Cuando recibo mensajes de estudiantes a través del correo electrónico durante el semestre me he dado cuenta de que cometen una cantidad mayor de errores (ortográficos y de todo tipo) de la que realizan en las redacciones que me entregan como parte de la clase. Esto se da aún en estudiantes que demuestran en el salón que conocen bien las reglas de ortografía y sintaxis del español.
Obviamente, cuando el estudiante está presionado por el contexto académico y una calificación se supone que sus trabajos reflejen el proceso de análisis y corrección propio de la redacción; sin embargo, ellos no visualizan de la misma forma los mensajes escritos a través de la Internet, los ven más como un híbrido entre lo oral y lo escrito, comprobando así lo planteado por la mayoría de los estudios en torno a la ciberescritura.
Cabía preguntarles -y eso hice en una especie de sondeo (nada científico)- si se daban cuenta de los errores que cometían cuando escribían en la red a lo que el 53% de ellos respondió que sí y un 47% indicó que no. A los que contestaron en afirmativa les pregunté el porqué de tal acción y las contestaciones fueron tan variadas como un mosaico. Entre estas, la más repetida era la vagancia, por ahorrar tiempo o espacio. Algunos también expresaron que piensan que el “corrector” hace el trabajo por ellos.
Nuevamente intrigada les pregunté si entendían que el escribir sin seguir las reglas ortográficas podría afectar su imagen y un estudiante en particular me dio una respuesta que todavía estoy “digiriendo”: No, no me preocupa porque si escribo muy correcto me ven como presumido y no formo parte del grupo…yo escribo como me “sale” y la mayoría me entiende.
Así las cosas, me armé de valor y entré en terreno pedregoso en Puerto Rico y quise conocer cuál de los idiomas oficiales en la isla utilizaban más en la red y los resultados fueron que el 67% de los encuestados indicaron que utilizaban ambos, es decir el español y el inglés. Solo un 20% indicó español solamente y un 12% en inglés únicamente. Aspecto interesante que creo que merece un estudio más preciso y minucioso.
En cuanto a este tema pregunté si utilizaban ambos idiomas indistintamente en todas las redes sociales que frecuentan a lo que el 36% indicó que lo hacían más en WhatsApp, un 32% en Facebook messenger y otro 32% expresó otros. Las razones también fueron variadas, entre ellas indicaban que la mayoría de sus amigos en WhatsApp hablaban de la misma manera y que en Facebook había más gente de la familia que no sabía mucho inglés y por lo tanto no podían utilizar ambos idiomas con la frecuencia que lo hacían en WhatsApp.
Por último, y ahí se me acabó la clase, pedí que reflexionaran sobre si la manera de escribir en la redes sociales creen que ha influido en la forma en que escriben fuera de estas y la contestación a la misma fue que un 83% expresó que no y solo un 17% que sí, por lo que se puede concluir que los estudiantes no visualizan que su comunicación escrita en la red tenga mucho efecto en otros contextos.
Llevo más de una década como profesora de español y no estoy muy convencida de esto último, he visto lo que algunos podrían llamar “la evolución” y para otros “el deterioro” de la comunicación escrita en los estudiantes. No voy a tomar partido, pero creo que no hay marcha atrás y la ciberescritura llegó para quedarse.