En Puerto Rico, el adulterante de heroína más común es la xilazina. Conocida comúnmente como “anestesia de caballo”, la xilazina fue creada en el 1962 y se usa como sedante, analgésico y relajante muscular exclusivamente en animales, sobre todo gatos, perros, equinos y ganado vacuno.
En los seres humanos, la xilazina afecta el sistema nervioso central, respiratorio y cardíaco, disminuyendo la cantidad de latidos del corazón y la presión sanguínea a niveles peligrosos. La xilazina es un adulterante con efectos similares a la heroína. El uso individual de estas drogas es peligroso, pero cuando se usan simultáneamente, actúan en combinación y su efecto puede ser devastador.
La heroína es una droga que deprime el sistema nervioso central y reduce la rapidez de los procesos físicos y mentales. Inmediatamente después de usar heroína, el adicto siente una ola de placer, una sensación de calor y picor en la piel, y pesadez en las extremidades. Eventualmente, el usuario se siente mareado y no puede pensar bien. Los sistemas cardíacos y respiratorios se deprimen al punto de que la respiración y el corazón pueden detenerse.
Las estadísticas de las Naciones Unidas revelan que, anualmente, se procesan más de 700 toneladas de heroína a partir de la savia extraída de la planta Papaver somniferum. Algunos de los países que producen heroína para exportar incluyen Afganistán, Pakistán, Mianmar y Laos.
Cuando la heroína llega a la calle, ya ha sido cortada con otros ingredientes clasificados como diluyentes o adulterantes. Los diluyentes son aquellos que se añaden para aumentar volumen y los adulterantes, como la xilazina, son sustancias químicas más baratas que se agregan para imitar el efecto de las drogas ilícitas, o contrarrestar algún efecto secundario. En promedio, la pureza de la heroína al detal es de solo 30 a 40%; el resto son adulterantes o diluyentes.
Recientemente, Kazandra Ruiz Colón y Luz A. Silva Torres, del Instituto de Ciencias Forenses, publicaron tres estudios relacionados con la xilazina en las revistas científicas Forensic Science International, Journal of Analytical Toxicology y Journal of Toxicology in Vitro. En el primer artículo, la investigadora Ruiz Colón encontró más de 40 casos reportados de intoxicación con xilazina.
En general, el 40% de los 43 casos discutidos incluyeron el uso de la xilazina como adulterante, y en el 23% de los casos la ingestión de la xilazina fue accidental. La mitad de los casos fueron personas que murieron debido al consumo de cocaína y heroína adulteradas con xilazina. También se describieron casos de suicidio.
En el segundo artículo, Ruiz Colón desarrolló y validó un método para detectar simultáneamente seis drogas diferentes en sangre postmortem, en personas que murieron por sospecha de sobredosis de drogas. Esta nueva técnica de análisis permitió conocer la concentración de cada droga al momento de la persona morir, y así estimar cómo los adulterantes contribuyeron al deceso.
El tercer artículo fue publicado por la doctora Silva Torres y describe los efectos tóxicos de xilazina y su combinación con cocaína o heroína sobre las células endoteliales humanas. Las células endoteliales revisten las superficies internas de los órganos esenciales, incluyendo los vasos sanguíneos, el corazón, el hígado, el cerebro y los riñones.
Silva Torres descubrió que la xilazina es significativamente más tóxica que la cocaína y la heroína. Esta toxicidad predomina cuando la xilazina es combinada con una de estas drogas e induce muerte celular por apoptosis o autodestrucción celular.
Una de las observaciones clínicas reportadas en los usuarios de xilazina fue el desarrollo de úlceras. Los hallazgos de esta investigación concuerdan con estas observaciones clínicas. Ya existen estudios que relacionan la formación de úlceras con la muerte por apoptosis de las células endoteliales.
El trabajo investigativo de estas científicas fue posible gracias al apoyo del Instituto de Ciencias Forenses de Puerto Rico, dirigido por la doctora Edda Rodríguez y la colaboración de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas y la Universidad Metropolitana.
Las publicaciones de Ruiz Colón y Silva Torres son de suma importancia para la comunidad científica, porque ayudaron a descubrir cómo la xilazina puede afectar la salud de las personas adictas a la heroína. Este conocimiento es útil para desarrollar tratamientos más efectivos en esta población de adictos en Puerto Rico y alrededor del mundo.
El autor es Catedrático Asociado en Física y Educación Científica en Morehead State University, y es miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org).