La recepción por parte de la comunidad universitaria del borrador del Plan Estratégico de la Universidad de Puerto Rico 2016-2021 –el documento que guiará el desarrollo de todas las unidades del primer centro docente del país por los próximos cinco años– apenas comienza a manifestarse.
Y tanto Uroyoán Walker Ramos, presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), como Christian Arvelo Forteza, representante estudiantil ante la Junta de Gobierno, coincidieron en entrevistas por separado que la comunidad universitaria debe moverse, cuanto antes, a la discusión del plan publicado hace dos semanas.
“Nosotros esperamos que para principios del semestre que viene esté establecido”, dijo Walker Ramos.
“Deberíamos tener un plan pronto. No se puede llegar a octubre [sin él]. Simplemente, por el hecho de que ya hay un borrador, los recintos tienen que comenzar a hacer sus planes estratégicos, independientemente de lo que pase”, subrayó a su vez Arvelo Forteza.
La comunidad universitaria –o más bien, todos los que tienen una cuenta electrónica de @upr.edu– tendrá hasta el 15 de junio para someter sus recomendaciones. Cinco días después, el 20 de junio, será la última reunión de la Junta de Gobierno de la UPR para este año académico.
Lo que no queda del todo claro es cómo el Comité Ejecutivo para la Planificación Estratégica (CEPE) –del que Walker Ramos y Arvelo Forteza son parte– discutirá en cinco días las recomendaciones y la redacción final del plan para la consideración de la junta en dicha reunión. Diálogo intentó comunicarse con Delia Camacho Feliciano, vicepresidenta en Asuntos Académicos (VPAA) de la Administración Central de la UPR y presidenta del CEPE para inquirir sobre este detalle, pero aún esperamos por su respuesta.
Aunque la expectativa de ambos entrevistados es que el Plan Estratégico entre en vigor a inicios del año académico 2016-2017, la Junta de Gobierno no ha precisado cuándo atenderá el asunto.
“No hay una fecha escrita en piedra de que esto tiene que estar para tal día. Me consta que hay senados académicos que han expresado su interés en que se amplíe o se extienda el periodo para reaccionar”, replicó Walker Ramos.
En efecto, el Senado Académico del Recinto de Río Piedras solicitó a la Junta de Gobierno y a la VPAA de la UPR la extensión hasta septiembre del plazo para someter recomendaciones, y que se incluya –además de la comunidad universitaria– a la comunidad externa. El Senado Académico de la UPR en Carolina, en tanto, conformó un comité ad hoc para la evaluación del borrador.
Arvelo Forteza desconoce si la Junta de Gobierno “lo vaya a ver este año académico. Creo que lo va a ver el próximo”.
Independientemente de cuándo se dé la discusión en el máximo foro rector de la UPR, el asunto apremia para la institución, toda vez que el plan estratégico anterior –Diez para la década, aprobado en el 2006– caduca en junio, justo en el contexto de un año electoral, con la ausencia de una discusión en la legislatura sobre el presupuesto gubernamental para el próximo año fiscal, y la posibilidad de una Junta de Control Fiscal por parte del Congreso estadounidense.
Se da también en el contexto de la crisis fiscal local, que ha provocado un ajuste presupuestario en los fondos que recibe la UPR para su operación. Hasta hoy, la universidad ha recibido $748.4 millones de los $821 que le corresponde por asignación estatal para este año. Restan unos $72.6 millones, que deberán allegarse a la institución entre lo que resta de mayo y el 30 de junio.
Cuestiones en el tintero
El Plan Estratégico de la Universidad de Puerto Rico 2016-2021 establece ocho asuntos como prioridades que la UPR deberá atender por los próximos cinco años, a saber:
Empero, para Arvelo Forteza, temas como la transparencia en la comunicación entre los distintos sectores de la universidad, el acceso a la educación subgraduada, el cambio en el perfil socioeconómico del estudiantado y los mecanismos de evaluación del plan son asuntos que no están en el borrador y que ameritan, a lo sumo, una discusión.
“La situación económica de Puerto Rico ha empeorado. Eso significa que los estudiantes que están entrando a la UPR ingresan, en cierto sentido, con una mayor necesidad económica. También se han disparado los niveles de desigualdad socioeconómica. ¿Qué vamos a hacer como universidad para que esas personas que están en lo más bajo del índice socioeconómico puedan tener la misma oportunidad que otras más agraciadas?”, señaló el estudiante de maestría en administración pública.
El representante estudiantil detalló, además, que la Confederación Estudiantil Nacional –organismo que agrupa a los presidentes de los consejos generales estudiantiles de las 11 unidades– criticó que el plan, en su versión preliminar, adolece de una métrica de avalúo.
“Hasta el momento lo que ha planteado en las reuniones del comité del CEPE es que la presidenta [Camacho Feliciano] va a hacer la métrica después –o aparte– del plan de trabajo, no como parte del Plan Estratégico. Me parece que eso hay que trabajarlo”, expuso.
Cuestionado sobre el contexto en el que se publicó el borrador, Walker Ramos indicó que “la realidad es que el plan está aquí. Lo que tenemos es un punto de partida que entiendo es sólido. Tengo la certeza de que servirá para iniciar una reflexión profunda, de cada uno de nosotros, sobre lo que está haciendo la universidad, lo que debe continuar haciendo y lo que quizás no debe seguir haciendo”.
“La comunidad universitaria y todo el mundo tiene que mirar este plan y ver lo que se atendió, lo que está desatendido. Lo fundamental es que debemos tener una aspiración de lo que queremos como universidad” y reflejarlo en el documento, invitó Arvelo Forteza.
Cristian Arroyo Santiago y Adriana De Jesús Salamán colaboraron en este artículo.
[Documento] Plan Estratégico de la Universidad de Puerto Rico 2016-2021