Tras cincuenta años de trayectoria en la dirección y la formación de artistas el profesor del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Dean Zayas, puso sus recuerdos en blanco y negro. En Ese no es nadie, una publicación de sus memorias, el profesor de 75 años hace un registro de su vida en el teatro, de sus logros y asignaturas pendientes; ajusta algunas cuentas y opina sobre el quehacer cultural del País. Conversé con Dean en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, uno de sus espacios vitales.
Mario Roche (MR): ¿Qué significó preparar tus memorias? ¿Una catarsis? ¿Una liberación?
Dean Zayas (DZ): Significó ambas cosas. Me tomó mucho tiempo convencerme. Fue Victoria Espinosa la que me hizo entender que era necesario. Me dijo que yo había vivido muchas cosas dentro del teatro puertorriqueño y que debía escribir al respecto.
MR: ¿Cómo fue el proceso de escritura?
DZ: Lo desarrollé como un cuento de mi vida en el teatro. Por eso lo escribí sin un orden cronológico. Aparte de la memoria, recurrí a los diarios de mis viajes y a los archivos. Hay cosas que uno tiene muy presentes, otras que olvida y cosas que no quiere recordar.
MR: Los triunfos obtenidos como director del Teatro Rodante en el Festival de Teatro del Siglo de Oro Español en Texas y en Festival de Teatro Clásico de Almagro (España) forman parte de tu memoria sentimental. ¿Cómo fue que te hiciste experto en ese género?
DZ: Todo comenzó con Gloria Arjona, mi primera maestra de actuación en el Departamento de Drama, que usaba las piezas del Siglo de Oro para las clases. Así que yo me enamoré de la lengua española a través de estas obras. Y aprendí a pronunciarla correctamente en las clases de dicción de Maricusa Ornes. Con respecto a la dirección y al estilo de actuación del Siglo de Oro, empecé a estudiar las obras de arte, la arquitectura, la vestimenta y la música de esa época para imaginar una gestualidad y el uso apropiado del espacio. De hecho, tengo un manuscrito sobre ese estilo de actuación.
MR: En el libro evocas años en los que dirigiste hasta 12 obras entre los montajes universitarios y los profesionales. Probablemente eres uno de los directores más reclamados, ¿no?
DZ: Sí, creo que he dirigido más de 300 obras…Este trabajo…es mi vida. Pero si tú me das a escoger lo más que me gusta es enseñar. Y luego, dirigir. Yo pasaría mi tiempo dirigiendo estudiantes. De hecho, la mayoría de los actores que dirijo hoy en día han sido mis alumnos. Ahora mismo he tenido un re-encuentro increíble con Gerardo Ortiz. Con él representamos –¡tú también estuviste!– El Rey Lear de Shakespeare. Allí hizo, siendo estudiante, una labor increíble. Y ahora lo veo con el mismo entusiasmo, seriedad y dedicación con la que hizo a Lear, interpretando a una mujer, dueña de un conjunto musical, en Las sabrosas del Caribe, una comedia inspirada en La orquesta de señoritas de Jean Anouilh (en cartelera hasta mediados de marzo). Me ha alegrado mucho confirmar que Gerardo ha conservado ese compromiso que demostró desde que era estudiante en el Departamento de Drama.
MR: Desde temprano en tu carrera colaboraste con WIPR-TV y posteriormente trabajaste en la televisión comercial. ¿Cómo evalúas tu experiencia en las telenovelas durante la década del ochenta?
DZ: Llegué a las telenovelas porque pensé, muy quijotescamente, que podía ayudar a hacer una diferencia y mejorar el producto. En dos novelas lo logramos, en Tanairí y en Coralito, proyectos en donde se trató de subir los niveles de producción y de actuación. No me arrepiento de esa experiencia. Lo que sí lamento es que no pudimos crear una industria de telenovelas en Puerto Rico capaz de exportar contenidos y aportar al desarrollo económico del país.
MR: En Ese no es nadie se siente la ira y la tristeza que te produce trabajar en un país que no pone la cultura en el lugar que merece. Sin embargo, has resistido. ¿Por qué?
DZ: Alguien me dijo alguna vez que si iba a hacer algo en mi vida lo tenía que hacer por mi País. Y creo que lo he hecho, sin pregonarlo y sin falsos patriotismos.
La versión completa de esta entrevista será publicada en la versión impresa Diálogo marzo-abril 2014.