Desde hace 45 años, Don Goyo dirige uno de los grupos artísticos que más gloria le ha dado a nuestra alma mater: la Tuna de la Universidad de Puerto Rico. El pasado lunes, este personaje indispensable de la historia universitaria recibió una inmensa retribución, luego de que la Junta de Gobierno (JG) de la institución aprobara otorgarle un doctorado Honoris Causa por su contribución al quehacer cultural puertorriqueño.
La petición para entregarle la distinción a Gregorio Acevedo, quien en el 1972 tomó las riendas de la Tuna, fue elevada a la JG el 25 de octubre por el Senado Académico del Recinto de Río Piedras. Hoy, al preguntarle cómo se sentía respecto a tal honor, Don Goyo contestó con su acostumbrada humildad:
-¡Diantre, qué difícil!
Y aunque su historial está repleto de reconocimientos por el desempeño de la Tuna a nivel nacional e internacional, el también esgrimista dijo no estar acostumbrado a este tipo de distinciones. Según él, nunca pensó recibir un doctorado Honoris Causa.
“Yo estoy acostumbrado a hacer mi trabajo como empleado. Si me lo merezco pues yo no lo sé, pero estoy orgulloso. Que la universidad me dé un honor tan grande como ese, es una cosa que pega bien fuerte. Como no estoy acostumbrado, pues me pega más todavía”, sentenció emocionado.
De igual manera, se mostró agradecido con el Senado Académico riopedrense, la JG y, sobre todo, con sus compañeros de trabajo de la Oficina de actividades culturales del Recinto de Río Piedras, “quienes fueron los primeros en hacer la solicitud y también a unos cuantos que han pasado por la Tuna y escribieron cartas para apoyar la petición”.
Pero más que cualquier cosa, para Don Goyo el doctorado Honoris Causa es una exaltación a la Tuna y no a sí mismo. Comentó que todos los estudiantes que conforman la agrupación y han sido parte de este colectivo son los verdaderos responsables de una distinción como esa.
Ante este, el también profesor aprovechó la ocasión para destacar el rol de la Tuna en estos momentos en que la universidad y Puerto Rico atraviesan por una crisis económica.
“De la universidad han salido autores, compositores, músicos de primer orden. Hay muchos que están en puestos del gobierno y la empresa privada. La gente que ha pasado por la Tuna han dado la cara por la Universidad de Puerto Rico y el país de una forma increíble. Me parece que este puesto o la Tuna debe ser una de las cosas que la institución y el gobierno deben preservar. La Tuna ha dado mucha gloria a la universidad”, manifestó.
Don Goyo espera que en el futuro “las personas que van subiendo entiendan la importancia de la Tuna”.
Agregó que quien venga detrás de él a dirigir el grupo debe ser alguien que entienda a la universidad y sobre todo, que comprenda el apoyo que significa el colectivo para los estudiantes. Dice estar seguro de que su legado continuará: “va a haber gente que pueda hacer el trabajo igual o mejor que yo”.
Según el archivo de la Tuna de la UPR, el colectivo se fundó en octubre del 1961 por la profesora Norma Urrutia, en colaboración con la también profesora Carmen Muñiz. La misma fuente destaca que fue la primera tuna mixta en Puerto Rico y, actualmente, es la más antigua con actividad continuada de todo el continente americano.