¿Por qué aproximadamente 10 millones de personas mueren cada año de enfermedades para las que ya están disponibles tratamientos en los países ricos? Para Paul Farmer, un distinguido médico de la Escuela de Medicina de Harvard reconocido por su extraordinaria labor humanitaria en los países más pobres del mundo, la enfermedad es una expresión de la inequidad social, por lo que las inequidades en salud están enraizadas en las estructuras sociales y económicas injustas.
En su primer libro sobre estos asuntos AIDS and Accusation (1992), Farmer describe cómo el Sida está profundamente incrustado en las estructuras sociales y económicas y cómo la violencia, la pobreza y la inequidad social son las grietas a lo largo de la cual se propaga el Sida. En The Uses of Haiti (1994), denuncia la pretensión de benevolencia de la política norteamericana en Haití y deja ver cómo la nación más rica en el hemisferio occidental ha fomentado la miseria y la muerte de los pobres. Infections and Inequalities (1999), es otra de sus obras en la que discute cómo las epidemias modernas son expresiones biológicas de las inequidades sociales.
Farmer también ha plasmado sus ideas en torno al tema de las inequidades en el campo de la salud en publicaciones como Pathologies of Power (2003), en donde argumenta que la equidad es el desafío central del futuro de la medicina y la salud pública. En este trabajo reintroduce el concepto de violencia estructural como un arreglo socioeconómico y la pobreza como una condición inaceptable resultado de esta misma violencia. En Partner to the Poor (2010),publica una recopilación de ensayos de sus investigaciónes sobre las epidemias en lugares pobres, la pobreza y los derechos de los pobres. Mientras que en Haiti-after the earthquake (2011), describe el sufrimiento y la resilencia del pueblo haitiano, y explora cómo las naciones más poderosas y las fuerzas económicas hicieron a Haití más vulnerable ante un terremoto. En Reimagining Global Health (2013) presenta junto a otros autores, una colección de estudios de casos de salud global y da a conocer sus intervenciones en varios países del mundo.
Una vida de servicio
El doctor Paul Edward Farmer es profesor en el Departamento de Medicina Global y Medicina Social de la Escuela de Medicina de Harvard. Previo a esta experiencia, cursó estudios en Duke University. Los primeros dos años de estudio los dedicó a estudiar ciencias, pero luego se enfocó en la antropología médica. Desarrolló su tesis sobre la inequidad de género y la depresión.
La experiencia universitaria en Duke fue muy significativa para él. Allí tuvo contacto con dos materias que impactaron su desarrollo profesional para siempre: la teología de la liberación y su compromiso con la pobreza y Haití. También conoció una monja belga que lo puso en contacto con un grupo de trabajadores haitianos.Cuando se graduó, en 1983, escribió un artículo sobre los trabajadores de fincas haitianos titulado: haitianos sin hogar (Hatians Without a Home). Interesado en todo lo que tenía que ver con Haití, estudió creole, y decidió conocer personalmente la vida/pobreza de Haití.
Más tarde se integró a realizar trabajo voluntario en una clínica rudimentaria establecida por el sacerdote haitiano-anglicano Fritz Lafontant en Mirebalais, Haití. Con la bendición de Lafontant se dirige a Cange, otra ciudad haitiana, donde realiza un censo para determinar las necesidades de salud de esa comunidad. Farmer, planteó a partir de esa experiencia que la mortalidad infantil y materna, situaciones comunes dentro de este contexto de pobreza, lleva a la catástrofe familiar, al hambre, la prostitución, las enfermedades y a otros tipos de muertes. También aprendió que no puede existir equidad en salud si no existe equidad social. Asimismo, se comprometió a llevar la medicina a la gente que no contaba con servicios médicos.
En 1984, cuando tenía 24 años, ingresó a la Escuela de Medicina de Harvard para obtener un grado combinado en Medicina y Antropología. Durante los primeros dos años, logró arreglárselas para mantener sus clases en Harvard con excelentes calificaciones y continuar su trabajo en Haití. En ese periodo comenzó a desarrollar lo que luego él describe como el proyecto que marcó su vida: el desarrollo de un hospital en Cange con la tecnología de los hospitales de países ricos. Denominó ese proyecto la redistribución de la justicia
En 1990 Farmer recibió el grado de doctor en Medicina y doctor en Antropología. Luego fue aceptado en la residencia para especializarse en enfermedades infecciosas en el Brigham and Women's Hospital y una vez allí, logró obtener permiso para pasar la mitad del tiempo en Haití. Tras esta experiencia plantea que el médico puede elegiruna vida de servicio, y hacer causa común con la gente a través de la lucha bajo la pesada carga de la pobreza, el Sida, la tuberculosis, la malaria, y otras muertes “estúpidas”. Para entonces, ya estaba seguro que había elegido ser el médico de los pobres, lo que logró realizar en Haití, considerado el país más pobre del hemisferio occidental, y más tarde en países latinoamericanos y africanos.
En aquellos años (1990), la epidemia del Sida azotaba a Haití y Farmer se dedicó a estudiar la epidemia, a denunciar las acusaciones injustas de la que el pueblo haitiano era objeto por parte de los científicos de Estados Unidos, y a luchar para que las personas con Sida en Haití tuvieran acceso a los medicamentos retrovirales disponibles en los países ricos.
Actualmente el doctor Farmer reside en Rwanda con su familia, en donde continúa poniendo en práctica su filosofía de vida: prestar servicios médicos de la más alta calidad a los seres humanos menos favorecidos económicamente.
La doctora Lydia E. Santiago es Catedrática Jubilada del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. Andrea Pérez-Homar es estudiante doctoral en Salud Global en la Universidad de Boston, Massachusetts.