En el 1993, Pedro Adorno y Cathy Vigo crearon el colectivo teatral Agua, Sol y Sereno aun cuando había quienes les decían que no se podía vivir del teatro. Hoy día le gritan al mundo que se puede vivir, crecer y aprender del teatro pues celebran los prósperos 20 años del grupo.
En su nuevo estudio, rodeados de máscaras de papel maché y bocetos en las paredes, residuos de pintura en el piso y una careta como de dos pies de altura en proceso, Adorno y Vigo junto con Sarah Arroyo y Javier Ortiz, integrantes del colectivo, compartieron la trayectoria de Agua, Sol y Sereno.
Todo comenzó como un junte de amigos dirigidos por la pareja Adorno y Vigo. Entre los integrantes iniciales estaban Miguel Zayas, Rudek Pérez, Ronald Rosario, Israel Lugo, Obi Torres, Kisha Burgos y los hermanos de Pedro, Carlos y Roberto Adorno en la elaboración de máscaras, entre otros.
Pedro había participado en varios talleres teatrales, desde el grupo Teatreros Ambulantes de Cayey, talleres en Nicaragua, hasta con la compañíaa de teatro Bread and Puppet en Vermont. Cathy, por su parte, venía de Ballet Concierto y Ballet San Juan. Ambos compartían la inquietud por el teatro y, luego de varios años viviendo en la finca de Bread and Puppet, regresan a Puerto Rico y crean Agua, Sol y Sereno.
Recuerdan con alegría algunas de sus grandes inspiraciones e inf luencias, Petra Bravo, Maritza Pérez, Lidia González, el grupo Pregones, el Bread and Puppet, los Mascareros de Ponce, los grupos de bomba y plena, entre otros.
Sentada en las instalaciones de lo que parece ser su segundo hogar, Vigo aseguró que sí esperaban llegar a los 20 años ya que traían influencias de grupos teatrales de mucha trayectoria.
“Yo veo que celebramos los cien, nosotros venimos con una experiencia del Bread and Puppet y vimos diferentes piezas de teatro de diferentes grupos que tenían la edad que nosotros cumplimos ahora y sabíamos que podíamos durar muchos años”, comentó Vigo. Durante sus 20 años han experimentado diferentes modalidades teatrales, han realizado residencias artísticas dentro y fuera de Puerto Rico y hasta en comunidades especiales. Han hecho talleres en los festivales de Claridad y hasta una película, El Clown.
Adorno mencionó que el éxito y la trascendencia del grupo recaen en la diversidad de registros o maneras de hacer teatro que han experimentado. “Nosotros tenemos piezas de teatro en sala, piezas con máscaras, piezas con cabezudos, piezas en la playa, pasacalles (piezas cortas que se representan al aire libre acompañadas de música, al estilo de una comparsa), piezas para niños. Es decir, hay una diversidad, no solo hicimos un tipo de teatro ni un tipo de danza, sino el registro ha sido variado”, afirmó.
Según Adorno, Agua, Sol y Sereno se ha convertido en mucho más que un grupo para entretener y crear arte sino que ha colaborado en diferentes luchas de grupos de justicia social. Como las marchas de Vieques, manifestaciones a favor de asuntos culturales, marchas y comparsas de la comunidad homosexual y participaciones en defensa de situaciones ecológicas con Casa Pueblo, entre otras. Con una sonrisa, Adorno aseguró que su mayor logro ha sido que sus hijas se sientan interesadas por lo que él y su esposa hacen.
Tienen tres hijas de 18, 15 y 11 años y todas han participado en presentaciones. También, dijo que la trayectoria del colectivo se relaciona a la oportunidad de simbiosis que existe entre los actores y él como director. “Los actores aquí no son objetos, de hecho, yo no pude trabajar con una persona en una película porque para él los actores son como marionetas y no, el actor tiene que ser un partícipe”, manifestó.
Por otra parte, Ortiz, otro de los integrantes del colectivo, expresó que le parece significativo el proceso de libertad que vive Adorno como director porque le da importancia a cada persona en la toma de decisiones. Les deja saber que a la hora de trabajar todos hacen falta.
Para el creador y director de Agua, Sol y Sereno, ahora el colectivo tiene más ánimo que cuando empezaron porque han logrado crear un nombre, unas instalaciones y una trayectoria, por lo que este nuevo año esperan poder crear piezas teatrales para ser presentadas en varios países de América Latina.
Adorno concibe los proyectos por realizar como algo más que metas futuras, para él son herramientas que cada persona que forma parte de la compañía teatral puede utilizar para crecer como artistas.
Como teatreros experimentales, instan a los jóvenes a perseguir sus sueños, a que salgan a hacer arte, que sean luz creativa que no se deja opacar por lo que dice la gente.