Ángela M. Capeles Segarra obtuvo su bachillerato de Información y Periodismo en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en el 2015, con una secuencia curricular en portugués, y dos años luego sumó una maestría en Comunicación de Pennsylvania State University (PSU).
Sus estudios graduados fueron incentivados por la institución, a través de un graduate assistanship, programa bajo el cual la universidad pagó su grado mientras ella trabajaba como asistente educativa, dando clases en la facultad de Humanidades y ayudando a los estudiantes de comunicación en el manejo de recursos multimediáticos.
La joven de 24 años no descartó la posibilidad de hacer sus estudios pos bachillerato en Puerto Rico, pero encontró los currículos muy técnicos para su gusto. Solicitó maestría desde su tercer año de bachillerato, para seguir el trayecto corrido y no enfriar sus hábitos de estudio.
Evaluó también la posibilidad de estudiar en instituciones europeas, pero luego comenzó a evaluar colegios norteamericanos por la relativa cercanía, confesando no querer estar lejos de su Isla tanto tiempo.
“Un profesor me recomendó que viese los programas afuera, entre ellos el de Penn State, y entonces competí para un assistantship y lo gané”, explicó la cayeyana. De las cuatro universidades a las que solicitó, PSU fue la primera en contestar. “Estaban encantados, y me nominaron para un assistantship, y dije que sí”, compartió.
Su tesis de maestría: La Bomba: A Puerto Rican tool of resistance through creative expression se basó en el baile de la bomba como mecanismo de aguante. El trabajo investigativo estuvo acompañado del documental que aparece sobre estas líneas.
La tesis comienza explicando cómo a raíz del dominio político y económico de Estados Unidos desde el 1898, los puertorriqueños han ido perdiendo rasgos de su identidad, que han suplantado asimilando y apropiando tendencias de la cultura anglosajona.
“Significó mucho que me aceptaran mi tesis con un tema sobre Puerto Rico y Estados Unidos, ni mi madre me recomendó tocar ese tema, y sé de otros [estudiantes] que no le aceptaron temas así”, comentó sobre la delicadeza del tópico.
Capeles habló sobre el nacimiento de la bomba como una expresión de resistencia a ser esclavos y ser maltratados, indicando que los boricuas utilizamos el baile para comunicarnos y decir ‘no más’ ante la opresión sistemática.
“Básicamente hablo un poco de la historia y cómo a través de diversas expresiones culturales establecemos nuestra identidad y vamos adelante”, comentó.
Confesó que sus profesores quedaron encantados al evaluar su trabajo y desean que continúe esa línea de pensamiento en sus estudios doctorales, de los cuales la institución pagará dos años.
“Lo que pienso hacer es partir de la premisa de la relación gubernamental entre Puerto Rico y Estados Unidos y ver como el discurso político ha trabajado todas las calamidades que vinieron a raíz del huracán”, adelantó sobre su futuro PhD in Philoshophy, concentrado en American Studies.
Ángela entiende que es bueno educar a las personas sobre la relación política y social entre Estados Unidos y Puerto Rico desde donde está —Hattisburg, PA—, pero acepta que su meta siempre ha sido regresar a la Isla.
“Siempre he querido ser profesora de universidad, poder educar a las personas y compartir conocimiento”, señaló sobre planes futuros. No dejó duda de que extraña su patria. Siendo la única de su familia en esa ciudad, anhela terminar su doctorado y regresar a dar clases en su alma máter.
“Me encanta Puerto Rico, extraño el calor, la vida, mi gente. Eso ha sido lo más difícil, la cultura, las personas, la comida”, mencionó con nostalgia y jocosidad.
“Nuestro país es el que es”, afirmó.
La Iupi marcó su vida
La joven reconoce que sus padres le permitieron experimentar mucho a nivel creativo y cultural, pero siente que al llegar a la UPR, finalmente era libre de expresarse.
Toda esa cultura que vivía en ella desde pequeña se combinó con la ideología política que forjó en la Iupi. “Allí te enseñan la verdad, lo que es, no lo que te dicen como niños”, subrayó.
Capeles desde pequeña ha participado en oratoria, y compañías de baile como el grupo Brumas del Torito de la escuela de Bellas Artes de Cayey. “Desde pequeña escucho salsa, bomba, bohemia, música jíbara, etc.”, sostuvo.
La Jerezana cree en una conexión entre su trasfondo multifacético y todo lo que enfrentó en los predios de la Universidad, especialmente con la bomba.
“Yo tengo como una furia, que cuando bailo la bomba puedo explicar toda esa historia que vive en mí”, admitió. “Este país ha pasado por mucho, con el baile digo ‘ya no más, estoy contigo’”, añadió.
Opinó que en la UPR hay mucha oportunidad de canalizar ese sentir en distintas áreas, de las cuales resaltó sus clases de ciencias sociales y humanidades. Aseveró que de las cosas más importantes de su vida fueron los cuatro años en la universidad, y que desea haberse tardado más en su bachillerato, solo por estar allí.
“La UPR te da espacio a protestar por la educación y a expresarte por lo que crees y vives, de una manera libre y comunitaria, y así todos juntos es más lindo”, reforzó.
Un camino de logros
Capeles se graduó en el 2011 del Colegio Nuestra Señora de La Merced, donde fue parte del cuadro de honor todos los años.
Antes de irse de Puerto Rico laboró para la firma de relaciones públicas Nelly Cruz & Associates, a quien considera excelente mentora y persona.
Anotó que mientras estudiaba colaboró en el diario digital de los estudiantes de periodismo de la UPR, Entre Paréntesis. Esta experiencia le ayudó a formar parte del periódico en PSU, The Capital Times, donde fungió como editor-in-chief.
En Pennsylvania ha trabajado en la Oficina de Comunicación y Prensa del Departamento del Estado y formó la compañía Capeles Agency.
Con su agencia ha trabajado en deportes (Combate Américas, LLC), música y entretenimiento (Snow Villain, Millenium Music Conference), compañías sin fines de lucro y traductores.
Actualmente labora como Senior Digital Communications Specialist en el Pennsylvania Coalition Against Domestic Violence.