Tras polémicas suscitadas previo a su estreno por parte de sus protagonistas, por fin estrena la esperada Allied, de Brad Pitt y Marion Cotillard. Sin embargo, la especulación le quedó grande a este estreno que ni sirve para la digestión del pavo este fin de semana.
Pitt y Cotillard juegan los papeles de Max Vatan y Marianne Beauséjour, respectivamente, dos espías asesinos que se enamoran durante una misión y, cuando más felices se encuentran, deben enfrentar una situación que pondrá a prueba su relación. Si les parece familiar esa trama, están en todo lo correcto: es la misma de Mr. & Mrs. Smith, película que unió a Pitt con Angelina Jolie, dentro y fuera de la pantalla grande.
A diferencia de Mr. & Mrs. Smith y otras películas de espías, Allied carece de acción e intriga. Sí, podrá contar con uno que otro chiste en un intento por hacerla más amena, pero no resultan suficientes ante la indudable falla: en esta película no pasa nada, solo el tiempo. Es decir, nada en esa compilación de imágenes que se extiende por dos horas provoca sensación alguna en el espectador que no sea cuestionarse por qué están ahí y qué están viendo.
Si bien Cotillard es excelente actriz y logra sobresalir entre lo desabrido (Pitt está incluido en esa aseveración), su papel se ve limitado a lo que el personaje de su compañero le permita. El libreto, de Steven Knight (Burnt, Peaky Blinders), la reduce a ser una mera habilitadora para Pitt. Es ella quien debe abrirle paso para ambos infiltrarse en terreno enemigo. Es ella quien debe dejarle todo listo para asegurar su triunfo. Es ella quien debe preocuparse por el bienestar de su esposo, cueste lo que cueste.
No debería ser sorpresa, pues Allied es dirigida por Robert Zemeckis (The Walk, Back To The Future), quien por su historial fílmico claramente disfruta hacer de los hombres unos héroes sufridos.
Tal vez la sorpresa y acierto de la película es Lizzy Caplan como la hermana de Max, quien aparece solo tres veces, pero lo que representa su personaje para el tiempo y espacio que se encuentran es encantador.
La película supone ser un romance situado en plena segunda Guerra Mundial, pero el dramatismo innecesario en el libreto raya en lo ridículo. Sí cuenta con breves espacios en donde el público pueda reírse brevemente, como cuando un personaje hace un comentario pícaro y el otro responde con igual atrevimiento. Sin embargo, esos momentos no abundan.
A fin de cuentas, la película promete acción, cosa que no cumple luego de los primeros 30 minutos del filme. Asegura intriga, pues Vatan debe comprobar que su esposa no es una espía. No obstante, esa búsqueda se convierte en un intento desesperado del protagonista para probar que los demás se equivocan.
Allied deja mucho que desear, pero quizás sea indicio de que Brad Pitt debe darle un descanso a su amor por las películas de época y enfocarse en conseguir un filme con una buena trama.