Por lo general, la mayoría de los adolescentes de hoy están más familiarizados con Kim Kardashian que con Nabokov, leen más ‘tweets’ que a Dostoyevski y saben más acerca de relaciones sexuales que de sus derechos legales. En la producción Captain Fantastic, el director Matt Ross nos presenta una familia aislada y su enfrentamiento ante el ‘mundo real’, con resultados humorísticos pero a la vez conmovedores.
Captain Fantastic es la historia de Ben Cash (Viggo Mortensen), un padre de seis niños a quienes cría en un bosque del Pacífico Noroeste. Las edades de sus hijos fluctúan entre los siete y 18 años. Estos son instruidos por Cash en materias como la física cuántica, artes marciales, filosofía y autoabastecimiento. Viven lo que muchos podrían considerar una existencia utópica.
Esto cambia con la muerte de la esposa de Cash.
La mujer, quien sólo aparece en escenas retrospectivas, padecía de bipolaridad y estuvo internada por tres meses antes de suicidarse. Cash y los seis niños deciden asistir al funeral, que se llevaría a cabo en el estado de Nuevo México, en contra de los deseos de los padres de la mujer. De camino al funeral, los niños enfrentan ‘el mundo real’, donde los ‘hotdogs’, el capitalismo y el ‘Playstation’ dominan.
El choque cultural resulta algo devastador para los niños, quienes no encajan con los afanes del mundo cotidiano. Todos los hijos de Cash, desde el menor hasta el mayor, conocen muy bien la Carta de Derechos de Estados Unidos, pero nunca han probado una soda. Cash y sus niños rehúsan la celebración de días festivos como la Navidad, sin embargo, conmemoran el Día de Noam Chomsky, en el cual celebran al afamado lingüista y filósofo con obsequios no convencionales, como armas de defensa personal, cuchillos, arcos y flechas.
El director Matt Ross hizo una excelente selección al escoger estos niños para formar parte del elenco de su película. Sus interpretaciones son poderosas y dignas de admirar, a pesar de que algunos de ellos son actores muy jóvenes. No todos tienen la misma cantidad de escenas en pantalla, sin embargo, cada uno demuestra un gran dominio de sus roles.
George MacKay, quien interpreta al hijo mayor, Bovedan, tiene posiblemente las escenas más estremecedoras del filme. De los seis hijos, él es el más afectado a causa del choque cultural. Bovedan le echa la culpa de su crisis emocional a su padre y a la extraña educación a la que los expuso. Aunque domina seis idiomas y fue aceptado en las mejores universidades de Estados Unidos, dice que “no sabe nada que no esté en un libro”, y admite que todo su conocimiento no le sirve de nada para ser exitoso socialmente. En una escena, penosa pero muy cómica a la vez, el joven conoce a una chica y, pocas horas más tarde, le propone matrimonio.
Lo brillante del guión, también escrito por Ross, es que no aprisiona a Cash dentro del molde de héroe o villano. Cash, con toda la mejor intención, le impone a sus hijos sus ideales políticos, al igual que se hace en cualquier sociedad. En varias ocasiones, la actividad física con la que Cash alecciona a sus hijos pone sus vidas en riesgo. A causa de su rechazo rotundo al capitalismo, Cash los motiva a robar en las grandes cadenas de comida. El personaje de Cash es muy complejo y es magistralmente interpretado por Mortensen.
Luego de ser parte del elenco de Lord of the Rings (2001-2003), una de las series más grandes en la historia del cine, Viggo Mortensen, ha dedicado el resto de su filmografía a proyectos independientes. Después de haber sido nominado para el Oscar como Mejor Actor por el filme Eastern Promises en el 2007, Mortensen prácticamente había desaparecido del radar. Captain Fantastic es su proyecto más accesible en años. Aquí ejecuta la difícil tarea de interpretar a un hombre irresponsable y testarudo, pero a la vez, lleno de ideales fuertes y amor por su familia. Es un personaje desagradable en muchos momentos de la película, pero a pesar de ello, Mortensen permanece fascinante. El mismo logra colmar a este personaje de gran humanidad, tanto que ya en el desenlace del filme no lo amamos o lo odiamos; lo entendemos.
Las estructuras sociales tradicionales y la anarquía chocan en esta producción, llevándonos a la risa, pero también permitiéndonos reflexionar sobre cuál, si alguno, es el estilo de vida correcto para la crianza de nuestros niños. Para Ross, el guionista y director, el filme representa su primer largometraje y obtiene una producción compleja. Con una duración de dos horas, la película carece de edición. Aun así, Viggo Mortensen y su tropa de niños salvajes hacen de estas dos horas una experiencia realmente fantástica.