La directora y libretista Lucy Mulloy fue muy sabia al escoger la Habana como lugar de filmaciónpara su debut en largometrajes. En el filme Una Noche la ciudad y su gente pulsan con energía, regalándole al público mucho que espiar de un lado urbano de Cuba que pocos han visto. La trama se enfoca en tres adolescentes que nunca han salido de la isla; Raúl (Dariel Arrechaga) y Elio (Javier Núñez Florián) son dos nuevos amigos que trabajan en la cocina de un hotel pero sueñan con escapar de Cuba construyendo una balsa con la cual navegar hasta Miami. Sin embargo, la gemela fraterna de Elio, y la narradora en voice-over a través de la película, Lila (Anailín de la Rúa de la Torre), no quiere que su hermano la abandone en la isla caribeña.
El que conoce los retos de hacer cine independiente sabe que cuando no hay mucho dinero, partes de la filmación pueden sufrir. En esta, tanto los talentos como la directora de Mulloy nunca fallan. La cinematografía, el sonido y la producción de Una Noche son envidiables. Los tres protagonistas, sin experiencia ni entrenamiento previo alguno, lucen una química y actuación natural. Desafortunadamente, el libreto deja algo que desear.
La narración de Lila, primero que todo, es molestosa. En este caso, la herramienta cinematográfica parece existir tan solo para remplazar lo que a la trama le falta: de las tres patas de la historia, la de la chica es la más débil. Además, hay veces en que la película no sabe qué hacer con sus personajes. Esto se hace evidente cuando la narración ocupa demasiado tiempo en explicar lo que un buen libreto revelaría, enseñando sin decir. Los contratiempos que enfrentan Raúl, Elio y Lila, tres chicos que viven en una pobreza opresiva de familias rotas y falta de recursos básicos, son a veces atropellados y le restan impulso al arco dramático.
En un momento de desesperación, Raúl exclama cómo las únicas dos cosas que se pueden hacer en la Habana son sudar y tener sexo. Esta declamación es emblemática de las ambiciones temáticas las cuales la película no logra enfocar del todo. El SIDA, la prostitución, la corrupción y una economía de turismo primer mundista que ignora y aplasta al tercer mundo, son algunos de los síntomas de la pobreza que la cámara captura de manera superficial. La sexualidad latinoamericana, robándole bastante de lo que hizo a Y Tu Mamá También un hit, es puesta en tarima hasta sentirse un poco explotadora, sospecho que por la falta de ideas. Si el interés principal narrativo de Una Noche no era la temática previamente mencionada si no la relación que comparten sus protagonistas, como quiera tambalea la historia.
A pesar de los problemas de construcción narrativa, la película es entretenida y la trama se redime con un desenlace trágico bastante bien logrado.Los edificios arruinados, la ciudad colorida, el malecón soleado y el sudor en las frentes negras de la gente cubana llegan a la pantalla de manera triunfante, haciendo de este un debut cinematográfico independiente, de mérito, que hay que ver. Desgraciadamente, la directora explico en una entrevista con la revista Vogue que el público de la isla no la va a poder disfrutar ya que a pesar de que la película fue rodada con ellos en mente, la proyección de esta en Cuba fue prohibida por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica.