Por: Heidi J. Figueroa Sarriera
Interrumpir la tarea para contestar un email, mientras escucho una canción, cotejo quién me llama por el celular o recibo un mensaje por WhatsAPP, mantengo mi ventana de Facebook abierta, al mismo tiempo que intento terminar un escrito resulta ser una vivencia común. El tema del multitasking o la multitarea ha cobrado interés a raíz de la incorporación de las tecnologías digitales en los ambientes de estudio y trabajo. Podemos encontrar literatura que relaciona el multitasking con una mayor propensión a tener accidentes del trabajo, a fallar en contestar correctamente una prueba, o alargar en lugar de acortar el tiempo de ejecución de una tarea. Mientras, otros autores intentan identificar los procesos cognoscitivos emergentes en este tipo de situación para generar mayor eficiencia y productividad.
Multitasking y aprendizaje
La profesora Otomíe Vale Nieves, la estudiante graduada de Psicología Melany Rivera y el estudiante subgraduado de Psicología Adrián Jiménez, de la UPR-RP, terminaron recientemente una investigación muy relevante a estos temas. El estudio cuasi experimental auspiciado por el Fondo instituacional para la investigación (FIPI) analiza el rol de unas de las prácticas más cotidianas hoy día en el proceso de aprendizaje: el texting, el envío de mensajes cortos a través del teléfono celular (SMS, las siglas en inglés).
Se compararon tres grupos con diversa cantidad de intercambio de mensajes durante una sesión de 30 minutos de una clase grabada. De acuerdo a la actividad de envío y recibo de mensajes de texto, los grupos se dividieron en: actividad baja (0-9 SMS), moderada (10-18 SMS) y, alta (19-27 SMS). Luego de ofrecerse un examen de contenido del material de la clase se observó que no existían una relación entre la frecuencia de mensajes por grupo y la puntuación obtenida. Sin embargo, cuando se examina el momento de la interrupción -cuando se le enviaba un mensaje de texto en la investigación al tiempo que aparecía material de examen- este pareció tener un impacto en la ejecución. Por ejemplo, el grupo que no fue interrumpido mientras se presentaba el material de examen obtuvo el mayor porcentaje de respuestas correctas.
El ambiente multimediático
Cathy N. Davidson -codirectora del Lab in Digital Knowledge en la Universidad de Duke- asegura que el multitasking está presente en todas las acciones diarias. No lo notamos porque algunas de estas acciones ya han sido incorporadas y las realizamos automáticamente, sin pensar en ello. Cuando algo cambia en nuestro ambiente o incluso en nuestro propio cuerpo -como cuando sufrimos una lesión- debemos volver a descubrir aquellas estrategias que nos puedan devolver las facultades atrofiadas. Estar conscientes de a qué prestamos atención puede significar un aspecto fundamental en el proceso de aprendizaje y reaprendizaje. Por tal razón la capacidad para ser autoreflexivos constituye un elemento importante, especialmente cuando estamos ante condiciones nuevas.
Los ambientes que requieren inmersión en ambientes multimediáticos (vídeo conferencias, online chats, vídeo juegos, juegos online, plataformas tridimensionales de mundo virtuales, y toda suerte de combinación de interfaces) añaden condiciones nuevas a las formas en las que trabajamos, estudiamos y en general, las maneras en las que nos relacionamos con las otras personas en la vida cotidiana. Ese es el contexto desde donde desarrollamos actualmente nuestra investigación.
El equipo interdisciplinario está constituído por Humberto Cavallín y Laurie Ortiz, de la Escuela de Arquitectura, Alfredo Rivas de la Escuela de Comunicación, y quien subscribe, del Programa Graduado de Psicología, de la UPR-RP. Junto a nuestros asistentes de investigación -Irene Fajardo y Alejandro Jahiatt de Arquitectura, Miosotis Cortés de Comunicación y Agnes Torres del de Psicología- hemos desarrollado una investigación en el contexto de un curso de práctica en diseño. Humberto Cavallín ofreció el curso desde la Escuela de Arquitectura en colaboración con otros colegas profesores del Departamento de Ingeniería del Recinto Universitario de Mayagüez, RUM-UPR. Se trata de un curso híbrido, presencial y adistancia, y guiado por el modelo de aprendizaje basado en proyecto; en este caso, el proyecto es una edificación simulada.
