No es un secreto. Sin embargo, pocos conocen que, en medio de las antiguas estructuras descoloridas y abandonadas de la calle Salmón en La Playa de Ponce, se encuentra uno de los talleres del artista puertorriqueño Antonio Martorell.
Toño, como le dicen sus amigos, nos da la bienvenida a su hogar y no pierde tiempo en pedir una taza de café. Junto a él nos recibe uno de sus conocidos sombreros, su blanca barba y esa sonrisa franca que te hace sentir en casa.
“Lo más bonito de este lugar realmente es el jardín”, dice mientras camina. Habla con fascinación de sus trinitarias, las mismas que inspiraron una enorme lámpara con tubos de cobre que fue utilizada en la escenografía de la obra de teatro “Mariana o el alba” y hoy ya es parte de la decoración del taller.
La magia se produce a través de las rejas color verde del almacén. Hay un gran número de obras colgando en diferentes posiciones, figuras descansando en el suelo y unas enormes cajas esperando a ser cerradas con un selecto grupo de obras que formarán parte del nuevo proyecto del artista.
Martorell comenzará el próximo mes de abril una de las giras más importantes de su carrera, donde visitará varios países presentando una retrospectiva de su obra. Aunque dice no considerarse fanático del calendario, el 18 de abril es su cumpleaños número 75, razón principal por la que, según expresara, sus amigos cubanos tuvieron la iniciativa de celebrar su vida y trayectoria como mejor lo pueden hacer: a través del arte.
“Yo siempre estoy en el presente y en el futuro inmediato. Tampoco hago planes muy a largo plazo porque lo que hay que hacer, hay que hacerlo ya. Yo he vivido siempre así y ahora más”, afirmó.
Esta exposición, que iniciará en Cuba, incluirá las obras más reconocidas del artista durante los casi cincuenta años de su carrera. Por otro lado, Martorell comentó que también presentará el estreno de nuevas obras como La Mecedora, una butaca de 14 pies de alto con un reloj, así como un fragmento tallado de su libro La piel de la memoria.
Asimismo, Martorell aprovechará su estancia en Cuba para ofrecer una charla sobre el artista puertorriqueño Lorenzo Homar —quien fue su maestro— en el marco de su centenario. También presentará en estreno, en el hemiciclo de Bellas Artes en La Habana, Veveviejo, un texto escrito por Martorell y que la artista Rosa Luisa Márquez adaptó para una obra de teatro.
Por otro lado, el próximo 10, 11 y 12 de marzo se presentará un adelanto en el Viejo San Juan de lo que será Veveviejo antes de partir a la vecina isla cubana. La obra será interpretada por los propios Martorell y Márquez.
No obstante, Cuba no es el único país que recibirá las obras más importantes de Martorell. El artista dijo que tan pronto sus amigos en México, España y República Dominicana se enteraron de la iniciativa de los cubanos, también quisieron formar de la celebración de su trayectoria.
Según explicó el también escritor, la exposición comenzará en abril en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana y luego, en septiembre, continuará en la Universidad Claustro de Sor Juana en Ciudad de México.
A principios del 2015 la gira continuará en la Casa de América, en Madrid y luego, en mayo, tendrá lugar el Museo de Arte Moderno en Santo Domingo.
Por último, la exhibición será presentada en el Museo de las Américas del Viejo San Juan durante el mes de septiembre de ese mismo año.
Según Martorell, cuando esta exposición regrese a la Isla estará más rica en contenido porque se “alimentará de cosas que no pueden viajar” por el peso o la falta de dinero, puesto que trasladar obras a otros países es muy costoso.
Sin embargo, ha contado con el apoyo del presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el doctor Uroyoán Walker Ramos, así como del rector interino de la UPR de Cayey, el doctor José Noel Caraballo, el Departamento de Estado y el Consulado General de España en Puerto Rico.
El mejor momento para hacer arte en la Isla
“Era el peor de los tiempos y el mejor de los tiempos”.
Según Martorell, estas palabras del novelista británico Charles Dickens aplican perfectamente al Puerto Rico de hoy.
Aunque los aires de crisis que azotan al País han provocado que miles de puertorriqueños dejen la Isla en busca de mejores oportunidades de empleo, para el artista “el arte esta floreciendo como nunca”.
“Nunca ha habido un momento en la historia del País, que yo tenga memoria y conocimiento, donde las artes hayan tenido un crecimiento mayor en cantidad, calidad y variedad”, afirmó.
Para Martorell la crisis económica, social y política que atraviesa la Isla ha provocado que las fronteras que separan las diferentes ramas de las artes sean “más permeables”. De igual manera, dijo considerarse un fanático de los jóvenes que van desarrollándose en este campo.
“Yo compro bastante arte de los artistas jóvenes, lo que me permite mi presupuesto y lo compro no por generosidad, lo compro porque aprendo de ellos”, aseguró.
Y es que, según el propio Martorell, el adjetivo que mejor lo define es “aprendiz”. “Lejos de lo que la gente cree que los artistas hacen lo que saben, los artistas aprenden al hacer. El proceso es tan importante como el motivo inicial que provoca el trabajo”.
Se queda en Puerto Rico
Aunque Antonio Martorell ha vivido temporadas en diferentes países como España, México y Estados Unidos, está seguro de que nunca dejaría a Puerto Rico.
“Este país me nutre, inclusive las dificultades…las contradicciones son mi mejor caldo de cultivo, es aquí donde yo siento que crezco más y mejor”, expresó.
Según el artista, la reciprocidad que siente de los puertorriqueños es muy importante y vital para su carrera.
“Así que de aquí me sacan con los pies pa’ lante”, dijo entre risas.
Tras abordar el tema del retiro, Martorell respondió con la típica chispa que lo ha caracterizado desde siempre, mostrándose jovial, pero firme.
“¿Retiro? ¿De qué? ¿De qué me voy a retirar? ¡No!… los artistas morimos con las botas puestas. La gente que está empleada quizá se retira o, una palabra que yo prefiero, se jubila, pero yo estoy en el júbilo siempre, si yo trabajo en lo que me gusta. Yo (solo) tengo que disciplinarme para descansar porque a mí me encanta lo que hago…”, finalizó entre risas.