rigen por esa religión, así sean las correctas o no”, subrayó el estudiante de 20 años.
¿Es posible ser espiritual aún siendo ateo?
El doctor Jorge José Ferrer, especialista Teología Moral, indicó que no necesariamente la espiritualidad está ligada a la religión. El sacerdote jesuita indicó que la espirtualidad también se enfoca en buscar el sentido a las cosas y la trascendencia.
Ferrer, quien también dirige el Instituto de Bioética del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, explicó que la trascendencia alude a aquello que las personas consideran como el valor más importante y el que le da sentido a la vida. Para los religiosos es Dios y para los no religiosos puede ser la libertad, la justicia, la humanidad u otros.
Con él coincidieron los profesores del Seminario Evangélico de Río Piedras, Ediberto López y Agustina Luvis.
López, señaló que es posible llevar una espiritualidad secular porque es una de las características que distingue a los seres humanos del resto de la creación.
“A mí me parece que esta cuestión de la espiritualidad es una de las cosas que marcan a los seres humanos frente al resto de la creación. El ser humano es homosapiens y homoespiritual. Ahora, lo que pasa es que no necesariamente tienes que ver lo sagrado en lo transcendental, lo puedes ver en lo inmanente, puedes verlo en el ser humano, en la sociedad, en la naturaleza, en tu vocación. Puedes ver lo sagrado en esas cosas, por lo tanto, puede haber una espiritualidad secular”, afirmó López.
Por su parte, Luvis señaló que cada vez hay más personas afirmando su espiritualidad desde un ámbito no religioso.
“Yo creo que cada vez aumenta más la práctica de afirmar algún tipo de espiritualidad, pero creo que ha disminuido la gente que cree que esa espiritualidad se tiene que restringir a una religión. Yo creo que la gente está buscando otras maneras de expresar su espiritualidad que no sea necesariamente en la iglesia”, dijo la profesora de Teología Sistemática.
Sobre esto, Luvis añadió que muchos de los ateos que conoce están involucrados con causas benéficas donde logran encontrar paz, o esa la espiritualidad secular a la que se refiere López.
“Muchos de los no creyentes que yo conozco están involucrados en causas muy válidas: causas de derechos humanos, causas que tengan que ver con la paz, causas en contra de la violencia. Yo tengo muchas amistades que no creen y trabajan avalando esos principios que ellos no quieren ubicar dentro de la religión. Lo ubican dentro del ser humano y punto”, anotó Luvis.
También mencionó que estas personas militan en pro de los derechos de la gente más desventajada, los pobres y los homosexuales, por ejemplo. “La gente no creyente se alivia en estas causas que sienten que son válidas”, agregó.
Con Luvis también concordó López, quien señaló que la espiritualidad se encuentra en el amor, en la solidaridad, en la lucha por los derechos humanos, en el trabajo y en la cultura. Resaltó que al todos esos aspectos ser “lugares de espiritualidad”, los ateos y cristianos se encuentran con la espiritualidad de todas maneras.
“Que yo no crea en Dios no me impide poseer una espiritualidad”
En su libro El alma del ateísmo el filósofo francés André Comte-Sponville asevera que ser ateo no es razón para renunciar a una vida espiritual.
Para Comte-Sponville la espiritualidad es la vida del espíritu y ese espíritu es “la potencia de pensar en tanto que tiene acceso a la verdad, a lo universal o a la risa”. Asegura que esa potencia (espíritu) sin el cerebro fuera impotente y que el cerebro sin ella fuera solamente un órgano más en el cuerpo.
El filósofo considera importante que para poder experimentar una espiritualidad secular hay que distinguir entre religión y espiritualidad ya que, según menciona en el tercer capítulo de su libro, cualquier religión tiene algo de espiritualidad, pero no toda espiritualidad es religiosa.
“Hablar de espiritualidad sin Dios no es entonces de ninguna manera contradictorio. Como la única religión observable, en nuestros países, fue durante siglos el cristianismo, hemos acabado por creer que religión y espiritualidad eran sinónimos. ¡Pero no es así! Basta con retroceder un poco para descubrir que existieron, y que existen, inmensas espiritualidades que no son religiones”, escribió.
“Es incorrecto afirmar que los humanos necesitan tener espiritualidad”
Por otro lado, el profesor del Departamento de Psicología de la UPRRP, Edgardo Morales, cuestionó si es necesario reconocerse como espiritual para poder llevar a cabo prácticas que se colocan bajo esa categoría.
“No hay nada en esas prácticas (rezar, meditar, ayudar, reflexionar) que requieren que hagas referencia a esa categoría (espiritualidad, religión)”, sostuvo. Añadió que ese tipo de categorías la utilizan como parte de un grupo social que pertenecen y se identifican con él.
“A veces cuando tengo que llenar un papel y me preguntan qué religión soy, lo dejo en blanco. No es requerido identificarse con eso. Igual que no tienes que usar el lenguaje de la espiritualidad para explicar o entender lo que haces. Te pueden ubicar en esa forma de ver lo que haces, pero no es requerido”, indicó Morales a Diálogo.
El también supervisor de práctica de estudiantes en psicología clínica postuló que para él es incorrecto afirmar que los seres humanos necesitan tener espiritualidad.
“Todos estamos bregando con dónde nos ubicamos en la vida, qué es lo que queremos hacer y cómo se va a transformar a través del tiempo. Puede ser que dentro de esos dilemas venga la meditación y el yoga, etc. La gente se puede apropiar de ellos [esos recursos] y utilizarlos de diferentes maneras según les puede ser útil o tener sentido”, observó.
“Puede ser que en ese proceso utilicen un lenguaje que es el lenguaje de la religión o espiritualidad en sus nuevas versiones o variadas versiones. Pero una de las cosas, como yo lo veo, es que no es requerido usar ese lenguaje”, puntualizó.
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Primero de dos artículos sobre el tema de la espiritualidad.