La organización no gubernamental de derechos civiles Amnistía Internacional exigió hoy a las autoridades venezolanas que investiguen con urgencia la muerte de tres personas ayer miércoles, 12 de febrero, durante las protestas convocadas por la oposición al gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
“Es muy preocupante que la violencia se haya apoderado de las protestas en Venezuela. Si las autoridades quieren comprometerse de verdad con evitar que haya más muertos, entonces deben garantizar que todos los responsables de la violencia, ya sean manifestantes, miembros de las fuerzas de seguridad o civiles armados, son puestos a disposición de la justicia”, afirmó Guadalupe Marengo, directora del Programa de América de Amnistía Internacional.
“Los manifestantes que siguen detenidos deben ser acusados formalmente de un delito o, de lo o contrario, deben ser puestos en libertad inmediatamente”, añadió Marengo en un comunicado de prensa.
Según la información recibida por Amnistía Internacional, no se permitió a los medios de comunicación cubrir las protestas y se cree que al menos se ha bloqueado la señal de un canal de televisión venezolano.
“Las autoridades venezolanas deben mostrar un compromiso veraz con el derecho de las personas a la libertad de expresión, asociación y reunión, garantizando que pueden participar en protestas sin temor a ser objeto de abusos, detención o hasta perder la vida. Es fundamental que se permita a los periodistas informar de lo acontecido libremente, y que los defensores de los derechos humanos puedan ser observadores de las protestas”, señaló Marengo.
Según el diario El País, la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, confirmó la muerte a tiros de tres personas, además de 23 heridos en las protestas que se produjeron en Caracas y las principales ciudades de Venezuela. Los disturbios comenzaron cuando una manifestación de estudiantes que se apostó frente a la sede de la Fiscalía General en el centro de la capital, se enfrentó a la policía que trataba de disolver la protesta. Los principales líderes de la oposición política se desvincularon inmediatamente de la violencia.