El estudio –también auspiciado por FIPI- recopila datos, de cuatro estudiantes participantes, provenientes de varias fuentes de observación: anotaciones de campo, vídeoanálisis, eyetracking, entrevistas a profundidad y finalmente, entrevista grupal. Nos encontramos en el proceso de análisis de los datos que -al provenir de una multiplicidad de fuentes- nos ofrecen información a varios niveles: 1) sensorial-motor, visual y de comportamiento corporal, 2) contextual y, 3) experiencia subjetiva. Uno de los aspectos que más interesa evaluar es precisamente la situaciones de cambio de foco de atención en la ejecución de la tarea.
Atención dividida
El área de investigación que se relaciona a “atención dividida” es particularmente relevante para el estudio de los procesos atencionales en los entornos colaborativos multimediáticos. Se han relacionado con actividad en áreas cerebrales tales como el lóbulo prefrontal y parietal, particularmente en el hemisferio izquierdo de la corteza prefrontal. Los procesos de atención dividida requieren que los participantes ejecuten dos o más tareas, o procesar dos o más fuentes de información, concurrentemente. En este tipo de situación el cambio de tarea o task-switching se asocia a los procesos de control relacionados a funciones ejecutivas.
Los modelos más convencionales en cuanto al estudio de los procesos de atención voluntaria son llamados tradicionalmente bottleneck, pues suponen que la persona no puede de manera consciente prestar atención a todos los estímulos de su ambiente en el proceso de ejecusión de una tarea en los procesos de atención selectiva. Este supuesto está presente en los modelos de atención que han influenciado la investigación experimental en esta área. Christopher D. Wickens, experto en psicología cognitiva, propone un modelo que toma en consideración tres componentes: la naturaleza de la demanda, los recursos disponibles y, cómo se administra la ubicación de estos recursos. Aunque este modelo ha resultado productivo para explicar formas de ejecución en contextos donde varias tareas se deben realizar compartiendo un mismo espacio temporal, el propio Wickens reconoce que no explica qué induce la administración de los recursos. En el contexto de laboratorio usualmente este aspecto se induce mediante instrucciones de tareas primarias y secundarias. Sin embargo, Wickens reconoce que en el mundo real, el fenómeno de disrupción sugiere una intervención más prominente del control ejecutivo.
Atención voluntaria y vínculo social
Las condiciones en las que opera el control ejecutivo supone considerar la dimensión social, ya sea en términos motivacionales, ya sea en términos de cómo se construye el vínculo social. Matthew Lieberman, especialista en psicología social cognitiva elabora una argumento alededor de la idea de que existe una especie de default network en el cerebro que es responsable de nuestro interés en el mundo social, en el vínculo con el otro. El mismo se encuentra especialmente asociado a la corteza prefrontal dorsomedial. Su propuesta añade la afectividad como componente fundamental en el desarrollo de los procesos de atención, especialmente en tareas donde interviene el control ejecutivo o voluntario que siempre mediado por un propósito vinculante socialmente. Esto nos sugiere la importancia de la significación social, personal e intersubjetiva en dichos procesos.
Es evidente que van cambiando los contextos en los cuales nos desempeñamos cotidianamete a raíz de la incorporación cada vez más amplia de las tecnologías digitales. La colaboración interdisplinaria, así como la integración de metodologías cuantitativas y cualitativas en la investigación facilita una mejor comprensión de las dimensiones neurológicas, psicológicas y socioculturales de los procesos de atención voluntaria en la vida contemporánea.
La autora es profesora del Departamento de Psicología en el Recinto de Río Piedras de la UPR.