Se encuentran en gasolineras, farmacias y hasta en la web, empaquetados atractivamente, con una extensa gama de sabores. Se trata de los cigarrillos electrónicos, cuyo uso ha sido objeto de un intenso debate.
El cigarrillo electrónico es un sistema que cuenta con una batería, un atomizador y un líquido que contiene nicotina. Al inhalar, el fumador enciende el dispositivo y activa el atomizador que convierte el líquido en vapor de agua. La gran mayoría de los cartuchos contienen agua, propilenglicol, glicerol, aromas, sabor y nicotina.
Andrés, de 22 años, comenzó a fumar cigarrillos electrónicos porque a largo plazo son más económicos, además de que son fáciles de conseguir. Aunque dijo usarlos ocasionalmente, el estudiante universitario aseguró que no se los recomendaría a sus amigos porque no sabe qué químicos puedan tener.
“Si eres fumador compulsivo o adicto, al principio te va a salir más caro el electrónico, pero es más económico cuando remplazas [los cartuchos líquidos]”, indicó.
Como Andrés, hay miles de personas que se han sumergido en la moda de “vapear”, es decir, fumar nicotina y otras sustancias en su estado líquido. Aunque actualmente en la Isla no hay estadísticas sobre su uso, según un artículo del periódico El País, en Estados Unidos las ventas alcanzaron a $300 millones en el 2012.
Por la libre las ventas del cigarrillo electrónico
Actualmente no existen regulaciones a la hora de comprar estos productos, aunque en la Isla se discute un proyecto de ley para evitar la venta de cigarrillos electrónicos a menores de edad.
A pesar de que existe una ley para regular la publicidad del tabaco y el cigarrillo tradicional por los daños que le ocasionan a la salud, compañías como Blu, NJoy, Starfire, Blaze, Venus y Vuse han promocionado los múltiples beneficios de los cigarrillos electrónicos a través de los medios de comunicación.
Para Antonio Cases Rosario, director de la División de Control de Tabaco y Salud Oral, estos anuncios tienden a ser “engañosos y falsos”, pues aún no se han comprobado los beneficios de los cigarrillos electrónicos con estudios científicos.
“El cigarrillo electrónico que se anuncie como una alternativa para dejar de fumar entra en una violación federal, ya que la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) es quien determina qué herramienta o medicamento se utiliza para la cesación de fumar”, explicó Cases Rosario.
Estudios afirman que tienen beneficios
Algunos científicos aseguran que el uso del dispositivo electrónico incentiva la adicción a la nicotina, mientras otros afirman lo contrario. Un estudio realizado por la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda indicó que pueden ser “tan efectivos como los parches de nicotina”.
Del mismo modo, según el Consumer Advocates for Smoke-Free Alternatives Association (CASAA), un estudio realizado por la Universidad Drexel en Estados Unidos reveló que las sustancias de los cartuchos líquidos no son potencialmente dañinas a la salud.
La organización aseguró que la falta de conocimiento sobre los cigarrillos electrónicos ha generado desconfianza hacia el producto y sus posibles beneficios. Carl Phillips, director científico del CASAA, explicó en el estudio que los dispositivos electrónicos son más seguros que los cigarrillos a base de tabaco, los que contienen sobre 4,000 sustancias químicas diferentes.
En el caso de Andrés, acostumbraba a fumar cigarrillos tradicionales y luego comenzó a “vapear” por curiosidad y no necesariamente por querer dejar de fumar. Hasta el momento, no ha tenido efectos negativos y dijo no sentirse adicto al dispositivo.
El riesgo detrás de los e-liquids
“La persona cree que está inhalando vapor pero se está haciendo daño. En esos líquidos no hay nicotina nada más, también hay otros químicos que están por investigarse”, afirmó Rosaly Rentas Pastrana, directora de la Asociación Puertorriqueña del Pulmón.
Anuncio del Departamento de Salud sobre el cigarrillo electrónico
Los e-liquids, esto es, el líquido que es vaporizado por los fumadores al utilizar el dispositivo, contiene diferentes sustancias químicas además de la nicotina para incluir sabores y aromas. Según el reportaje Selling a Poison by the Barrel: Liquid Nicotine for E-Cigarettes de The New York Times, los casos de intoxicación en Estados Unidos asociados con la vaporización de e-liquids aumentó a 1,000 en 2013 y se estima que continúe subiendo para este año.
Según Rentas Pastrana, un cartucho líquido equivale a 25 cigarrillos tradicionales, es decir, una cajetilla. Cada cartucho líquido puede contener hasta 24 miligramos de nicotina. Por tanto, el usuario del cigarrillo electrónico no tiene control de lo que se fuma pues el dispositivo “nunca se acaba”, a diferencia cigarrillos regulares. Existe el riesgo de que la persona “vapee” el cartucho líquido completo, que sería como fumar 25 cigarrillos.
Hasta el momento, la FDA no ha aprobado o regulado el uso de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos. De hecho, según la página web de la agencia, se han reportado casos de efectos nocivos como vómitos, desmayos y neumonía. Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó que estos dispositivos no “son un tratamiento legítimo para quienes estén tratando de dejar de fumar”.
A pesar de ser el causante principal de muertes en Estados Unidos, el cigarrillo continúa arraigado en la cultura, evolucionado con las nuevas tendencias tecnológicas. No hay suficiente información que determine concluyentemente los daños o beneficios de “vapear”, aunque algunas agencias gubernamentales y salubristas exhortan a tener cuidado a la hora de fumar cigarrillos electrónicos.